¿Sillas con estampados o colores lisos?
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
La tapicería de los asientos es uno de los componentes fundamentales a la hora de tematizar y ambientar un espacio. Posiblemente, nos hayamos plateado en algún momento si tener las sillas con estampados o colores lisos. Todo depende del tipo de decoración que deseemos.
Por norma general, no solemos arriesgar en los recursos que incorporamos en los interiores. El diseño suele ser básico y sencillo para que, finalmente, todo encaje. De hecho, nos limitamos a que predominen los tonos neutros y, esporádicamente, algunos más llamativos.
En realidad ¿sabemos qué queremos transmitir?, ¿cómo definimos correctamente la estética del hogar? En lugar de repetir las fórmulas ya existentes, tenemos la posibilidad de innovar e incorporar algunos principios que convertirán el espacio en un lugar acogedor.
Sillas con estampados: la aportación de un contenido
Los estampados son representaciones figurativas o esquemáticas que tienen una forma definida y reconocible. Existen múltiples variedades, todo depende del tipo de contenido que queremos ofrecer y las sensaciones que se desean proporcionar.
Hoy en día, solemos destinarlos a recursos como las cortinas, el sofá, los cojines, la colcha de la cama, las alfombras, etc. Sin embargo, vamos a trabajarlos en un ámbito que, probablemente, no resulte tan habitual: las sillas. Con ellas podemos conseguir una decoración significativa y distinguida.
Obviamente, se disponen en el tejido del asiento o en el respaldo, en el caso de que tenga; es decir, en las partes acolchadas y confortable.
Hay que tener en cuenta que las sillas no llaman la atención tanto como otros elementos del hogar, pero también es cierto que pueden ofrecer un planteamiento estético distinto en el comedor, el salón o la cocina.
Es momento de abrir la posibilidades e incorporar estampados a modo de complemento decorativo.
Sillas con colores lisos: sencillez y precisión
En el caso de que no queramos aportar un contenido específico, podemos ambientar mediante cromatismos. Las sillas se emplean cotidianamente y, por ello, requieren cierta atención, por lo que es necesario aplicar algunos tonos que favorezcan el conjunto. Veamos cómo trabajarlas:
- Hay que tener bien definido el estilo personal, de él dependerá el color que usemos. Además, también influye nuestra personalidad, ya que si buscamos calma y tranquilidad, debemos desechar cualquier opción llamativa o radiante.
- Normalmente, las sillas suelen ser de madera, pero también está el caso de los materiales metálicos, de plástico o de metacrilato. Conviene que la relación con el tejido esté perfectamente estudiada, ya que los contrastes cromáticos mal trabajados pueden generar tensión estética.
- Si utilizamos tonos oscuros, estos nos transmiten mayor serenidad y sosiego (azul marino, grises, negros…), mientras que los más intensos y llamativos pueden ser apropiados para habitaciones juveniles, terrazas, patios o espacios con estilo chic o pop.
- El color va a ser el protagonista del asiento. Si no queremos llamar la atención, es preferible recurrir a tonalidades sencillas que puedan pasar desapercibidas (tonos neutros, azules…). Esta fórmula es apropiada para centros de trabajo (despachos, oficinas…).
- Por otro lado, es preciso matizar que el hecho de tener estas fórmulas nos permite compenetrar mejor las sillas con el resto de la decoración. Así, no se condiciona el entorno a ninguna temática en particular.
A la hora de escoger ¿estampados o colores lisos?
Para dar respuesta a esta pregunta debemos tener en cuenta que, según el tipo de decoración que deseemos, así será la elección. Si queremos ofrecer un aspecto naturalista y desenfadado, existen estampados florales, vegetales, animales, figurativos, etc.
En el caso de que queramos algo más neutral sin generar un atractivo visual destacado, los hay con formas geométricas, lineales o abstractas, incluso con temáticas reconocibles.
Sin embargo, si no queremos reflejar un contenido específico lo mejor es que escojamos los tonos lisos. Es una manera de asegurarse cierta complementariedad con el resto de la decoración sin llamar la atención y configurar, así, un hogar acogedor.
¿Es posible combinarlos?
¿Cabría la posibilidad de combinar estampados y colores lisos? Obviamente, siempre va a haber un fondo cromático cuando tengamos algún dibujo representado; por tanto, podríamos decir que sí es posible, pero siempre bajo unos patrones de coherencia estética.
No se concibe, bajo ningún concepto, la falta de relación y cordialidad entre las representaciones y los tonos. En todo momento, debe existir una buena sintonía y una conexión eficaz.
- Atkins, Caroline: Colorea tu hogar, Londres, Ceac, 2007.