El aislamiento de la buhardilla: prevención contra el frío y el calor
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
En verano y en invierno, nuestro hogar se enfrenta a todo tipo de inclemencias meteorológicas: nevadas, lluvias, viento, temperaturas elevadas, etc. La parte superior es la que padece más; por eso, vamos a conocer en qué consiste el aislamiento de la buhardilla.
Las habitaciones que encuentran en la parte alta de una vivienda, ya sea de un edificio o de un chalet, se enfrentan a diferentes situaciones durante todo el año. El posicionamiento y la altura juegan un papel muy importante, pero debemos estar preparados para cualquier circunstancia.
Hay que plantearse si las habitaciones están bien acondicionadas. Merece la pena que todo el conjunto se encuentre en perfecto estado para conseguir el máximo bienestar. No cabe duda de que un hogar bien preparado es sinónimo de salud emocional.
Comprobación del estado de la buhardilla
En primer lugar, hay que conocer la temperatura de la buhardilla a lo largo del año. Evidentemente, los días de sol se calentará más y en invierno puede que haga más frío. Lo que no sería normal es que adquiera temperaturas extremas que hagan inviable la habitabilidad.
Aunque no lo parezca, esto es bastante común. En ocasiones, las empresas constructoras finalizan los tejados de una forma básica y sencilla, evitando la entrada de agua; sin embargo, no se centran en la cuestión de la entrada de calor o enfriamiento de este área.
Esto suele ocurrir también en las viviendas antiguas. Los materiales empleados fueron los elementales y no tuvieron en cuenta aspectos de este tipo. Por este motivo, hay que analizar la situación de la buhardilla según la época del año en que nos encontremos.
Es momento de ganar más metros cuadrados y disfrutar al máximo de nuestra vivienda.
¿Cómo se realiza el aislamiento de la buhardilla?
Este trabajo conviene que lo haga un profesional; no obstante, también existe la posibilidad de que nosotros mismos realicemos el procedimiento. Hay que conocer cada uno de los pasos y emplear los mejores materiales. Veamos cómo se realizaría el trabajo:
- Cortamos la lana de vidrio semirrígida en capas. Cada una de ellas se adaptará al espacio existente entre las vigas, por lo que debemos hacer los cortes con las medidas justas tratando de que no queden huecos.
- El siguiente paso será colocar listones de madera por encima de este aislante con el fin de que quede una cámara de aire entre esta capa y la nueva que dispondremos de aislante fino. Esta última se fijará con grapas sobre los listones.
- Llegados a este punto, hay que asegurarse de que todo queda bien fijado, sin desprendimientos ni espacios vacíos, tratando de alisar esta última capa y buscando la manera de que quede todo uniforme. La idea es que esto quede oculto.
- Por último, hay que disponer un revestimiento mediante placas de cartón yeso o, si lo deseamos, un falso techo que permita ocultar todos estos materiales mencionados hasta ahora. Es una manera de adecuar y adecentar estéticamente el conjunto.
¿Qué nos proporciona el aislamiento de la buhardilla?
Los beneficios son numerosos, pero si hay que destacar uno en particular, es la ausencia de temperaturas extremas. Ya no hay que temer el sol del verano ni el frío del invierno, todo quedará en perfecto estado y podremos disfrutar más de este espacio.
Por otro lado, hay que destacar que también protege de la humedad. Obviamente, hoy en día las constructoras utilizan onduline bajo teja, al igual que materiales resistentes a la lluvia, pero este sistema de aislamiento perfecciona en mayor medida el tejado. Así, podemos vivir en la propia buhardilla y no dejarla abandonada.
Ningún espacio de la casa debe desaprovecharse.
¿Por qué invertir en un sistema de aislamiento?
Los costes pueden ser elevados; no obstante, esta inversión merece la pena, tanto por el resultado como por el disfrute que haremos de la buhardilla. De hecho, es una buena oportunidad para hacer un dormitorio, para convertirlo en nuestro espacio de descanso y sacarle el máximo provecho.
A largo plazo, nos alegraremos de la decisión tomada, básicamente porque este sistema de aislamiento aguanta toda una vida. En definitiva, una buena elección para hacer de nuestro hogar un lugar mucho más sostenible.
Rougeron, Claude: Aislamiento acústico y térmico en la construcción, Barcelona, Editores Técnicos Asociados, 1977.