¿Por qué el blanco combina tan bien?
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
A menudo, buscamos la fórmula perfecta para combinar los colores de nuestro hogar. Evidentemente, existe una amplia gama, pero no todos se relacionan entre sí de la misma manera. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿por qué el color blanco combina tan bien?
No es por casualidad ni por falta de imaginación, el principal motivo que debemos tener en cuenta es que el blanco siempre ha sido considerado como una de las mejores opciones para vincularlo con otros tonos. Además, encaja muy bien con cualquier estilo del hogar.
Es posible que no se le otorgue todo el protagonismo, puesto que en raras ocasiones escucharás a alguien decir que su color favorito es el blanco. Sin embargo, adquiere gran relevancia dentro del mundo de la decoración por las posibilidades que ofrece.
Los significados del color blanco
El blanco es capaz de transmitirnos sentimientos y sensaciones únicas. Tan solo con su presencia en una habitación pueden percibirse lo siguientes contenidos:
- Limpieza y pureza: se asocia este color a las tareas donde la higiene es imprescindible. Cualquier mancha en una superficie blanca resalta mucho. Por eso, ver una pared totalmente blanca nos transmite una sensación de limpieza inigualable.
- Luminosidad: posee una cualidad particular, y es que puede reflejar la luz de la superficie creando, así, un efecto de claridad. Por tanto, proporciona luminosidad, incluso, en las habitaciones de ambiente más lúgubre.
- Frescor: con frecuencia se relaciona con la estación del invierno, ya que su apariencia puede recordarnos a la nieve y el hielo. Por este motivo, el blanco es capaz de transmitir una profunda sensación de frescor.
- Paz y calma: la neutralidad de su estética nos transmite una sensación de serenidad y calma.
El blanco es el color de la luz, de la higiene y del bienestar.
Tipos de blancos
En realidad, el color blanco no es un color, se trata de una superposición de todos los colores. Se considera que es ausencia de color. Sin embargo, en el mundo de la decoración ha alcanzado un nivel de importancia incomparable. Existe una gran variedad de tipologías. Estos son algunos de los más importantes:
- Blanco nuclear: también conocido como blanco puro, es la versión más exacta que hay de este tono. No tiene ningún matiz ni tampoco mezcla.
- Blanco roto o blanco natural: es el más parecido al blanco puro, pero con un carácter más apagado. Nos permite mantener la luminosidad de la sala al mismo tiempo que se produce cierto efecto de calidez.
- Blanco hielo: esta tipología consigue el efecto opuesto al natural. Tiende a ser un tanto grisáceo, potenciando la sensación de frío al recordarnos al hielo o la nieve.
- Blanco perla: tiene un pequeño toque azulado que nos transmite sensación de frío. Es muy utilizado en textiles satinados, como por ejemplo, en las sedas.
- Blanco hueso o marfil: en este caso, el amarillo tiene cierta presencia. Es perfecto para estancias más clásicas. Además, combina a la perfección con recursos de estilo vintage.
¿Dónde podemos aplicar este color?
En el fondo, el blanco es un clásico para la decoración de interiores. Tal y como hemos visto, nos transmite diferentes sensaciones que nos permiten convertir el hogar en un lugar mucho más acogedor.
Podemos ver este color en todo tipo de superficies, aunque la más común es en la pared. Se trata de un recurso muy común, sobre todo en habitaciones donde se quiere potenciar la luminosidad. Es muy recomendable para viviendas que no reciben demasiada luz natural.
Otra superficie interesante donde aplicar este color es en los muros exteriores a una casa. Esto le dará un aire de frescor que nos recuerda bastante al estilo mediterráneo.
Una forma original de utilizarlo en tu hogar es haciendo uso de muebles con esta tonalidad. Es una manera de conseguir una sensación de armonía y paz.
Blanco en los textiles
Este recurso puede resultar algo arriesgado, puesto que los elementos del hogar realizados en tela suelen atrapar las manchas y quedan demasiado visibles al instante. Sin embargo, con el cuidado adecuado, puede ayudarnos a transmitir un ambiente de limpieza y luminosidad muy interesante.
Algunos soportes donde se puede aplicar el blanco son: alfombras, colchas, cortinas, cubre sofás, cojines, tapices, etc.
En definitiva, anímate a utilizar el blanco y aportarle a tu hogar una personalidad propia bajo una estética que clarifique más el ambiente y transmite sensación de templanza y pureza.
Lluch, Francisco Javier: Arte de armonizar colores, Barcelona, Imprensa El Porvenir, 1858.