Hormigón biológico, el material que se repara solo
Escrito y verificado por arquitecto Renato Alonso Ampuero Rodríguez
El hormigón biológico es un material que se encuentra a la vanguardia de la construcción, siendo una de sus características el que se repara solo. Este material revolucionario ha llegado gracias al Grupo de Tecnología de Estructuras de la Universidad Politécnica de Cataluña.
Aparece para dar respuesta a los inconvenientes que surgían del uso de los llamados jardines verticales en las fachadas. Estos jardines son una excelente opción para mejorar la eficiencia energética de los edificios, pero, muchas veces, resultan costosos y de difícil solución.
En esa búsqueda por dar una mejor solución a los jardines verticales, se ha desarrollado un hormigón biológico, con el cual podemos construir fachadas “vivas”.
Este material, que además está pensado para ser aplicado en fachadas de diversas construcciones, ofrece ventajas medioambientales, térmicas y decorativas. Es una excelente opción para hacer arquitectura sostenible.
La arquitectura sostenible, con la aplicación de este tipo de material, busca también mejorar los parámetros medioambientales urbanos.
Y es que al aplicar hormigón biológico se está pensando también en una adecuada gestión de los recursos y en la conservación de la energía. Definitivamente, el hormigón biológico está en el apartado de materiales de construcción sostenibles.
¿Cómo está compuesto el hormigón biológico?
El equipo de investigación ha utilizado dos materiales a base de cemento para el desarrollo de este nuevo hormigón. Por una parte, ha utilizado hormigón convencional carbonatado (basado en cemento Portland), obteniendo un material con un pH de 8.
El otro material se encuentra fabricado con un cemento de fosfato de magnesio (MPC, por sus siglas en inglés Magnesium-Phosphate Cement). Este tipo de cemento es un conglomerante hidráulico que no requiere ningún tratamiento para reducir el pH, debido a que es ligeramente ácido.
Las propiedades del cemento MPC han hecho que este también sea empleado como biocemento en el ámbito de la medicina y la odontología. Con esto, este material ha demostrado que no tiene un alto impacto medioambiental.
La innovación del hormigón biológico radica en que funciona como un soporte natural para el crecimiento de determinados organismos biológicos. Estos organismos pueden ser ciertos tipos de familias de hongos, musgos y líquenes.
Ahora, el grupo de investigación se ha centrado en desarrollar la mejor manera para favorecer el crecimiento de estos organismos. Se han fijado como meta lograr una aceleración en el proceso de crecimiento de los organismos en el hormigón biológico.
Revolucionando el hormigón
Este hormigón, al aceptar el crecimiento de organismos, se convierte en un hormigón vivo. Este material, por componentes como el cemento, puede presentar grietas muy fácilmente, así que se refuerza con acero.
Como respuesta a este proceso de agrietamiento, los organismos que habitan en el hormigón biológico actúan sobre la fractura, ocupando ese espacio. De esta manera, podemos decir que el hormigón se autorepara.
Si bien es cierto, las fracturas considerables y de mayor dimensión deben ser reparadas con métodos tradicionales. Pero el sistema del hormigón biológico, al reparar las grietas menores, aumenta considerablemente la vida de las edificaciones.
Por el elevado pH que tiene, superior a 8, aparecen bacterias que viven en estos niveles de acidez, como por ejemplo el Bacillus.
La gran innovación de este hormigón biológico consiste en su capacidad para que crezcan y se desarrollen microalgas, hongos, líquenes y musgos de forma natural y acelerada.
¿Cómo se autorepara el hormigón biológico?
El género Bacillus, una familia de bacterias, será el encargado de reparar el hormigón conforme vayan apareciendo las grietas. Estas bacterias son capaces de producir caliza, la cual rellenará las fracturas de manera progresiva, sellando el material.
Los organismos vivos son capaces de crear esporas, y estas podrían resistir durante décadas sin problema alguno. En un sentido simple, las esporas son como bacterias dormidas que se activan cuando hay suficiente agua y comida alrededor; es decir, cuando haya una grieta que permite pasar el agua, las esporas se activarán para tratar de sellar esa grieta.
Este nuevo material no solo podrá ser usado en edificaciones nuevas; también se utilizará en obras de rehabilitación. El grupo de investigación también apunta al uso del hormigón biológico en zonas con una actividad sísmica elevada.
Con este material innovador, las fachadas construidas podrán mostrar la evolución temporal mediante cambios de coloración en función de la época del año. Esto afectará también al cambio de las familias de organismos predominantes.
El hormigón biológico, además de ser el material que se repara solo, es una excelente muestra de material sostenible. La utilización de este revolucionario elemento no solo mejorará las condiciones climáticas de los edificios; también será un gran aporte al medio urbano.