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Nuestra personalidad queda reflejada en el hogar

4 minutos
El hogar se convierte en el espacio donde se pueden aplicar productos y contenidos específicos que reflejen nuestra personalidad.
Nuestra personalidad queda reflejada en el hogar
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez

Última actualización: 25 enero, 2021

Por norma general, nuestra personalidad queda reflejada en el hogar. Esto se puede comprobar, normalmente, por los distintos recursos decorativos que empleamos: los colores, las formas, la distribución y el estilo. Todo forma parte de un conjunto definitorio de nosotros mismos.

El objetivo que solemos plantearnos es que podamos crear un entorno apacible, sosegado y cómodo. La idea es que nos sintamos en armonía con todo lo que nos rodea. Si alcanzamos este grado, quiere decir que estaremos conformes y tranquilos.

Sin embargo, esto no se puede adquirir sin pensar qué colocar en cada lugar. Ciertos elementos pueden demostrar cómo somos, qué cualidades tenemos y de qué manera manifestamos nuestras inquietudes. En otras palabras, se considera como un gran resumen de nuestra propia vida.

El color, el fiel reflejo de uno mismo

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Desde pequeños solíamos simpatizar por algunos colores que, al fin y al cabo, nos resultaban agradables o que asociábamos a algo que nos gustaba. Una vez que nos hacemos adultos, ampliamos los gustos, pero solemos decantarnos por aquellos que más nos identifican.

Por ejemplo, quienes tienen personalidades más independientes, activas e individualistas escogen tonos radiantes y cálidos; en cambio, los que son tranquilos y de carácter serio acuden a los oscuros. De esta manera, representan la forma de ser de cada uno.

También es cierto que las combinaciones son el proceso por el que se trata de arriesgar en la decoración; es decir, si somos más atrevidos, nos aventuramos a disponer algunos colores que traten de ofrecer una imagen distinguida, innovadora y moderna.

En el hogar y en el mundo de la moda, los colores demuestran cómo somos en realidad.

El estilo que refleje nuestra personalidad

¿Existe la posibilidad de que un estilo refleje cómo somos en realidad? Bien es cierto que tenemos distintas formas de trabajar, pero a través del diseño de interiores conseguimos un tipo de apariencia concreta con la que definidir nuestra personalidad.

  • Los estilos más actuales, como el contemporáneo, el minimalista o el mid century, demuestran la realidad actual; es decir, se comprueba un proceso de afirmación que encaja con la vida urbana del momento, aquella que se acomoda a preceptos sencillos y funcionales.
  • Las personas que son extrovertidas, dinámicas y alegres tienden a escoger estilos más sofisticados y elegantes, cuidan cada detalle y trabajan los distintos componentes que se encuentran en los interiores.
  • Quienes deciden desmarcarse de la realidad se vinculan a conceptos más hippies o, incluso, con mayor dejadez a la hora de establecer las combinaciones debido a la falta de interés por construir un discurso interno.
  • Por otro lado, la sencillez y la simplicidad se configuran como esquemas básicos que se reflejan en estilos como el rústico, en las casas de campo o, por ejemplo, en los pisos de ciudad donde reina la funcionalidad. La idea es que no se apliquen extravagancias que estén fuera de tono.

Una casa habla por sí sola

Some figure

Existe la posibilidad de que una casa explique, por sí misma, cómo somos en realidad. La decoración que se establezca va a demostrar cuáles son nuestros gustos, costumbres y aficiones.

Indudablemente, ejemplifica si una persona es desordenada, cuidadosa, bohemia, etc. En este sentido, no debemos quedarnos en la mera superficie, ya que hasta el más mínimo detalle puede reflejar nuestras pretensiones en la vida.

Por este motivo, la vivienda se convierte en el apéndice de la personalidad individual, de la misma manera que puede ser la ropa que llevamos, el coche o las distintas maneras que tenemos de actuar en el día a día.

Realizar la elección adecuada

De nada sirve que decoremos sin que exista un objetivo claro. Esto puede desdibujar la manera de ser de uno mismo y que se generen imprecisiones y dudas. En realidad, hay que ser fieles a sí mismos y personalizar el cuarto siguiendo los criterios propios.

Resulta fundamental que, de una forma coherente y sensata, se escojan los productos que van a colocarse en cada estancia de la casa. Solo así se define la identidad de uno mismo.

En definitiva, es momento de trabajar la estética interior según la conveniencia personal, pero siempre desde una perspectiva objetiva y acabar con la idea de copiar modelos impersonales.



  • Atkins, Caroline: Colorea tu hogar, Londres, Ceac, 2003.
  • Quan, Diana: El paraíso es tu casa, Barcelona, Penguin Random House, 2017.