Dale a tu casa un cambio pintando en degradado las paredes
Escrito y verificado por la historiadora del arte Sofía Sangrador del Río
En el siguiente artículo, queremos explicarte cómo, pintando en degradado o degradé, puedes cambiar el estilo de tu casa. Como ya hemos dicho otras veces, algo tan sencillo como el color o textura de las paredes, puede dar un toque totalmente distinto en la decoración de tu casa.
Y así, podrás dar un mayor protagonismo a tus paredes. En otros artículos te hemos dejado otras ideas que también puedes tener en cuenta, como por ejemplo, el estilo a medio pintar.
Sin duda, tienen ciertas similitudes: con ambas técnicas se divide la pared en franjas de color, pero con el efecto degradado tiene que ser siempre con las tonalidades de un mismo color (combinaciones monocromáticas), mientras que para el estilo a medio pintar, podemos optar por colores totalmente distintos.
Al dar así más protagonismo a tus paredes, te recomendamos que las dejes poco decoradas, para que el espacio no quede demasiado cargado, lo cual no resultaría demasiado estético. Para evitar esto, lo que puedes hacer es decorar con esta técnica solo una de las paredes de la estancia, dejando las otras con un color liso, preferiblemente clarito o suave.
A continuación, te dejamos algunas ideas más para decorar pintando en degradé las paredes de cualquier espacio de tu casa.
Aspectos importantes para tener en cuenta antes de empezar
Como ya te hemos dicho, para lograr este efecto debes escoger un color principal como base. Después, solo tienes que escoger las tonalidades que más te gusten para esa pared. Por lo general, están dispuestos de forma horizontal.
Nosotros te recomendamos que escojas colores claritos, ya sea tonos pastel, soft… De este modo, conseguirás una habitación más luminosa. Por ello, es importante pensar a qué altura queremos situar el degradado y el color clarito (no es lo mismo que esté en la parte superior de la pared que en la inferior), ya que en función de ello, lograremos un efecto u otro.
Si escoges una paleta más oscura, el ambiente no será tan luminoso, así que debería haber grandes ventanales o suficientes fuentes de luz artificial. Para escoger los colores, puedes tener en cuenta la psicología de los colores, según la cual cada color nos transmite una sensación: tranquilidad, armonía, etc.
Uno de los ejemplos más habituales es el de los azules, comenzando con un azul oscuro en la parte más baja de la pared y terminando en la zona más alta con un azul clarito, casi blanco. Es totalmente válido para espacios decorados con estilo mediterráneo, por ejemplo.
¿Cómo lograr tú mismo el efecto degradé?
Para pintar tú mismo con este efecto, lo que debes hacer (después de haber preparado correctamente la pared) es pintar toda la superficie del color más clarito. Después, debes medirla y, teniendo en cuenta el número de tonos que quieres aplicar, dividirla en secciones.
Algunas personas prefieren que cada franja de color mida exactamente lo mismo, pero otros, prefieren ir de más a menos, dejando franjas más gruesas en la parte inferior de la pared. Cuando tengas claras las medidas, señala con tiza o cinta adhesiva cada franja, para ir pintándolas de una en una, hasta llegar a la última, que no tendremos que tocarla ya que tiene el tono más claro que ya habíamos aplicado.
Cada vez que pintes una franja, debes difuminar los bordes, para que no haya un corte entre cada banda. Para ello, puedes usar una esponja o brocha sobre la pintura todavía húmeda. En función de tus gustos, podrás dejar la superficie más lisa, dar brochazos para crear algo de textura, usar un rodillo… Lo importante es que no haya contrastes fuertes entre cada una de las franjas, para que el resultado sea proporcional y equilibrado.
Esperamos que este efecto te haya gustado, como has visto, puedes incluso hacerlo tú mismo. Y recuerda: el color de las paredes y tu salud emocional se encuentran estrechamente relacionados, así que es muy importante la paleta cromática que escojas para la pared. De este modo, tendrás un espacio más o menos iluminado o una mayor o menor sensación de amplitud.