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Salas de estar en color blanco

4 minutos
Aunque nos gustan casi todos los estilos en diseño de interiores, decantarse por el blanco a la hora de decorar la sala del estar es un acierto del que sabemos siempre procura el éxito.
Salas de estar en color blanco
Sonia Budner

Escrito y verificado por la técnico en Decoración de Interiores 3D Sonia Budner

Última actualización: 18 marzo, 2019

A veces, después de valorar otros estilos, tendemos a decantarnos por los esquemas de colores apagados y neutros que, al fin y al cabo, son los que nos hacen sentir más calmados y en equilibrio. En especial, cuando se trata de espacios donde pasamos mucho tiempo, esta gama de colores resulta ideal. Las salas de estar en color blanco siguen estando de plena actualidad.

El color blanco, de hecho, no es exactamente un color, en realidad es la ausencia de colores. Pero no hay duda que en diseño de interiores este es un color que, además, posee muy diversas gamas.

Desde los blancos azulados más fríos, hasta los que tienden a rosado. Todos nos ofrecen un amplio abanico para jugar con la luz y la profundidad de este espacio.

Además, el blanco en decoración es un color limpio, nítido, tremendamente contemporáneo y que combina con todos los demás colores. Por eso, hoy vamos a darle especial protagonismo, y lo haremos en la habitación más importante de todas. Hoy aprendemos a decorar salas de estar en color blanco.

Esquemas de color

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El primer paso para llevar nuestro proyecto a buen término es elegir un tono blanco de base. Si queremos dar a nuestra sala de estar un ambiente más fresco y moderno, nos enfocaremos en los blancos azulados.

Pero si lo que queremos conseguir es una estética más cálida, nos decantaremos por los tonos más rosados o cremosos del blanco. Hay, al menos, 15 sombras de blanco diferentes, así que no te pierdas ninguna antes de decidirte.

A no ser que, en el improbable caso de querer una habitación completamente blanca, el segundo paso a seguir es elegir el color secundario del esquema. El blanco nos va bien con cualquier otro color.

La elección del color secundario que queramos hacer será en base a la atmósfera que queramos conseguir. En este artículo vamos a centrarnos en los tonos neutros por excelencia.

Perder el miedo al blanco

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Cuando hablamos de decorar la sala de estar en blanco pensamos en su poca funcionalidad. Sobre todo, en lo que se refiere a muebles y textiles. Y aunque es cierto que las telas oscuras parecen aguantar mejor el paso del tiempo, también es cierto que las telas y muebles oscuros resaltan mucho más el polvo y las manchas que los tonos más suaves.

Por eso, debemos perderle el miedo a los sofás y a los muebles blancos. Al fin y al cabo, se ensucian igual, pero, definitivamente, se limpian mejor.

Además, contamos con materiales naturales preciosos que nos aportan el blanco que queremos aplicar a nuestra decoración sin necesidad de pinturas o lacados. El mármol, por ejemplo, es perfecto para estos espacios.

Salas de estar monocromáticas

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Si lo que queremos es un resultado monocromático, combinaremos nuestro blanco base con el negro. La clave aquí está en las proporciones. Una combinación al 50 / 50 de blanco y negro resulta muy atractiva, dramática y cuidada.

Podemos repartir los colores entre paredes y techo, mezclarlos en figuras geométricas o florales en suelos o alfombras, y repartir el resto entre muebles y tapicerías. El resultado es siempre espectacular.

Salas de estar en blanco y gris

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Si el objetivo es crear un espacio tranquilo, nos decantaremos por los grises pálidos, que son colores que están a solo dos tonos del blanco. El resultado de esta combinación es siempre armonioso, equilibrado y acogedor. Recordemos que los grises suaves son tonos femeninos.

Si nos llama la atención la idea de un gris más oscuro, solo tenemos que subir un poco más en la escala de color y acercarnos a los grises más férreos. La ventaja de elegir tonos más oscuros es que crean más profundidad en combinación con el blanco, pero sin el dramatismo del blanco y el negro.

En blanco y plata o en blanco y oro

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Estas dos combinaciones nos encantan. Son fáciles, no requieren demasiados elementos y, a cambio, nos aportan la originalidad y el lujo extra que buscamos en las salas de estar. La temática metálica es siempre un acierto cuando combinamos con blancos.

Los tonos plata son una extensión lujosa del gris. Nos vale todo lo que contenga este color, desde las sedas plateadas en los cojines, hasta los cromados en los muebles.

Para la combinación con dorados las posibilidades son infinitas. Desde los brillos ultra dorados, a los bronces envejecidos. Esta combinación nos encanta.

Los accesorios en las salas de estar

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Los accesorios decorativos son los que terminan de dar sentido a la habitación. Estos elementos son los que hacen detener la vista en todos los lugares correctos y proyectan coherencia. Es aconsejable seguir el esquema de color elegido y aplicarlo también a los accesorios.

Se pueden crear preciosos contrastes con los cojines y los accesorios. Las estatuas y esculturas van perfectamente en las salas de estar en color blanco. Los esmaltados crean el brillo y los reflejos necesarios para dar textura a la habitación, así como los espejos.