Un toque de color para una cocina blanca
Escrito y verificado por la historiadora del arte Sofía Sangrador del Río
En el siguiente post queremos dejarte algunas ideas para dar un toque de color a una cocina blanca, haciendo que el resultado sea más vivo y dinámico. Como ya hemos visto en otros de nuestros artículos, el color blanco es ideal para que nuestros espacios se vean más amplios y más luminosos. Por eso, en muchas ocasiones se sigue para decorar lo que se ha denominado como tendencia del blanco total.
El blanco ayuda a que el interior de nuestra vivienda presente un aspecto sencillo, limpio y diáfano. Sin embargo, darle algunos pequeños toques de color puede quedar muy bien si son sencillos y son escogidos con cierto criterio estético. Así, el resultado no será tan homogéneo y discreto. Y, sobre todo, en el caso de las cocinas ayudará a que no se vean tanto las manchas.
Aunque en este caso vamos a centrarnos solo en el caso de las cocinas, es algo que puedes aplicar en cualquier espacio de la casa. Por ejemplo, puede ser común en espacios decorados con estilo nórdico. Ten en cuenta que puedes añadir colores de cualquier tipo: tonos pastel, colores brillantes, vibrantes… o combinar el blanco con otro color, o bien dar toquecitos de colores variados, a juego entre sí.
Las posibilidades para dar un toque de color a una cocina blanca son infinitas. A continuación te dejamos algunas ideas que puedes tener en cuenta.
Electrodomésticos
Nosotros te recomendamos que, en caso de que escojas electrodomésticos de colores, los escojas todos del mismo color, y no unos electrodomésticos sí y otros no.
Una posibilidad muy corriente es cogerlos grises. Si no, hay algunos que se encuentran situados tras puertas o paneles de madera, quedando ocultos. Estas puertas pueden ser de madera natural (clarita y discreta), o bien estar pintadas con algún tono pastel, por ejemplo. Al ser la cocina blanca, el resultado será muy homogéneo.
Aún así, ten en cuenta que algunas marcas tienen productos de colores muy llamativos (rosas, rojos…), en estos casos, quizás quede bien solo uno de los electrodomésticos de este color (normalmente es la nevera) y después colocar accesorios y complementos de este mismo color, como por ejemplo la tostadora o el exprimidor.
Recipientes de colores para una cocina blanca
Sin duda, esta es la opción más sencilla y corriente. En un estante puedes colocar toda la vajilla, para que quede bien a la vista. Te repetimos lo que decíamos anteriormente: puedes escoger todas las piezas del mismo color (lisas o con estampados), o que cada una sea de un color diferente.
Así, a la hora de colocar la mesa, el resultado será colorido y alegre, sin llegar a ser excesivo en ningún momento. Si quieres, coloca tarros de cristal, pero con la tapa de algún color. En ellos puedes guardar especias, legumbres, cereales o galletas. Y si te gustan las flores, colócalas en algún rincón en un jarrón colorido. Piensa que las texturas y los materiales también pueden ayudar a contrastar con la cocina blanca.
Muebles con toques de color
En este caso, puede quedar genial un tono pastel o madera vista, con la veta natural de la madera. Esto puedes verlo, por ejemplo, en las cocinas de IKEA. Si en la cocina los electrodomésticos están ocultos tras puertas o paneles de madera, puedes hacer que combinen con el color de la madera. Algunas de las posibilidades más usuales son las barras o las encimeras.
También puedes escoger un estante o una sola puerta y ponerla de un color. Contrastará con las demás, que seguirán en blanco, pero así habrá un toque más dinámico en la cocina.
Otra posibilidad consiste en pintar las patas de la mesa o de las sillas de colores. Eso sí, deja el resto del mueble totalmente blanco. Si crees que puede ser demasiado llamativo, puedes optar sencillamente por pintar puntitos de colores u otros motivos sencillos.
Accesorios
Aunque a veces no lo parezca, los accesorios tienen mucha importancia visualmente hablando, a pesar de su pequeño tamaño. Nos referimos a los cubiertos, servilletas, posavasos, manteles, alfombras…
Y algo también habitual es dar toques de color a través de los pomos de las puertas, los grifos (por ejemplo, dorados) o los ganchitos para colgar paños, delantales, manoplas para el horno, etc. Los accesorios con colores vibrantes son muy buena opción.
Simplemente, poniendo una cinta de color para sujetar las cortinas hará que el ambiente sea un poco más diferente. O si no, coloca imanes de colores en la nevera. Con algo tan fácil como eso romperás con la monotonía del blanco.
Como ya te hemos dicho, lo más importante es que los colores concuerden entre sí. De este modo, no habrá demasiado impacto visual. Con ellos podrás crear bonitas combinaciones que harán que tu cocina sea un espacio más alegre. Y recuerda que los colores tienen influencia sobre las personas, algo que debes tener en cuenta antes de escogerlos para la decoración de tu casa.