El estilo Slow Design en decoración

Entre las prisas, el estrés y los ruidos del día a día aparece este estilo decorativo para devolvernos la paz.
El estilo Slow Design en decoración

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 04 junio, 2018

Se puede decir que el estilo Slow Design es todo lo contrario a la sociedad actual. En un día a día en el que las prisas, los atascos, el estrés y el ruido son los protagonistas, este estilo decorativo llega con la misión de devolvernos la calma.

Entrar en una vivienda decorada al estilo Slow Design significa adentrarse en un remanso de paz y tranquilidad. Un lugar en el que la naturaleza, el silencio y la relajación harán que te liberes del estrés acumulado a lo largo del día.

Si quieres conseguir esta sensación cuando entres por la puerta de tu casa a continuación te contamos las claves de este tipo de decoración. También debes saber que lo Slow Design va mucho más allá de la decoración pudiendo decir que es más un estilo de vida. Las personas con esta filosofía de vida la llevan a cabo en la decoración de sus viviendas pero también en sus rutinas o alimentación.

Elementos naturales: estilo Slow Design

La naturaleza tiene un peso importante dentro de la decoración Slow Design y es fundamental para crear la sensación de tranquilidad, paz y calma. Dentro de los materiales la madera es fundamental en todo tipo de elementos: puertas, mesas, sillas, suelos… Es importante que esté sin tratar ya que de lo contrario se pierde ese efecto natural.

Elementos naturales del estilo Slow Design.

Junto con la madera las telas también tienen una presencia importante. Tejidos naturales tales como el lino o el algodón están presentes la ropa de cama, las cortinas o en cojines y mantas. Estos elementos además de cumplir una función necesaria también tienen una función decorativa.

La cerámica también suele estar presente en este tipo de viviendas. Un conjunto de jarrones en el recibidor o en el salón serán el complemento perfecto para crear una estancia decorada pero sin recargar y en armonía con el resto de elementos.

Colores tierra y blancos

Tal y como hemos comentado anteriormente, el contacto con la naturaleza es uno de los pilares fundamentales en la decoración Slow Design. Es por ello que los colores predominantes en todas las estancias deben ser los colores tierra y blancos. Además de acercarnos a la naturaleza estos colores contribuyen a crear una atmósfera de calma y paz. 

Colores tierra y blancos del estilo Slow Design.

Son fundamentales también para dar la sensación de que el tiempo se para cuando entras a casa. El estrés y las prisas quedan fuera y dentro la prioridad es el descanso, la vida relajada y la familia.

Decoración minimalista

Las viviendas Slow Design cuentan con una decoración minimalista. Para decorar las estancias se incluyen objetos naturales, en colores tierra y que no contribuyan a crear una estancia recargada.

Decoración minimalista del estilo Slow Design.

Se buscan los espacios vacíos amplios y limpios visualmente.

Decora con elementos naturales que tengan algún tipo de significado.

Busca elementos que además de decorar tengan un significado. Los objetos de segunda mano o reciclados son perfectos para este estilo decorativo y combinan perfectamente con el estilo de vida slow. Recuerda descartar aquellos que sean de plástico u otro material similar.

Las plantas son un buen ejemplo de decoración minimalista. Escoge dos o tres macetas de interior vistosas y grandes que vistan la estancia y te acerquen a la naturaleza.

Espacios abiertos

La filosofía del estilo Slow Design le da un gran valor a la naturaleza y por lo tanto a los exteriores de la vivienda. Los porches, terrazas y jardines deben estar cuidados y amueblados para disfrutar al máximo de ellos. Algunas ideas son un jardín de piedras, una fuente o una zona de sillones para pasar tiempo en familia. Al igual que en el resto de estancias, deja espacios amplios y escoge muebles cómodos.

Crear espacios de estilo Slow Design.

Otra opción es aprovechar los espacios abiertos para crear rincones temáticos. Un espacio de lectura, de juegos o una zona chill out son algunas de las opciones. Eso sí, recuerda no incluir un exceso de elementos decorativos y que los muebles sean lo más naturales posibles.

Las puertas y paredes de cristal son la conexión perfecta entre los espacios abiertos y la casa. De este modo se consigue dar una sensación de continuidad. Parece que los exteriores forman parte de la estancia y además la vivienda tiene mayor luminosidad y parece más amplia.