Estilo pop: la estética más divertida
Escrito y verificado por la interiorista Goretti Ayubes
El estilo pop nos envuelve en un mundo de color en el que la estética es lo único que importa. Se trata de una corriente de arte urbana que rechaza todo lo que sea oficial, tradicional o convencional.
El término pop art fue acuñado en 1962 para denominar a una tendencia artística que tenía su fuente de inspiración en la publicidad, la televisión, el cómic y, en general, en todos los medios de comunicación de masas.
El diseño pop aplicado a los interiores también floreció en la década de 1960. Se caracteriza por ser un estilo vital y dinámico en el que todo está permitido: formas, colores, materiales… Los muebles más emblemáticos del estilo pop son muy atrevidos, y se caracterizan por tener un diseño irregular, con predominio de las líneas curvas.
El mobiliario disimula muchas veces su función y adopta formas extraordinarias. Por ejemplo, las sillas pueden ser extremadamente altas o, por el contrario, situarse a ras de suelo.
Los sofás suelen estar tapizados con colores vivos y presentan formas redondeadas y orgánicas. En este estilo es muy común colocar cojines y puffs sobre mullidas alfombras.
Universo del estilo pop
El encanto del estilo pop ha originado muebles y accesorios muy destacados que siguen estando de actualidad. Están decorados con iconos de la cultura de masas: películas, dibujos animados, cómics…
Hay que destacar: el reloj de bolas naranjas -diseñado por George Nelson en 1948-, la silla Bola -es una obra del diseñador finlandés Eero Aarnio en 1963-, el clip portarretratos –de la diseñadora holandesa Hella Jongerius-.
Para decorar las paredes, se suele recurrir a reproducciones de cuadros de Richard Hamilton, Roy Lichtenstein y Andy Warhol.
Espacios llenos de vida en el estilo pop
El estilo pop prefiere los espacios dinámicos. Unas de sus estancias favoritas son los salones amplios con cocinas integradas y separadas por una barra. Hay que destacar que en el baño también se consiguen excelentes resultados con este estilo.
Esta tendencia funciona mejor en los entornos de arquitectura moderna, aunque en una construcción más clásica, con rosetones y molduras, podría potenciar su lado más extravagante y transgresor.
Los ambientes pop no requieren ser necesariamente grandes ni luminosos. De hecho, este estilo prefiere los espacios compartimentados y con diferentes usos.
Para crear separaciones, se evitan las puertas tradicionales y se opta por fórmulas divertidas, como cortinas de tela, de pedrería y, en general, de cualquier tipo de material y diseño.
Estallido de color
El color inunda el ambiente pop: toda la paleta está permitida, y cualquier combinación, por atrevida que sea, es bienvenida. Predominan los colores tonificantes, como el fucsia, el turquesa, el verde, el naranja y el rojo.
También se utiliza mucho el blanco brillante, sobre todo para combinarlo con formas y diseños geométricos descarados. Los estampados en tapicerías, ropa del hogar y cortinas son otras de las señas de identidad del pop, sin olvidar el papel pintado.
Predominan las formas geométricas: círculos, rectángulos y triángulos de colores combinados, así como las rayas gruesas, principalmente las horizontales. También son frecuentes los motivos con flores, topos y todo tipo de diseños psicodélicos.
El plástico: el rey del pop
Para crear un ambiente pop es mejor elegir la mayor parte del mobiliario y de los accesorios de plástico, si puede ser, transparente. Es el material preferido, por su ligereza, su estética industrial y su capacidad para adoptar cualquier forma. Destaca la silla Panton, toda de plástico y apilable, y es una de las obras más conocidas del danés Verner Panton.
Hay que jugar con las texturas del plástico y de otros materiales -PVC, cristal, pieles falsas de animales…- El pop permite mezclarlos para crear ambientes originales y divertidos. ¡Atrévete a serle infiel a tu estilo actual y cambia la estética de tu hogar!