¿Por qué utilizar obras de arte en la decoración del hogar?

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez

Última actualización: 30 agosto, 2020

La idea de ofrecer un carácter distinguido y elegante en los interiores se puede lograr a través de distintas vías. El principal objetivo es que apliquemos un valor añadido: nuestro interés por la cultura. Por eso, surge la siguiente cuestión: ¿por qué utilizar obras de arte en la decoración del hogar?

Antes de elegir un recurso ornamental, debemos preguntarnos si realmente nos agrada, si resulta atractivo o si puede suscitar interés. Probablemente, a nosotros sí que nos guste, no deja de ser una elección propia, pero ¿realmente se compenetra con el diseño interior?

En lugar de remitir a los típimos elementos decorativos, podemos buscar otras alternativas. El criterio personal debe centrarse, fundamentalmente, en ambientar y mostrar una imagen que sea nuestra seña de identidad y defina una estética más exquisita.

¿Qué nos aportan las obras de arte?

Un factor a tener en cuenta son las aportaciones que realizan las obras de arte en la decoración. Los significados, los colores, las temáticas y el clima que generan se encuentra en un plano completamente diferente a otros recursos ornamentales.

Un cuadro pictórico o una escultura encajan a la perfección en cualquier parte de la casa, siempre y cuando el contexto general sea el apropiado. De repente, ese rincón o la superficie donde se encuentre la obra adquiere otro aspecto y se revaloriza el espacio.

Por tanto ¿qué nos pueden aportar? Una concepción estética mucho más refinada. Estamos lanzando un mensaje muy claro: tenemos cierta sensibilidad por el arte y queremos que esté presente en nuestro día a día.

“En el arte, como en el amor y la ternura, es lo que da fuerza.”

-Óscar Wilde-

Criterios a seguir a la hora de escoger una obra de arte

Una vez que nos hemos planteado la incorporación de obras de arte en la decoración, debemos hacer la elección acertada. No hay que cometer el error de introducir aquellas piezas que, en el fondo, no encajan bajo ningún concepto. Veamos algunos criterios a seguir:

1. El estilo de la casa debe estar acorde con las obras seleccionadas. No puede disponerse una escultura clásica dentro de un contexto completamente contemporáneo o pinturas oscuras dentro de un ambiente lúgubre. Debe existir una concordancia.
2. Cabe destacar que una vivienda es un diseño arquitectónico donde se ha aplicado un proceso artístico. De este modo, debe existir un equilibrio entre continente y contenido; es decir, que el exterior no sea demasiado vulgar a diferencia del interior que recaba todo el interés.
3. Lo más importante de todo es que el estilo nos guste. De nada sirve escoger simplemente por intentar mostrar lo que no somos. Hay que demostrar personalidad.
4. Es preferible decidirse por una o dos obras que nos cautiven y que encajen en el hogar a llenar todos los espacios con un gran número de producciones que, en realidad, no hacen más que recargar y saturar el ambiente.

¿Las obras de arte quedan bien en cualquier estilo?

El arte tiene sentido en cualquier parte; no hay más que ver cómo las propias calles son museos abiertos. En este sentido, lo que hay que hacer es conocer el estilo que tenemos en casa y plantearnos qué tipo de obras pueden quedar bien.

Una de las cosas que conviene evitar es la mezcolanda aleatoria de obras de distintos estilos. Si utilizamos una pintura de pared impresionista y a su lado colocamos una escultura vanguardista, se genera una tensión estética que, generalmente, no favorece.

El objetivo es que exista armonía en el conjunto. Si aplicamos la consonancia entre la decoración y el diseño interior, entonces habremos alcanzado cierto grado de bienestar personal y, por supuesto, lo habremos convertido en un lugar más acogedor.

¿Cuántas obras de arte conviene utilizar?

No se puede decir que exista un número determinado de obras de arte en la decoración del hogar. Nosotros mismos podemos decidir si disponer solamente una en un lugar concreto o hacer un reparto igualitario entre las distintas estancias.

En nuestras manos está que la casa sea simplemente un museo o un lugar donde los recursos están compenetrados entre sí. Esta es la mejor manera de aplicar un sentido distinguido y singular al hogar, demostrando nuestro gusto por la cultura y fomentando el arte.