Consejos para ahorrar en la calefacción
Ha llegado la temporada de invierno y el uso de la calefacción aumenta, así como el costo de la electricidad y el gas, por lo que conviene ahorrar un poco. No obstante, tampoco te decimos que debes sufrir de frío, la idea es encontrar un punto medio en el que te sientas cómoda en casa, pero no a costa de tu cuenta bancaria.
Sigue leyendo para descubrir cuáles son esos consejos que tenemos para ti. ¡Apunta y anímate a seguirlos!
Ahorrar en calefacción sí es posible
De por sí, las tarifas de gas y energía han tenido un alza tremenda, afectando los bolsillos de los hogares. Ahora, con el inicio de la temporada fría, el panorama no puede ser otro. No obstante, para que no tengas que echarte encima un gasto peor, sigue estos consejos que te ayudarán a ahorrar dinero en la calefacción.
1. Cambia tus textiles de verano por unos de invierno
El primero de los consejos para ahorrar en la calefacción que te tenemos consiste en hacer el cambio de tus textiles de verano. Guarda tus alfombras de fibras naturales por una de lana que ayude a aislar el frío del suelo.
También hay que cambiar la manta de tu cama, siendo una muy buena idea combinar un edredón nórdico con una manta de nada y sábanas de franela. Este conjunto te ayudará a no pasar frío y así reducir la intensidad de la calefacción.
Para espacios como el salón, te invitamos a cambiar las fundas de los cojines y a poner algunas mantas que puedan mantenerte caliente cuando estés en esta zona.
2. Poner cortinas térmicas
El segundo de los trucos que puedes seguir para ahorrar en la calefacción consiste en cambiar tus cortinas habituales por unas térmicas. Con estas puedes reducir la pérdida de calor y controlar las corrientes de aire. Además de estos beneficios, este tipo de cortinas son resistentes, así que podrás usarlas en varias temporadas de invierno.
La mayoría están fabricadas con varias capas, lo que te permitirá aprovechar de la luz del día, sin sacrificar el calorcito.
3. Pon unos burletes en las puertas y las ventanas
El tercero de los consejos que tenemos para ti ayuda a evitar filtraciones de aire frío por entre las ventanas y las puertas. Se trata de poner unos burletes en estos espacios y evitar que entre el frío, pero también que escape el calor que ya hay dentro de los cuartos.
Además de evitar que el frío se cuele, los burletes evitan que el ruido y el polvo ingresen, así que obtendrás un triple beneficio. Estos elementos son económicos y los hay en diferentes materiales, así que no tendrás problema en conseguir los que necesites.
4. No obstruyas los radiadores
Obstruir los radiadores con muebles, mesas o butacas hace que deban trabajar más de la cuenta y que el calor que emiten se distribuya de forma inadecuada. Esto hace que el calor no se sienta y debas subirle la potencia, aumentado el gasto.
En relación con esto, es importante que no pongas la ropa a secar encima de los radiadores porque aumentarás la humedad dentro del hogar y no es eso lo que deseas.
5. Programa la calefacción
En vez de apagar y prender la calefacción cuando tengas frío y calor, te recomendamos programar tu caldera para que la temperatura ambiente sea constante, entre 19 y 21 grados centígrados. La razón detrás de ello es que calentar poco a poco aumenta el gasto.
Asimismo, programa tu calefacción para cuando no estés en casa. Lo ideal es que se encienda automáticamente una hora antes de que regreses a casa, así encontrarás tu espacio caliente. Al final del mes, notarás los efectos de este consejo en la factura.
6. Prende la chimenea
Si tienes la fortuna de tener en tu casa o piso una chimenea, entonces utilízala para ahorrar dinero en la calefacción. Aunque encenderla y mantenerla prendida es más complejo que simplemente prender la caldera, la chimenea genera un espacio de intimidad y calidez muy reconfortante.
7. Abrígate en casa
El último de los consejos para ahorrar en la calefacción consiste en abrigarte cuando estés en casa, así no tendrás que poner el radiador a tope. Ponte un abrigo, un pantalón largo y unas medias. Esta es la oportunidad de aprovechar y sacar la ropa hermosa de invierno que tienes en el guardarropa, aunque no salgas a la calle.