El estilo romántico: decoración con mucho encanto
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
¿Quieres crear un ambiente agradable y tener momentos inolvidables con tu pareja en el hogar? Para ello, lo mejor es aplicar el estilo romántico: decoración con mucho encanto y pasión.
A la hora de hablar de los conceptos de amor y sensaciones, no solamente los vinculamos a las relaciones personales, también podemos aplicarlos en la ornamentación de los interiores. En el fondo, esta temática abre un gran abanico de posibilidades.
¿Por qué no hacer del hogar un espacio en el que cada recurso se convierta en un elemento distintivo que ofrezca calma y desasosiego? Lo primero que debemos tener presente es la idea de romanticismo, la cual debe estar intrínseca en los muebles, los colores y, en general, en todo el ambiente.
Los sentimientos reflejados en la decoración
El estilo romántico se conforma por una serie de características que ofrecen un principio estético agradable. Nuestros sentimientos pueden quedar expuestos en cada uno de los recursos que tengan presencia en todos los espacios de la casa, desde los dormitorios hasta el salón.
No debemos encasillar este contenido a un ámbito únicamente femenino. En realidad, se vincula a ambos sexos. A su vez, podemos introducirlo tanto en viviendas familiares como de soltero. En otras palabras: no existe un encasillamiento específico para este estilo.
Aunque suene subjetivo, los sentimientos, las emociones y el encanto deben quedar plasmados en el domicilio. Desde que se entra por la puerta hasta que se llega a lo más profundo del hogar, puede trabajarse el romanticismo y convertirlo en un lugar más sofisticado.
Respira y siente la pasión a través de la decoración.
5 claves para decorar el salón con el estilo romántico
El principal objetivo que debemos fijar desde un principio es la búsqueda de la ternura y la sensualidad. Hay que alcanzar un punto intermedio, tratando de incidir en ambos conceptos, pero uniéndolos de forma consolidada. Veamos algunas claves importantes:
- En primer lugar, hay que analizar el espacio y comenzar a amueblarlo a través de recursos como los sofás y las butacas. Puede hacerse una combinación, pero, sobre todo, hay que proporcionar comodidad empleando un gran número de cojines.
- Es imprescindible guardar una sintonía cromática; es decir, una relación consecuente de cada uno de los recursos que configuran la decoración. Por eso, el empleo de colores pastel (rosa, morado, ocre, naranja, grises…) de carácter tenue son los ideales.
- Lo ideal es que las tonalidades sean graduales, distribuyendo los colores en cada uno de los elementos de la habitación. Así, la alfombra puede contener un tono, las paredes el mismo pero más apagado, y los cojines también pero con mayor intensidad.
- La iluminación es determinante para hacer que el colorido brille en todo su esplendor. Los grandes ventanales ayudarían a que penetre luz natural, la cual va a realzar mejor el interior. Por otro lado, hay que jugar con las formas de las lámparas, utilizando las de techo y las de pie.
- En cuanto a otros recursos decorativos, las plantas son un punto esencial. La frescura que ofrecen, el verdor y la naturalidad son componentes indispensables. Además, las rosas pueden ser un medio que entable relación directa con todo el entorno que las rodea.
¿Cómo podemos trabajar el estilo romántico en el dormitorio?
Debemos partir de un punto de referencia que debe ser la cama. En ella podemos trabajar todo tipo de recursos, desde la colcha, los cojines y la propia manta. La combinación del rosa, el blanco y el naranja son muy elocuentes. Existen textiles como los de Laura Ashley aplicables a este estilo.
A su vez, juegan un papel muy interesante las cortinas. Los estampados que tengamos en ellas son cruciales, salvo que queramos que sean simplemente tonalidades lisas. Además, utilizar motivos vegetales generan calma y cierta naturalidad con la que ambientar.
En cuanto al mobiliario (mesas, armario, estanterías…), es conveniente que sean de una tonalidad apacible y neutra, como puede ser el blanco o el gris. De esta manera, se convierte en el complemento perfecto para alcanzar el grado de armonía en el dormitorio.
El recibidor, el lugar ideal
Para poder convertir el recibidor en un espacio con mucho encanto, debemos trabajar la idea del color y la comodidad. Aunque sea una estancia en la que se permanece poco tiempo, es el preámbulo de lo que nos encontraremos más adentro.
La simpleza debe ser el componente idóneo. No obstante, la combinación de colores pastel debe ser, de nuevo, el soporte que ofrezca la esencia del romanticismo, como lo es, por ejemplo, el color salmón.
- Lava Oliva, Rocío: Interiorismo, Vértice, 2008.