Los mejores colores para pintar el patio
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
Si tienes un patio interior, no es lo mismo que apliquemos tonalidades oscuras que claras, ni colores cálidos que fríos. En el fondo, existe una gran diferencia entre las gamas cromáticas. Por eso, te mostramos los mejores colores para pintar el patio.
Ahora que llega el buen tiempo, este espacio de la casa se utiliza de forma más cotidiana: cenas, festejos, ocio, juegos, etc. Para ello, es mejor que tengamos a punto su decoración y, sobre todo, la estética en general. Van a ser diferentes elementos los que conformen el conjunto ornamental del lugar.
Existen otros factores que pueden condicionar el estilo del patio. Por un lado están los culturales, en los que influyen algunos contenidos propios del lugar donde se ubica; y, por otro lado, si es un lugar muy soleado, o más bien oscuro.
El color blanco: básico y común
Uno de los colores que más se emplea en el mundo de los patios de interior es el blanco. Esta tonalidad se puede encontrar fundamentalmente en regiones cálidas. Por ejemplo, es bastante común en los patios andaluces y en viviendas del norte de África.
¿Por qué ha sido uno de los colores más utilizados? No debemos olvidar que el blanco repele mejor el calor y, por tanto, beneficia a la vivienda a la hora de no absorber los rayos solares. Los patios, al estar a la intemperie, van a soportar mejor las condiciones climáticas si tienen el blanco en los muros.
En cuanto a la estética, debemos decir que el blanco es un soporte perfecto para trabajar la decoración a su alrededor. No va a generar problemas si se emplean tonos cálidos sobre él, ya sea a través de macetas, muebles, cuadros, flores, etc.
El blanco transmite pureza, es luminoso y ofrece sensación de higiene.
Mejores colores para pintar el patio al estilo mediterráneo
Si quieres darle al patio un aspecto más alternativo y bohemio, entonces debes dirigir su decoración hacia el estilo mediterráneo. Para ello, debemos hacer uso de cierto tipo de tonalidades que puedan definir correctamente su estética.
- Los colores terrosos, como el marrón, naranja oscuro o el cobre, pueden ser los que mejor se amolden a este estilo. No es necesario cubrir todas las superficies de estos colores, también pueden combinarse con otras gamas con las que generar contraste y, por consiguiente, renovar las paredes.
- Otra posibilidad es utilizar colores cálidos neutros, como por ejemplo, un beige apagado o, incluso, un rosa salmón con tendencia más bien clara.
- Una manera de combinar correctamente los colores es a través de las piedras. Tanto la pizarra como las piedras de río encajan a la perfección.
- No hay que olvidarse de la madera. Este material le da ese toque sutil y cálido, de tal manera que puede entablar un diálogo adecuado, ya sea a través del suelo o sobre las superficies murarias.
¿Cómo podemos trabajar el azul?
Bien es cierto que el azul no suele ser utilizado para la decoración de los patios. Quizá puede tener cierta presencia a través de cenefas o zócalos, pero no es habitual en su plenitud por todos los muros.
Puede disponerse en una única pared o en todo el perímetro. Se recomienda no recargarlo al completo, es decir, que tenga más bien una aparición anecdótica. De todas formas, si se desea completar el conjunto, es importante contrastarlo con otros tonos como el verde.
Posiblemente, el azul ultramar sea demasiado contundente y te resulte intenso. No obstante, existen otras opciones, como el azul cielo, el cual puede ser una buena elección por transmitir sensaciones de esperanza y pureza. Incluso, el turquesa está teniendo cada vez más presencia en el mundo de los patios.
El azul es un color refrescante muy apropiado para el verano.
Mejores colores para pintar el patio: evita los que generen tensión
Evidentemente, el empleo de cierto tipo de colores que no combinan bien con el conjunto pueden generar situaciones de tensión ambiental. Por eso, es importante eliminar la posibilidad de producir una descompensación cromática.
El uso de tonalidades como el rosa, el morado o amarillo pueden convertir el espacio en un lugar demasiado activo e intenso. Por supuesto, hay que desechar la idea de recargar el conjunto con estas tonalidades. No pasa nada si aparecen de forma anecdótica, pero han de ser un recurso sencillo.
Alemás, Laura: Bajoclave. Notas sobre el espacio doméstico, Buenos Aires, Nobuko, 2006.