Todas las claves del estilo neoyorquino
Escrito y verificado por la técnico en Decoración de Interiores 3D Sonia Budner
Hoy nos ocupamos de un estilo que surgió en los años 60 y que ha llegado a nuestros días renovado y con la misma fuerza que tuvo entonces. El estilo neoyorquino nació de un grupo de artistas que se mudaron a fábricas y almacenes en desuso para convertirlos en sus estudios de trabajo.
Este estilo loft urbano surgió de presupuestos limitados, reciclaje de elementos ya existentes y toques artísticos. Estos tres elementos aún le caracterizan. Los espacios decorados en estilo neoyorquino están enfocados en la personalidad de los propietarios. El espacio privado donde expresarse y proyectarse uno mismo.
Si quieres darle a tu casa este aire de loft neoyorquino, te damos varias claves para que lo consigas con éxito. Son diseños con planes abiertos, donde se toman de base algunas directrices, pero en los que la personalización es el toque maestro.
Techos altos y pocos retoques
El estilo neoyorquino es perfecto para espacios abiertos y diáfanos. No tiene que ser necesariamente un loft, aunque sí requiere de espacios amplios. Tiene la ventaja de que los elementos estructurales no necesitan estar ocultos y se les da una función estética en el diseño de la estancia.
Son espacios con pocas particiones. Son los muebles y los efectos decorativos los que van a señalar las diferentes estancias y sus usos. El marcado carácter industrial de este estilo lo acentúan aún más las estructuras de construcción expuestas como las vigas, las paredes de ladrillo o las tuberías.
Características del estilo neoyorquino
Su máxima es el concepto simplicity. La simplicidad es una de sus características más apreciadas. Se diferencia del estilo industrial más puro en el gusto por el uso del roble natural, sus juegos de luz y los elementos naturales, como las plantas. Al estilo neoyorquino le encanta mezclar materiales. Esta mezcla produce en conjunto un efecto muy cálido y acogedor.
Este estilo requiere de ventanas amplias, y a ser posible, numerosas. La luz natural juega un papel protagonista en esta estética. La austeridad que luce el estilo neoyorquino nos obliga a concretar un plan de distribución de diferentes espacios en un solo ambiente.
En este punto, la elección de los muebles es fundamental porque serán estos los que hagan las veces de separadores. Además, este estilo requiere de mezcla de muebles diferentes con lo que nunca debe dar la sensación de haberlos comprado todos en la misma tienda.
La luz natural del estilo neoyorquino
Las ventanas no se cubren con cortinas ni persianas en este estilo. Al igual que el estilo escandinavo, por las ventanas se deja pasar la mayor cantidad de luz natural posible. El objetivo es aportarle a la estancia una estética de luz blanca y completamente natural.
La luz artificial se posicionará en forma de lámparas de estilo industrial, con elementos metálicos, focos y muchas lámparas de pie, ya que los techos suelen ser bastante altos e incluso difíciles para las lámparas colgadas.
Mezcla de materiales en paredes y muebles
El juego de mezcla de materiales del estilo neoyorquino nos permite albergar paredes blancas o en tonos grises junto a paredes de ladrillo visto. El ladrillo de las paredes puede presentarse en color terracota, pero también en blanco o tonos piedras. Las maderas se mezclan con el cuero y otros tejidos de tapicería.
Los muebles protagonistas de estos espacios son los sofás. Piezas grandes e importantes. Prefieren los colores blancos o grises y sus formas más habituales son los chaise longue y los tipo Chester.
Espacios de arte para trabajar
Un elemento indispensable en el estilo neoyorquino son los cuadros. Arte moderno preferentemente y en piezas voluminosas e importantes. Se hace necesario cuidar que la temática y los colores combinen bien con el resto de los elementos.
Este tipo de estancias son perfectas para crear amplias zonas de trabajo y perfectamente integradas con los otros usos de la habitación. La mesa de trabajo puede ser grande, pero de líneas muy sencillas y acabados metálicos y con todos los útiles de trabajo a la vista.
Ahora es el momento de llenarlo de plantas. Toda decoración de estilo neoyorquino está literalmente inundada de plantas. Ponen el contrapunto a la estética industrial y añaden el elemento natural que tan confortable y atractivo hace a este estilo tan personal.