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¿Cómo elegir un sistema de calefacción?

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La calefacción es esencial en una casa para poder sentirte cómodo en ella, sin pasar mucho frío ni calor. Esto lo conseguimos eligiendo el sistema de calefacción más adecuado a tu hogar.
¿Cómo elegir un sistema de calefacción?
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez

Última actualización: 22 febrero, 2018

La calefacción se convierte en el principal aliado del hogar en invierno. Resulta indispensable tener un control del calor en el interior; sin embargo, hay que acertar al elegir un sistema de calefacción que mejor se adapte a las necesidades de cada usuario.

No todas las viviendas son iguales; por eso, a la hora de elegir pueden surgir algunas preguntas como ¿cuál es el que mejor se adapta a nuestro hogar?, ¿cuál regula y distribuye mejor el calor?, ¿de qué tipos hay?

La elección de una calefacción depende del tipo de superficie donde se vaya a colocar, el número de personas que habitan el espacio, el tipo de orientación, el aislamiento, etc.

A continuación se presentan diferentes tipos de calefacción que pueden ayudar a las personas a escoger el más idóneo.

Calefacción de gas

El gas es el perfecto sistema de calefacción limpio, eficiente y con garantías de futuro. Cada vez más hogares tienen este dispositivo y las nuevas viviendas se construyen con suministro de gas y radiadores para reparto homogéneo.

También se pueden utilizar las chimeneas de gas desempeñan el mismo papel funcional y cada vez se utilizan más, sobretodo en casas amplias como chalets.

Para las ciudad se emplea el gas natural. Son comunes las infraestructuras externas de los edificios que poseen conductos apropiados para este tipo; sin embargo, a la hora de llevarlo a poblaciones pequeñas y de ámbito rural resulta muy complicado.

El gas propano es el medio más adecuado para localidades pequeñas. Tiene más potencia que el gas natural, pero es más peligroso que éste. Se puede almacenar en depósitos y permite calentar grandes casas. Es muy recurrido en zonas de montaña.

Por otro lado se encuentra el gasóleo C, un combustible contaminante más potente que el gas natural pero también con riesgos. Posee una alta capacidad efectiva de funcionamiento.

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 Chimenea de gas / proyectos.habitissimo.es

Calefacción eléctrica

Sistema de calefacción muy habitual en los hogares, resulta muy sencilla su instalación y la disposición en casa puede ser muy cómoda. Este tipo de aparatos convierte la electricidad en calor.

No es un tipo de calefacción que contamine; requiere un sistema eléctrico avanzado, adecuado a las funciones de la casa y con resistencia, ya que consume mucha energía y puede elevar el coste de la factura de la luz.

Existen aparatos desplazables por distintos espacios de la casa u otros que son fijos. El factor positivo es la capacidad de calentar un lugar en poco tiempo; posee una gran potencia que evidencia la fuerza de esta energía.

Sin duda, a la hora de elegir siempre se busca aquello que sea económico y eficiente. En este caso, la calefacción eléctrica es eficiente pero muy costosa, más que la de gas.

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Radiador eléctrico /  francofurniture.es

Energía termoeléctrica

Este tipo de energía requiere una alta inversión que las anteriores y necesita electricidad. Aunque, en realidad, es un sistema más complejo pero que ofrece una efectividad muy elevada.

Resulta curioso este tipo de calefacción por la complejidad e innovación que posee. Se transmite el calor a través del calentamiento de un aceite especial que se calienta por la transmisión de energía eléctrica dentro de un acero.

Cada radiador tiene un termostato y son todos independientes; por tanto, aquellas habitaciones que no interese calentar se puede apagar, logrando un sorprendente ahorro energético. No obstante, el uso abusivo de todos los radiadores puede encarecer costes.

En realidad, una vez que se apagan los radiadores, éstos siguen emitiendo calor durante un tiempo.

Calefacción en el suelo

En realidad, la población se acostumbra al mismo tipo de calefacción de radiadores. Pero la eficiencia energética resulta muy diferente con este sistema de suelo con calor.

Aunque resulte extraño, esta calefacción fue utilizada por los romanos y se ha prolongado su uso en ambientes rurales, incluso en el siglo XX en España. Se denominaba “gloria” y permitía generar calor a través del suelo que siempre estaba caliente.

En la actualidad ha cambiado el sistema histórico de la “gloria”. Para los hogares se disponen tuberías por las que circula agua caliente y se distribuye por el hogar. Esto permite irradiar calor por todos los rincones propagándose hacia arriba.

Los pies de las personas pueden estar calientes y no se pierde tanto calor como con los radiadores de pared. A su vez, permite ahorrar energía, no resulta muy caro su mantenimiento, no contamina y ofrece un ambiente más cómodo para los habitantes.

Sin embargo, el único inconveniente es el caro proceso de instalación. Requiere un nivel de infrastructuras que, a la larga, sale rentable, sobre todo por el ahorro energético y la eficiencia del sistema.

La comodidad que proporciona es mucho más interesante que otros tipos de calefacción. Sin duda, la elección del suelo con calor es una inversión de futuro que facilita la vida de las personas, especialmente si se tiene niños pequeños.

 

Hoy en día hay una gran variedad de radiadores, ya no tenemos solamente los antiguos y clásicos. Puedes encontrar en el mercado cualquier modelo, cualquier figura geométrica o incluso diseñarlo tú mismo en función de tus gustos y necesidades.

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Radiadores con forma de clip /  tuducha.com