¿Cómo acondicionar un espacio para el estudio?
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
Por norma general, solemos dedicar una habitación de la casa para la realización de tareas que requieren un alto grado de concentración. En este sentido, conviene que valoremos cómo acondicionar un espacio para el estudio.
En una vivienda, hay que diferenciar la función de las distintas estancias: una para el cocinado, otra para el aseo, otra para el descanso, otra para el ocio, etc; pero ¿realmente tenemos una para cuestiones laborales o académicas?
Esta cuestión debemos plantearla desde un punto de vista objetivo, siempre con el fin de mejorar. Si tenemos hijos, entonces hay que recapacitar. El ambiente que tengamos puede condicionar directamente nuestro rendimiento personal.
Dedicar una habitación exclusivamente para esta función
Indudablemente, si tenemos una habitación dedicada exclusivamente para crear el espacio para el estudio nuestro rendimiento será mayor. En ocasiones, solemos hacer numerosas tareas en el dormitorio y, en el fondo, tampoco es mala idea.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que si existe la posibilidad de ocupar un cuarto únicamente para estudiar o trabajar, es mucho mejor. De este modo, conseguimos una separación entre lo que consideramos que es para el descanso y lo que es para estudio.
Cuando nos levantamos de la cama y vemos los apuntes encima del escritorio ya nos estamos condicionando. Hay personas a las que les funciona esto, pero a otras les supone un nivel de estrés mental que no favorece en absoluto.
El hecho de separar los espacios nos ayudará a que, cuando entremos en la sala de estudio, tengamos la sensación de que conseguiremos mayor concentración y dedicación.
El ambiente de trabajo puede influir el esfuerzo personal.
Principales recursos para crear un espacio para el estudio
Los elementos decorativos que estén presentes transmiten sensaciones; es decir, según lo que queramos disponer para ambientar el lugar puede generar motivación y ayudar al estudio. Vamos a conocer algunos de los recursos que resultan muy recurrentes:
- Un buen escritorio con distintos compartimentos (cajones y huecos) es fundamental. Lo más importante es que ganemos comodidad y, para ello, es imprescindible que exista espacialidad. Conviene desechar, por tanto, mesas pequeñas o superficies estrechas.
- Hay gente que decide disponer frases motivadoras en las paredes. Para ello, podemos hacer uso de vinilos que, dependiendo del tamaño, pueden ocupar más o menos espacio. En realidad, es un buen recurso para contemplarlo cada día cuando queramos recargar energías.
- Una buena silla de oficina, que sea acolchada y confortable, es muy importante. Es la mejor manera de que tengamos la espalda recta y que nos sentemos con total comodidad. En este artículo es donde hay que hacer una inversión más elevada.
- Un espacio bien iluminado es determinante. El uso de un flexo situado a la izquierda si somos diestros y a la inversa si somos zurdos nos ayudará a no forzar la vista. Y, por otro lado, luces cálidas con las que generar un clima apacible, sosegado y tranquilo.
Las plantas en el espacio para el estudio
Si queremos crear una atmósfera oxigenada, no hay nada mejor que las plantas para ofrecer frescura. No importa la especie, lo que interesa es que sean de pequeño tamaño, se distribuyan por la habitación y que contribuyan, así, a tener una casa limpia y natural.
En el fondo, estamos creando un clima agradable que nos ayuda a generar bienestar personal; además, el color verde favorece la estética del lugar, enriqueciendo el ambiente y transmitiendo esperanza y templanza, dos conceptos que deben quedar bien interiorizados.
A la hora de escoger algunos tipos de plantas, podemos decidirnos por helechos, cactus, cintas, flores, etc. No es cuestión de recargar y emplear el máximo número; lo ideal es escoger algunas que resulten interesantes y no requieran un cuidado continuado.
El objetivo es que nos sintamos a gusto.
Otros aspectos a tener en cuenta
Otro consejo interesante es la búsqueda de la diafanidad; es decir, que exista espacialidad generalizada y acabar con la posible acumulación de objetos. Un espacio para el estudio no debe ser un trastero, sino un lugar pensado para la concentración.
En cuanto a los aromas, un ambientador natural nos permite tener cierta sensación de limpieza y, a su vez, elimina la sensación de tener la habitación recargada; de todos modos, es recomendable ventilar siempre que sea posible para airear la estancia y que nos sintamos mejor.
Gilliatt, Mary: El libro de la decoración, Folio, 1986.