¿Cómo ahorrar en la factura de la luz durante el invierno?
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
En algunas épocas del año, pasamos más tiempo en casa. Esto supone un mayor gasto de energía; por eso, es importante saber cómo ahorrar en la factura de la luz durante el invierno y qué medidas podemos adoptar para seguir disfrutando de la casa sin derrochar dinero.
No hay nada peor que tener que pagar por algo que podría haberse prevenido. Esto sucede por no ser conscientes de las diferentes causas que generan consumos excesivos. De hecho, sucede sin darnos cuenta en absoluto.
Hoy en día tenemos aparatos funcionando continuamente. La tecnología se está convirtiendo en un apéndice de nuestras vidas, sin ella no podemos realizar ciertas tareas que, de un modo u otro, se convierten en imprescindibles para el trabajo o el bienestar.
La energía eléctrica, un bien muy preciado
Si estudiásemos detenidamente la manera en que utilizamos la energía eléctrica, nos daríamos cuenta de que la necesitamos constantemente. Por ejemplo, el frigorífico se encuentra en funcionamiento las 24 horas, el router wifi lo mismo, mientras que otros aparatos están en constante uso durante horas.
El hecho de pasar más tiempo en casa durante el invierno se debe a diversos factores: hay menos horas de luz, el tiempo no invita a salir, el frío mitiga nuestro entusiasmo, etc. Esto supone que prefiramos hacer actividades de interior.
De este modo, se va a hacer un mayor uso de los móviles, tablets, ordenador, televisión, etc. A su vez, tenemos más tiempo encendidas las luces, apetece probar a hacer recetas de cocina en el horno, ensuciamos más y encendemos más veces el lavavajillas, etc.
El alto consumo energético supone un incremento considerable de la factura de la luz.
Fórmulas para ahorrar en la factura de la luz
Existen diversas fórmulas para no gastar tanta luz y que la factura no sea tan abultada. Lo primero de todo es ser conscientes de la situación, hacer una evaluación previa y despertar la conciencia ecológica.
- Es importante hacer un examen personal y reconocer si estamos haciendo un uso excesivo de los dispositivos electrónicos. Si es así, hay que tratar de solucionar la situación y comenzar a ser más responsables.
- Cuando no estemos en una habitación, hay que apagar la luz. En ocasiones, dejamos flexos y lámparas encendidas a pesar de no estar presentes en el lugar. Esto es algo que se puede evitar.
- Si por cuestiones laborales debemos usar el ordenador, entonces no hay que sentirse culpables; sin embargo, solemos perder mucho el tiempo en ocio secundario cuando, en realidad, podríamos aprovechar para salir a la calle y hacer otras actividades.
- Los electrodomésticos también generan mucho gasto. En lugar de usar a diario el horno, la lavadora, la secadora, etc., ¿por qué no tratar de condurar más en el tiempo su utilización? A largo plazo, comprobaremos una mejora sustancial.
- La colocación de bombillas led nos puede ayudar a que el consumo se reduzca. Está comprobado que, al cabo de un año, se paga menos si se tiene este tipo de bombillas.
Evitar el uso de estufas y radiadores eléctricos
Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos en invierno es el frío. ¿Qué ocurre si no tenemos calefacción central? En ese caso, tendríamos que hacer uso de radiadores o estufas eléctricas. El mero hecho de encenderlas a diario puede generar un derroche de energía disparatado.
Esto es un serio problema, sobre todo si no tenemos a mano ningún otro recurso para obtener calor. En el caso de que tengamos una chimenea, es una buena solución, pero también es importante aprovechar las horas de sol abriendo todas las persianas.
La decoración también puede servir de ayuda. Si disponemos alfombras de pelo de invierno, mantas de lana, un suelo de parqué y sofás de lino, podemos salvar la situación y reducir la sensación de frío.
Cortar la circulación de aire
Aunque no lo creamos, los espacios se enfrían principalmente por la circulación de aire frío. Conviene cerrar las aberturas que hay entre las puertas mediante cinta aislante o goma espuma; de todos modos, un buen aislamiento de las paredes es fundamental.
No obstante, si no queda más remedio que encender los radiadores eléctricos y utilizar la luz en las habitaciones, conviene ser razonables y no malgastar. Si podemos apagar los aparatos más a menudo, indudablemente conseguirmos ahorrar en la factura.
- Jorge, Elena: Del hogar digital a la casa red, Lulu, 2008.
- Kriebel, Henning: Ahorro de energía mediante electrónica, Barcelona, Marcombo, 1998