Estanterías flotantes, una nueva tendencia en decoración
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
La innovación se convierte en uno de los objetivos que solemos plantear para el diseño de interiores. Cuando tenemos que escoger los recursos y el mobiliario, tendemos a recurrir a los prototipos más comunes; no obstante, vamos a analizar cómo son las estanterías flotantes, una nueva tendencia en decoración.
En más de una ocasión, nos surgen dudas sobre dónde colocar una maceta, un jarrón, unos libros, etc. Se puede dar la dificultad de disponer ciertos elementos y distribuirlos de forma coherente, pero por el formato de la vivienda o por la falta de espacio, nos vemos un poco más limitados.
En este sentido, surgen ideas interesantes para amueblar sin perder la capacidad funcional. La idea es que sepamos qué podemos utilizar y qué no, teniendo en cuenta que todo debe organizarse sin que nada se convierta en un obstáculo para el tránsito interno.
Las estanterías flotantes, ¿cómo son?
A la hora de describir cómo son las estanterías flotantes, debemos tener en cuenta que, en primer lugar, no van a ocupar un espacio en la parte baja sino en altura; en otras palabras, no tienen patas de apoyo sobre el suelo sino todo lo contrario.
Se produce, así, un mayor aprovechamiento de la habitación. De este modo, se colocan en esquinas, huecos o, simplemente, en la pared. Esta nueva tendencia está ganando terreno a la estantería tradicional, básicamente por las facilidades que ofrece y el efecto estético que genera.
Denota una imagen original y más moderna. Una vez que las contemplamos, nos preguntamos cómo se sujetan, ya que no se puede vislumbrar ningún sistema estructural de apoyo. Esta fórmula es muy interesante para viviendas actuales que siguen una línea minimalista, contemporánea o vanguardista.
Un recurso innovador que abre una nueva visión estética en la casa.
Tipologías de estanterías flotantes
Existen diferentes tipologías en el mercado. Nosotros mismos podemos organizarlas según nos convenga. Son independientes las unas de las otras, de ahí que podamos trabajarlas según el objetivo estético que deseemos. Vamos a conocer algunos ejemplos:
- Uno de los casos más comunes son los estantes separados entre sí que forman un ángulo de 90º con la pared. Se fijan con escuadras o alcayatas y pueden adaptarse perfectamente a cualquier parte de una habitación.
- Otro ejemplo son las que poseen un esquema desigual, donde varias baldas se unen para conformar un único recurso; es decir, se establecen distintos compartimentos que funcionan para la división de apartados y configurar un sistema orgánico.
- Dependiendo de las formas geométricas que busquemos, podemos encontrarlas en formato rectangular, circular, triangular o, incluso, sinuoso. Estas fórmulas nos permiten dinamizar el ambiente al producir una sensación de mayor originalidad y al generar un nuevo diseño.
- Las de madera son las más comunes; de hecho, las anteriores suelen estar hechas de este material. De todos modos, tenemos otras opciones: las de metal. Son estanterías hechas con finas varillas de hierro o acero que son muy funcionales. Se pueden encontrar habitualmente en despachos u oficinas.
Estanterías de cuerdas
Para ofrecer una imagen en la que se combine la sencillez, lo tradicional y lo natural, tenemos las estanterías de cuerdas, un planteamiento estético que atraerá la mirada solo por su originalidad.
Podemos hacerlas nosotros mismos; todo es cuestión de tener imaginación y enganchar unas cuerdas con nudos en cada una de las baldas. Para que se sostengan correctamente, hay que asegurarse de que queden bien fijada en el techo y, sobre todo, que no se encuentren en zonas donde hay corrientes de aire.
De esta manera, se logra una apariencia muy diferente a lo que generalmente encontramos en las casas; además, no ocupan demasiado sitio y se convierten en una pieza decorativa muy interesante: quedan muy bien en dormitorios o salas de estudio.
Las estanterías convencionales han pasado a la historia.
¿Dónde colocar las estanterías flotantes?
Tal y como se ha comentado anteriormente, existen distintas disposiciones, pero si queremos que reciban mayor protagonismo podemos emplearlas, por ejemplo, encima del cabecero de la cama, junto al televisor del salón, para completar las esquinas de la sala de estar, detrás de la mesa del despacho, etc.
En el fondo, hay múltiples posibilidades y contribuyen positivamente al ambiente del lugar. Incluso, se consolidan como un referente más atractivo; por eso, es importante que tratemos de establecer una coordinación y combinación adecuada con el resto del mobiliario.
- Ventura, Anna: 1000 ideas prácticas en decoración del hogar, Universe Publishing, 2003.