El equilibrio del estilo oriental
Escrito y verificado por la técnico en Decoración de Interiores 3D Sonia Budner
Hoy vamos a hacer un recorrido por el estilo más espiritual en decoración de interiores. El estilo oriental está inspirado en la decoración zen, y muy influenciado por las culturas china y japonesa. Es un estilo decorativo exótico y sereno. Basado en el orden, con espacios amplios y bien distribuidos. Es un estilo que emana misticismo, armonía y reposo.
Si estás buscando un estilo para decorar tu casa, y te gustan los espacios tranquilos, armónicos, simples y que te aporten equilibrio, no lo dudes. Acertarás eligiendo este estilo. Aquí vas a encontrar las claves más importantes que lo definen.
Como con todos los demás estilos, deberás personalizarlo para que se adapte a ti. Recuerda que hay algunas reglas básicas que debes seguir para conseguir ese look oriental, y se refieren, sobre todo, al color de las paredes, el tipo de muebles, la distribución del espacio y de la luz y los accesorios decorativos.
Los colores del estilo oriental
Una de las claves más importantes para conseguir darle ese aspecto oriental inconfundible a tu decoración está en la elección de los colores. Debe predominar un color por encima de los demás, y su papel principal estará en las paredes de la estancia.
Podemos jugar con una amplia gama de colores, siempre que sean intensos y consistentes. Acertaremos siempre con los turquesas o los púrpuras, que son los más clásicos en el estilo oriental.
Pero no es solo una cuestión de preferencias, en este estilo de decoración de interiores los colores adquieren significado. Cada gama de color representa los cinco elementos de la naturaleza con los que se adquiere el equilibrio.
Los colores cálidos, como los amarillos, representan la luz. Los rojos simbolizan el fuego y la llama de la buena suerte. Los tonos naranjas representan el estímulo, siendo adecuados para el salón, la sala de estar, incluso para el comedor.
Los colores fríos tienen también su significado. El blanco simboliza el orden, la calma y la tranquilidad. Los azules simbolizan el cielo y el agua y se utilizan para equilibrar espacios y dotarles de calma y frescor. El significado de toda la gama de los verdes es el de vida y equilibrio.
Los blancos son adecuados para zonas de trabajo, los azules para los baños. Para el comedor usaremos los tonos naranjas y rojizos. Para los dormitorios podemos usar también los azules y los verdes, indistintamente.
Los muebles
Los muebles del estilo oriental son otra de sus claves. Este estilo da relevancia a los muebles bajos. Aquí no hay lugar para grandes boiseries hasta el techo, son muebles a mitad de pared como mucho. Las mesas son también bajas y de patas cortas. Esta temática se repite en los dormitorios, donde las camas se sustituyen por futones.
Han de elegirse de líneas simples y que armonicen con la pureza de los colores. Pocos muebles y de gran impacto visual. Este estilo se decanta por los muebles de madera de olmo, teca o tamarindo, y se elegirán en tonos preferentemente rojizos, naranjas, negros o azules intensos.
Distribución de espacios e iluminación
El estilo oriental se caracteriza por espacios amplios con apertura al exterior en las zonas comunes, pero reservando para los espacios personales la máxima privacidad. Se le da una especial importancia al suelo, que se destaca con alfombras orientales, resultando ser piezas decorativas por sí mismas que delimitan los espacios.
La iluminación es muy importante en el estilo oriental. Predomina la luz cálida e indirecta, que trasmite intimidad, relajación y sensualidad. Las velas tienen un sitio obligado en este tipo de decoración.
La luz es considerada en el Feng Shui como un elemento positivo yang y resulta una herramienta eficaz para conseguir simetría y equilibrio en los volúmenes.
Los accesorios decorativos
Los accesorios decorativos cobran especial interés en este estilo. Aunque en este caso, se trata de pocas pero importantes piezas. Cuadros de estilo oriental, piezas o esculturas importantes, flores, bandejas, jarrones y cojines en tonos equilibrados con el resto de la decoración.
La decoración oriental tiene preferencia por los elementos de la naturaleza: el agua, las piedras, las plantas, los inciensos y las velas no pueden faltar. Nos basta con un gran jarrón con piedras y agua en su interior.
Deben ser pocos objetos pero bien elegidos. Son espacios que evocan silencio e introversión. La simplicidad en las formas de todos los elementos, con el contraste de los colores llamativos de este estilo de decoración, hacen de cada estancia una obra de arte.