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Convierte un salón pequeño en un espacio luminoso

4 minutos
Los salones pequeños no tienen por qué ser espacios herméticos; podemos buscar alternativas decorativas que nos ayuden a proyectar más la luz hacia el interior.
Convierte un salón pequeño en un espacio luminoso
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez

Última actualización: 03 marzo, 2022

Las habitaciones que son de tamaño reducido no tienen que quedar relegadas a un plano secundario. Aunque no exhiban tanta iluminación como la otras, pueden tener una funcionalidad semejante a las estancias principales; por eso, te damos ideas para convertir un salón pequeño en un espacio luminoso.

Para lograr este propósito es fundamental que sepas cuáles son las claves para iluminar los interiores ya que muchas veces no es fácil saber qué componentes necesita una estancia para proporcionar la comodidad necesaria para que te sientas a gusto.

Bajo ningún concepto, deberías dejar una habitación en un segundo plano o infravalorar las posibilidades que pueda tener. En realidad, todos los espacios de la casa pueden tener una utilidad, solamente tienes que explotar todas sus cualidades.

Salón de un piso urbano

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Las ciudades son lugares en los que no se recibe la luz natural de forma continuada. A diferencia de las casas de campo, los edificios suelen concentrarse próximos los unos a los otros, ocultando el sol y provocando sombras la mayor parte del día.

Durante las épocas de calor esto puede resultar beneficioso pero también es cierto que durante las estaciones más frías se hace necesario tener más iluminación. Por tanto, surge la necesidad de intervenir y sacar el máximo partido a los salones pequeños de los pisos.

En este caso, no debemos tamizar en exceso la luz de las ventanas; para ello, se recomienda colocar unas cortinas finas y traslúcidas. A su vez, hay que tratar de aplicar el blanco en la mayoría de los elementos decorativos y, sobre todo, utilizar tonos claros para las paredes.

Es necesario rechazar los colores más oscuros para no generar demasiada penumbra en los interiores, ya que no se suelen tener demasiadas horas de luz.

Interesa realzar los interiores con tonos claros para favorecer la proyección de la luz natural.

4 claves para mejorar la iluminación del salón

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Para mejorar la iluminación de un salón pequeño es preciso que sepas cuáles son las claves necesarias para relacionar todo el conjunto decorativo. Desprenderte de aquellos recursos que realmente no llegan a aportar nada, te ayudará a mejorar la habitabilidad.

  1. Debes valorar el tamaño del mobiliario. Si este es demasiado grande, estarás generando una confrontación de formas y recursos que ocupan demasiado espacio y, por consiguiente, generan mayor oscuridad.
  2. La disposición de los puntos de luz en el salón son fundamentales. No hay que dejar ningún rincón sin iluminar pero tampoco es cuestión de saturar; por eso, lo adecuado sería emplear una luz central y, por otro lado, un par de lámparas de mesa que estén localizadas en otros puntos.
  3. Es importante tener las persianas levantadas y aprovechar las horas del día con mayor luz para conseguir una iluminación mucho más abundante. Si se bajan las persianas o colocamos cortinas muy tupidas, convertirás al salón en un espacio hermético.
  4. La diafanidad interna es algo imprescindible; de esta manera, favorecerás el paso de la luz y proporcionarás cierta espacialidad entre los muebles para poder deambular sin obstáculos.

Ventanales grandes para mejorar la iluminación

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Evidentemente, la luz natural juega un papel muy importante en los interiores; por eso, un salón pequeño requiere unas ventanas de tamaño amplio que permitan el acceso de iluminación durante más horas al día.

Es posible que los muros no sean demasiado grandes, por lo que deberás buscar un equilibrio entre ventanal amplio insertado en una pared de reducidas proporciones.

Los colores en un salón pequeño y luminoso

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Para mejorar la iluminación interna es preciso que trabajemos los colores. Dependiendo de su apariencia y dónde se apliquen así será el resultado.

El color negro hay que evitarlo desde un primer momento, básicamente porque nos producirá mayor oscuridad. Por otra parte, no acompaña en absoluto al resto de recursos más claros, cromáticamente hablando.

Los tonos neutros, como los grises o terrosos, pueden tener cierta utilidad, siempre y cuando no tiendan a ser demasiado oscuros. Hay que buscar un paso más intermedio o que, al menos, se dirijan hacia una claridad más pronunciada.

Los colores que sí puede contribuir de forma positiva en un interior pequeño son el blanco, el azul cielo, el salmón, el naranja y otros colores cálidos que se complementen adecuadamente con la luz.



  • Sudjic, Deyan: La luz y el color en la decoración, Folio, 1992.