Porches de madera de estilo rústico
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
A continuación, te mostramos algunas ideas sobre porches de madera de estilo rústico, un recurso muy interesante para que tu hogar ofrezca una imagen excelente e innovadora, ya sea mirando hacia la calle o hacia el jardín.
En el fondo, es una prolongación de la casa, pudiendo estar cerrado o abierto. Se considera una expansión hacia el exterior, tratando de que la vivienda se amplifique y se convierta en un lugar de disfrute; es decir, un pequeño recinto para la relajación.
La cantidad de posibilidades que ofrece un porche son innumerables. Desde un huerto a un observatorio astronómico o, incluso, un lugar donde realizar celebraciones. Cualquier idea que se te ocurra puede hacerse realidad en un espacio como este.
¿Por qué tener un porche?
Un porche te da la libertad de poder contactar con el exterior sin salir de tu casa. En otras palabras, es una puerta de entrada o de salida que facilita la conexión directa con la calle o el jardín.
La luz natural va a ser el principal exponente que estará presente en el porche. Durante todo el día podrá disfrutarse de aire fresco y de una iluminación que te permite relacionarte directamente con el ambiente que rodea a tu casa.
No obstante, existe otra opción, que es cerrar el porche con cristaleras o cortinas. Todo depende del tipo de ambiente que quieras trabajar en su interior. De hecho, el cristal es muy óptimo para épocas de invierno.
La decoración de tu hogar no solo se encuentra en el interior, también puede hacerse en el exterior.
Características de los porches de madera de estilo rústico
¿Cuáles son las características fundamentales que deben tener los porches de madera de estilo rústico? Lo primero que debemos tener en cuenta es que va a salirse de cualquier ambiente clásico o galante, fomentando una idea más informal y libre.
- La madera va a ser el material principal con el que poder realizar la construcción. Tanto las columnas, como las propias vigas son un armazón resistente que está en sintonía con el estilo.
- Es importante que la forma sea horizontal hacia el exterior, con un tejado oblicuo adosado a la pared de la casa. También, está la posibilidad de hacer un techo a dos aguas.
- Puede ponerse una techumbre con tejas, simulando la estética propia de los pueblos (ámbito rural). De todos modos, es importante que se coloque el sistema onduline, para evitar filtraciones y goteras. El formato es bastante sencillo y no requiere de una infraestructura demasiado sofisticada ni grandilocuente.
Tipos de suelo
A través del suelo, vamos a intentar mantener una sintonía estética dentro de los porches de madera. Interesa que no haya contrastes fuertes, sino que exista relación y diálogo, pero, sobre todo, que haya un estilo rústico que predomine.
- En el caso de que se quiera un suelo fácil de limpiar, resistente y que quede bien, el enlosado es la mejor opción. Mejor evitar la hierba en esta parte: es preferible dejarla para el jardín, ya que en el porche va a haber mayor tránsito de personas.
- El color de las baldosas debe ser tostado: marrón, granate, beige, etc. Cualquiera de estos tonos puede ser una buena opción, incluso puede tener dibujos superficiales.
- Otra opción es que sea de madera. Estéticamente queda muy bien, pero al encontrarse en un exterior, puede sufrir mucho: se desgastará con el paso del tiempo y las condiciones climatológicas no le van a favorecer.
Cerramiento para proteger del exterior
Si quieres aprovechar el porche durante todo el año, la mejor solución es cerrarlo con cristales o puertas con ventanas amplias que permitan la entrada de luz al interior. Es otra manera de disfrutar de tu casa.
En este caso, interesa que sean paneles grandes, a modo de puertas correderas, para que se abran y se cierren fácilmente. El principal objetivo es protegerlo del exterior; así, si se desea utilizar en invierno, puede calentarse el porche y disfrutarlo incluso de noche.
Por tanto, las opciones son múltiples. Cualquier fórmula puede ser buena, así, conseguirás disfrutar todo el año de un espacio que, en ocasiones, queda desaprovechado, sobre todo si tienes jardín.