Cobertizos de madera para las herramientas del jardín

¿Quieres ordenar por fin todas tus herramientas de jardín? Los cobertizos son un lugar perfecto para almacenamiento. Además, no tienes por qué comprarlos necesariamente, atrévete a hacerlos tú mismo.
Cobertizos de madera para las herramientas del jardín
Sofía Sangrador del Río

Escrito y verificado por la historiadora del arte Sofía Sangrador del Río.

Última actualización: 12 febrero, 2018

A lo largo del siguiente artículo nos centraremos en los cobertizos de madera, una buena opción para almacenar objetos de todo tipo, en este caso, herramientas de jardín. En ocasiones, podemos llegar a acumularlas en exceso, por lo que surge la necesidad de tener un lugar para recogerlas y resguardarlas.

Obviamente, puedes encontrarlos construidos en otros materiales, como pueden ser resinas y plásticos. Suelen estar situados al aire libre, ya sea en terrazas abiertas o jardines, llegando a ser un elemento prácticamente indispensable.

La variedad de ejemplos existentes es muy amplia, sumando aquellos disponibles para la venta en tiendas online.

Características principales de los cobertizos de madera

Al optar por la madera, estamos abogando por dar un carácter natural y rústico al espacio en que se encuentra colocado nuestro cobertizo.

Debemos plantearnos cuál es la altura y tamaño que realmente necesitamos, ya que encontramos una amplia variedad, fundamentalmente en función del presupuesto de cada persona. El modelo más sencillo puede consistir simplemente en cuatro paredes y un techo, por tanto, no es necesario que tengan un suelo incluido.

Obviamente, el tamaño se encuentra estrechamente relacionado con las funciones otorgadas y el tipo de objetos que van a ser guardados en el interior. Por ejemplo: si vamos a guardar una carretilla o un cortacésped, necesitaremos una puerta doble en lugar de una simple, ya que sino, no podremos sacarlas ni meterlas con facilidad.

Cobertizo de madera grande con doble puerta.

En cualquier ejemplo podemos aplicar la siguiente idea: cuanto más gruesas sean las paredes, mayor será su resistencia y durabilidad o vida útil.

Si nos fijamos en los ejemplos más desarrollados, es posible ver algunos avances, como canalones o recolectores del agua de lluvia.

En relación con las cubiertas o techos, encontramos fundamentalmente tres tipos:  pendiente simple, doble pendiente o techo plano.

Al optar por la madera, surge el siguiente inconveniente: la necesidad de un mantenimiento bastante regular. Por tanto, no podemos desentendernos del todo.

Para ello, debemos hacer diferencia entre los distintos tipos de madera.  Algunas, al ser tratadas, son más resistentes a agentes como el paso del tiempo o la putrefacción. Es normal la aplicación de algún tipo de capa protectora, como los barnices. Así, aumentará su resistencia ante agentes como la lluvia, nieve o incluso el sol.

Es ideal que tengan alguna ventanita, para permitir la circulación de aire fresco y por tanto renovado, en el interior. En la parte exterior, puedes decorar con algunas macetas.

Por último, adelantando algo que veremos en el siguiente apartado, es importante escoger sobre qué superficie colocar el cobertizo.

Cómo hacer tú mismo cobertizos de madera

En primer lugar, pensando en la función y en el espacio disponible, deberás decidir qué forma y tamaño elegir. Lo más normal es forma de caseta o de armario.

Por otro lado, es ideal que los fijemos al suelo, de modo preventivo ante futuras situaciones más “arriesgadas”, como vientos fuertes o tormentas.

Es muy importante encontrar la superficie correcta, sobre todo cuando el cobertizo no tiene su propio suelo. Cuando decidimos colocarlo directamente sobre el suelo, debemos escoger una base firme y bien nivelada.

Después de asegurar esa base, procederemos a construir la estructura de las paredes, que normalmente será rectangular o cuadrada. En la zona del techo, colocaremos un travesaño. Desde él, partirán listones hasta la zona de las paredes, sujetándolos con tornillos.

Finalizada esta fase, cubriremos el techo, preferiblemente con un material que aísle e impermeabilice, sobre el que pondremos madera. Tras esto, cubriremos la estructura de las paredes, colocando los tablones necesarios.

Cobertizo de madera hecho por uno mismo.

Como dijimos en el apartado anterior, debemos recubrir esto con materiales protectores, como por ejemplo barnices.

Por último, colocaremos la puerta y la/las ventanas, de formas, tamaños y materiales variados.

Asimismo, recuerda que puedes pintar y decorar a tu gusto sobre la madera. Sin embargo, en muchas ocasiones vemos que la madera se deja sin pintar.

Organización de las herramientas en el interior de los cobertizos de madera

Además del aspecto exterior, no debemos dejar de dar importancia al interior. Hay que buscar la mayor optimización del espacio disponible.

Para ello, puedes ayudarte de estanterías de metal o madera, clavos, ganchos y cajas. Intenta aprovechar hasta las zonas más altas del cobertizo. Cada una de las herramientas debe contar con su propio lugar.

Una solución original, para aprovechar también las paredes, es colocar las herramientas sobre celosías o palés. Solo tendrías que disponerlos verticalmente sobre la pared. También puedes servirte de carritos con ruedas, con dos o tres pisos, dónde colocar las herramientas más menudas, más fáciles de perder.

Herramientas ordenadas en una pared de madera.

En el caso de que tengas en el jardín una casita dónde jugaban los niños de pequeños, puedes reutilizarla. Así, simplemente tienes que cambiar los juguetes por las herramientas, ya que el espacio de almacenamiento en sí no cambia demasiado.

Por tanto, a modo de conclusión, queremos decirte que, si sigues estos consejos e ideas, conseguirás un cobertizo perfecto para almacenar y guardar todo aquello que necesites.