El color salmón: calidez y elegancia
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
Hay colores que ayudan a generar un clima confortable y acogedor. Un caso ejemplar es el color salmón: calidez y elegancia, de fácil combinación con el mobiliario y confirmándose como un elemento más apacible para cualquier espacio de la casa.
A diferencia de los colores fríos, los tonos cálidos, como por ejemplo es en este caso el color salmón, encajan mejor en espacios como el salón, el pasillo o el dormitorio. Puede no ser tan común en casas de estilo clásico o minimalista.
Con este color, podrás presumir ante tus invitados, especialmente en su aplicación sobre las paredes, las cuales delimitan el espacio convirtiéndolo en un recinto de templanza y elegancia.
Aplicación del color salmón en artículos de decoración
Lo más común es encontrar este color aplicado en las paredes. Sin embargo, también es apropiado para cualquier otro recurso decorativo, tanto si son muebles como si son telas.
A su vez, hay que tener en cuenta que este color puede ser muy recurrente para celebraciones, como por ejemplo en las bodas. Su presencia en las mesas, como también en el propio altar, puede ser un gran acierto.
No debemos olvidar que se puede encasillar dentro de los colores pasteles, por eso, puede aplicarse en cualquier elemento decorativo, siempre y cuando no se abuse en exceso de él, ya que podría generar un espacio excesivamente recargado y “empalagoso”.
– Es un color atractivo, pero no se clasifica entre la gama de los intensos.-
Una estética diferente para las paredes
¿Qué pueden aportar unas paredes con el color salmón? Sin duda, se convierten en el recipiente perfecto donde poder trabajar diferentes recursos decorativos en su interior, ya que el color salmón ayuda a que se entable un diálogo formal entre el mobiliario.
- La sensación que transmite es de absoluta calidez. Es muy diferente a lo que sería, por ejemplo, el color blanco o el azul. Por tanto, podríamos hablar de que el color salmón calma el espíritu y relaja la mirada.
- La calma que transmite hace que cualquier espacio se convierta en un lugar confortable, es decir, comodidad en el ambiente y cercanía con las personas. Se genera cierta simpatía con el lugar de manera muy directa.
- En el fondo, este color es un tono rosáceo más claro, con poca fuerza y bastante simple en su apariencia. No resulta demasiado fuerte para la mirada y dulcifica el ambiente.
- Puede pintarse el espacio completamente con este color, pero también puede combinarse bien con el blanco, con el cual se genera una sintonía muy interesante. De hecho, pueden intercalarse en los muros.
Unas cortinas muy sutiles
El color salmón puede tener presencia también en las telas, pero concretamente, en las cortinas es donde se muestra un efecto realmente curioso para la decoración de un lugar.
- Gracias a su colocación en un salón o el dormitorio, las cortinas son un foco de atracción. Aplicándole el color salmón se convertirán en protagonistas de ese espacio y harán de este sitio un lugar realmente apacible.
- La entrada de luz tamizada con este tono permite que haya luminosidad, ya que no llega a ser oscuro, y ayuda a que se llene de calidez el espacio. Tampoco interesa que las cortinas sean opacas, es mejor que sean algo traslúcidas.
- Interesa que sean un punto de contraste con otros elementos de la habitación o directamente con las paredes, las cuales podrían ser blancas y, así, establecer un bonito vínculo entre ambos tonos.
Un recurso muy interesante para una celebración
Este color puede estar asociado a un ámbito más femenino que masculino, principalmente, porque el color rosa ha sido un tono identificador de las mujeres. De esta manera, el salmón es muy parecido al rosa, pero esto no implica que no pueda servir también para los hombres.
Ya sea en un cumpleaños como en una boda, el color salmón sirve para la decoración. Debemos quitarnos de la cabeza que pueda ser asociado al mundo femenino. En el fondo, sirve para ambos sexos, sobre todo si en esa celebración están implicados los dos.
La mantelería, la telas de las sillas, los cojines de los asientos o simplemente los recursos decorativos de alrededor pueden ser de este color. Tal y como se ha dicho anteriormente, si se combina con blanco, puede llegar a hacerse un contraste muy bien complementado.
Lluch, Francisco Javier: Arte de armonizar los colores, Imprenta de El Porvenir, Barcelona, 1858.