¿Cómo saber si tenemos el hogar chapado a la antigua?
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
Las costumbres y los tradicionalismos se pueden manifestar en el hogar de diferentes maneras; eso sí, pueden ofrecer una apariencia poco moderna. Por eso, es importante que valoremos cómo saber si tenemos el hogar chapado a la antigua.
Hoy en día, tiene cada vez mayor recorrido la decoración contemporánea, aquella que demuestra un contenido actualizado donde tiene cabida la tecnología, las nuevas tendencias, las combinaciones cromáticas originales y las innovaciones más sofisticadas.
En lugar de acudir a los convecionalismos de épocas anteriores, se tiende hacia una perspectiva renovada que trate de cambiar la imagen interior. En este sentido, invitamos a hacer un análisis pormenorizado del hogar y comprobar si realmente tenemos recursos que están pasados de moda.
Labor de observación y evaluación
Lo primero que debemos llevar a cabo es una observación específica de los recursos que tenemos en casa. Es probable que algunos de ellos sean heredados de nuestros antepasados o, quizá, hayan sido adquiridos hace ya bastantes años.
Esto se puede reflejar no solo en los diseños o en los formatos sino, también, en el estado de los materiales, los cuales pierden su apariencia original con el paso del tiempo, sin olvidar los posibles rayones, el desgaste y el deterioro estético. Estos son un claro indicativo de que tenemos un hogar chapado a la antigua.
De este modo, se realiza un proceso de evaluación con el que determinar cuál es la situación de la casa, qué se tiene que mejorar y qué hay que cambiar. Esta fórmula nos permite saber si realmente tenemos una decoración vieja y desfasada.
Es importante estar a la moda y no quedarse anclado en el pasado.
¿Cuál es el estilo del hogar?
Si no sabemos dar respuesta a esta pregunta entonces tenemos un problema. El concepto «anticuado» se asocia a estilos como el ecléctico, el clásico o el barroco. Para todos ellos, se utilizan recursos que guardan patrones comunes, algo que no tiene mayor trascendencia en el ámbito urbano actual.
- Tal y como se ha comentado en el apartado anterior, es importante observar y conocer bien qué tenemos en casa. Si comprobamos que muchos de los muebles no casan entre sí o no terminan de gustarnos, entonces hay que hacer algo con ellos.
- En el caso de que no se llegue a determinar correctamente el estilo, es porque el mobiliario no define bien la estética. En otras palabras, todo el conjunto debe guardar una armonía. Por ejemplo, si nos excedemos con los muebles retro, se satura el ambiente.
- Si los muebles y los objetos empleados nos recuerdan al pasado, tanto por sus formas como por los diseños, es porque no hay una pretensión nuestra por cambiar. Solemos acomodarnos en lo que ya conocemos; esto se considera una actitud conservadora.
- Un factor a tener en cuenta son los elementos empleados para ornamentar la casa. Si aplicamos un concepto clásico, como el uso de lámparas de araña, candelabros o cortinas antiguas, estaremos creando un escenario que nos transporta un siglo atrás.3ºxqa
- Respecto a los electrodomésticos, si son muy viejos y no los renovamos, entonces no hay vuelta de hoja. Actualmente, tenemos la oportunidad de lograr un objetivo: la tecnificación de nuestra vivienda.
Tratamiento de las paredes
Otro aspecto a valorar es el estado de las paredes y la pintura que se les ha aplicado. Se puede dar el caso en el que se haya utilizado yeso y una capa blanca que, a largo plazo, se va descorchando y se pierde la esencia. Esto es algo muy propio de las casas antiguas.
Hay que tener cuidado también con el papel pintado, puesto que si no se complementa con un mobiliario más moderno se puede caer en ese carácter vetusto; en cambio, puede ofrecer otra estética de estilo vintage, si se trata de mostrar un contenido recordatorio del pasado.
Una casa completamente desfasada
Las casas de nuestros padres o abuelos siguen una línea propia de su tiempo; sin embargo, en la actualidad puede que queden desfasadas y necesitemos una nueva imagen.
No hay nada peor que recibir invitados y no sentirnos orgullosos de nuestra vivienda o que nos avergoncemos de la decoración. Es importante sentirnos a gusto y bajo una estética personalizada.
En definitiva, no importa cómo trabajemos el hogar, lo que interesa es que esté a la moda, que se aplique el contexto que mejor se adapte a las nuevas tendencias y, sobre todo, que no esté chapado a la antigua.
- Emma, Callery: Enciclopedia práctica de la decoración, Everest, 2001.
- Wilson, Judith: La casa vintage: tesoros con estilo para un hogar muy chic y actual, Océano Ámbar, 2009.