Tipos de sofás: características y dónde ubicarlos

Los sofás son los muebles más visibles en toda la casa. Los favoritos a la hora de ver tele, los preferidos para una siesta y por tus mascotas, los que enamoran a las visitas y los que tus hijos a veces decoran con lápices de colores.

No cabe duda de que, por todo lo anterior, vale la pena comprar los mejores. Si vas a renovar tu casa y debes comprarlos o si ya tienes varios, aquí encontrarás algunos tipos de sofás y cuáles son los mejores lugares para ubicarlos.

Diseños en tendencia y atemporales

El mercado está lleno de sofás. Puedes encontrarlos clásicos, esquineros, modulares, con respaldo alto, con respaldo bajo, en L, para dos personas, para toda la familia, sofás cama, en todos los tamaños, materiales y colores. Al igual que otros muebles, los estilos de sofás también marcan tendencias. Te contamos sobre algunas de ellas:

• Tendencias por colores: las principales tendencias en sofás están marcadas por sus colores y materiales. Los blancos muy blancos y blancos hueso, grises en tonalidades claras, colores tierra y diferentes gamas de verde son colores que nunca pasan de moda. Estos son tonos que resaltan, sobre todo, en estilos nórdicos o escandinavos clásicos. Son una puesta segura para hacer una compra que resiste al paso de las tendencias.
• Tendencias por materiales: los linos con acabados ribeteados, el algodón natural y el terciopelo hacen parte de los materiales que más se pueden apreciar en las tendencias de sofás. Los dos primeros se usan en hogares con mucha iluminación y con estilos minimalistas o, de nuevo, nórdicos. El terciopelo ofrece más elegancia y, junto con el cuero, son materiales en tendencia para aquellos que buscan resaltar sus espacios con glamour.

Sin embargo, no solo los sofás en tendencia son los más buscados. Muchos muebles en materiales duraderos, reciclados o restaurados se han convertido en los favoritos de aquellos que buscan ser amigables con el medio ambiente sin quitarle estilo a su hogar.

Estos muebles se han catalogado como atemporales, pues se compran pensando que encajen no solo en cualquier época del año, sino también que duren en el tiempo. Se catalogan en ocasiones como sofás vintage, sofás retro o sofás ecológicos, según el caso.

Un sofá para cada espacio

Aunque hoy podemos encontrar muebles versátiles que se acomodan muy bien en cualquier rincón, sin duda hay formas para lugares. Aquí mencionamos algunas.

1. Sofás pequeños

También conocidos como sofás de una plaza o sillones, son ideales para usar en una habitación acompañados de una mesa de centro. Es el sofá que se utiliza para formar un espacio de descanso o lectura.

Muchos sillones acompañan sofás grandes en algunas salas de mucho espacio, siendo este el complemento ideal en materia de organización. Dentro de los sofás pequeños también puedes encontrar los divanes, usados también en habitaciones o salas de descanso. Las butacas y los puff también entra dentro de esta categoría.

2. Sofás medianos y grandes

Estos son los sofás más variados, y por lo general se consideran para espacios más grandes. También son muebles indicados para grupos familiares, en especial aquellos de mayor espacio. Aunque existen muchos tipos destacamos los siguientes:

• Sofás modulares: puesto que están conformados por varias piezas, los sofás modulares permiten reorganizarlos en todo momento y se pueden adaptar a cualquier espacio. No son muy comunes en habitaciones, por lo que suelen verse en salas de estar. Estos pueden convertirse en sofás esquineros o en sofás de una sola plaza en espacios reducidos.
• Sofás de dos plazas: perfectos para salas pequeñas, para complementar dos sofás pequeños o para usar en una habitación espaciosa. Son los más empleados en los hogares que cuentan o con poco espacio, o con múltiples espacios en donde es posible tomar un descanso. En baños de lujo también es posible utilizar un sofá de dos plazas, en este caso, el material es primordial para su conservación.
• Sofás XL: este tipo de sofás son usados en salas con gran cantidad de espacio e iluminación y son ideales para familias numerosas o que les gusta la comodidad. Los sofás de gran tamaño o XL también pueden ser modulares y, por tanto, convertirse en esquineros. Se indican especialmente para lugares con grandes ventanales, lofts, o salas que están unidas a la cocina, pero cuentan con espacios amplios.
• Sofás cama: estos pueden ser de dos o tres plazas. Son ideales para dormitorios con espacio reducido, pues su versatilidad permitirá recoger la cama y contar con más espacio durante el día sin que la habitación quede vacía. También se emplean en aquellas casas que cuentan con cuartos de invitados o que disfrutan de ver películas en la sala con mucha comodidad.

A propósito de esto, ten en cuenta que los sofás cama se adaptan tanto para utilizarse como un sofá convencional como una cama. Los sofás convencionales no están diseñados para dormir. Tal y como advierte la Sleep Foundation, dormir en un sofá no diseñado para ello puede ocasionar dolor de espalda y cuello, trastornos del sueño y molestias para dormir.

Consejos para ubicar un sofá

Al margen de la estética, lo más importante es la funcionalidad. Este es el consejo más importante que debes recordar, ya que esta característica te permitirá aprovechar tanto el sofá como el espacio donde lo has situado. Te dejamos con algunas recomendaciones:

• Evita colocar muchas cosas alrededor del sofá. Su color, su forma y su textura reúnen por sí solos el espacio visual. No requiere muchas cosas entonces para llamar la atención.
• Ajusta el sofá, la mesa y las sillas que lo rodean siguiendo un patrón de tráfico. Esto es, creando espacio y líneas por donde puedas pasar.
• Si el lugar es lo suficientemente amplio, considera dejar un espacio entre él y la pared. Esto permitirá que el ambiente “respire”, además de sumar varios puntos en estética.
• Aunque cerca de una ventana es un lugar ideal, evita que el sofá la obstaculice. Reconsidera esta posición si su respaldo es muy alto, limita la cantidad de luz solar o perturba el paisaje exterior.
• En caso de que desees crear dos espacios con temáticas diferentes, o planeas diseñar dos espacios para conversar, un sofá situado en el medio del salón puede ser una opción interesante.
• No limites el uso de los sofás en L solo a las esquinas. Prueba con diferentes posiciones y verás cómo se adaptan fácilmente a otras ubicaciones.

El espacio que dispones será el principal condicionante, pero ante todo debes primar la funcionalidad. Si la zona donde lo has localizado te impide transitar libremente, disminuye su aprovechamiento, dificulta su limpieza u opaca otros muebles de la habitación, considera ubicarlos en otras áreas.

Renueva tu sala

Cuando se trata de renovar tu sala, no solo los sofás serán tus aliados. Para transformar este espacio también puedes utilizar muebles de TV, mesas de centro, plantas, espejos y cuadros. Este y otros objetos aprovecharán la estética de tu sofá, además de otorgar un aire diferente a la habitación. Considera lo siguiente:

• Incorpora diferentes escalas de iluminación. La mejor forma de hacerlo es por medio de puntos de luz variados, como por ejemplo lámparas en las mesas auxiliares o iluminación de acento dentro de las estanterías.
• Compra una alfombra de área que convine con los demás muebles y objetos de la sala. Nunca las pegues a las paredes y asegúrate de que se compaginen con el tamaño del sofá.
• Pinta la habitación con colores neutros, como por ejemplo el gris y o la salvia.
• Incorpora plantas para añadir dimensión y un aspecto más natural y verde. Si no quieres lidiar con su cuidado, las plantas artificiales pueden generar el mismo efecto.
• Si quieres incorporar algo de arte, elige siempre con base en tus gustos. Los cuadros y las esculturas pequeñas son bienvenidas, aunque evita saturar el lugar.

En el proceso, te sugerimos también enfocarte en el techo, la quinta pared de la habitación que a menudo se ignora. Puedes pintarlo de una textura diferente o añadir candelabros como complemento.

Si tienes en cuenta estos consejos lograrás renovar tu sala para compaginarla con tu sofá. Un nuevo aire siempre siente bien, así que no te cierres por completo a la idea.