Los nuevos estilos de vida condicionan la decoración del hogar
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
El ajetreo diario nos obliga a llevar un ritmo de vida intenso. Esto puede alterar nuestras costumbres y nuestros comportamientos hasta tal punto que los nuevos estilos de vida condicionan la decoración del hogar.
Normalmente, nos vemos sometidos a mucha presión por cuestiones laborales, familiares y de ocio. Tratamos de encajar todas estas actividades en un horario que, al fin y al cabo, nos resulta muy complicado de organizar. Esto puede suponer la renuncia a ciertas acciones cotidianas.
La limpieza, el orden y el cuidado de la vivienda se pueden ver alterados en el día a día. En más de una ocasión hemos estado varios días sin acondicionar la casa porque no hemos tenido tiempo. En el fondo, puede ser un serio problema, ya que podemos coger ciertos hábitos nocivos.
El problema de la limpieza
Un factor a tener en cuenta y de obligado cumplimiento es la limpieza. Se considera un componente esencial para alcanzar el grado de bienestar. Debe practicarse a diario y en todas las habitaciones de la casa, pero ¿realmente se logra?
Cada día cuando nos levantamos, tratamos de dejar las tareas hechas: desinfectar los baños, pasar el aspirador, barrer y fregar el suelo, etc. Sin embargo, nos vemos limitados por distintas cuestiones. Este aspecto conviene solucionarlo inmediatamente, teniendo en cuenta que puede salir damnificada la decoración del hogar.
Por otro lado, resulta conveniente el hecho de que dejemos la cocina adecentada después de su uso, que estén las camas hechas siempre que salgamos de casa y que repasemos el polvo cotidianamente para evitar su acumulación.
Todo es cuestión de tener buena voluntad y disposición.
La funcionalidad como criterio fundamental
Hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales. Por un lado, que la sociedad está cambiando y se está orientando hacia distintos caminos con los que se trata de buscar la comodidad y el orden, además de reducir las formas a la mínima expresión. Vamos a ver algunas características:
- Las nuevas tendencias tratan de establecer un principio básico a nivel estético; es decir, se está orientando todo hacia un uso práctico de los elementos que tenemos en el hogar, de tal manera que todo se proyecta bajo principios utilitarios.
- Los estilos como el minimalista y el vanguardista se están consolidando en mayor medida. Esto se debe, básicamente, a la idea de funcionalidad. No necesitamos recargar los espacios con demasiada decoración ni tampoco con detallismo. Lo más importante es que se configuren de forma sencilla.
- En lugar de complicarnos la vida rellenando los huecos con muebles y objetos que, en el fondo, no tienen mayor trascendencia, es preferible que dejemos la casa ornamentada mediante distintos artículos que puedan producir, a su vez, un beneficio estético y utilitario.
- Respecto a las líneas y las formas, hay que destacar que la rectitud prima sobre la curva. Esto produce sensación de estabilidad y, por otro lado, no complica la imagen interior. En otras palabras, se dejan a un lado las fórmulas barrocas con sus diseños muy precisos en favor de los planteamientos prácticos.
Los nuevos estilos se abren paso
La vida urbanita que llevamos se transmite también en la decoración del hogar. Se abandonan los diseños más conservadores por otros que demuestran mayor modernidad. Un caso en particular es, por ejemplo, el industrial que se abre paso, principalmente, en los lofts de ciudad.
Del mismo modo, las nuevas tendencias contemporáneas ofrecen un significado estético realmente curioso. El boho chic o las líneas minimalistas se amoldan a las nuevas generaciones, aquellas que no quieren complicarse la vida con el interiorismo.
Otro aspecto a tener en cuenta es la tecnología, la cual tiene gran repercusión en espacios como la cocina, el salón o el despacho. Los electrodomésticos, la televisión y el ordenador son piezas que, indudablemente, van a tomar protagonismo.
La aplicación de la diafanidad
Este concepto, que puede resultar un tanto abstracto, se está convirtiendo en el eje fundamental bajo el que gira la decoración del hogar. En otras palabras, nos estamos refiriendo a la sensación de espacialidad que prima en los interiores.
La diafanidad se asocia, directamente, con la armonía y confort. De este modo, es imprescindible que las estancias sean amplias. Es una manera de eliminar tensión estética y convertir la casa en lugar mucho más plácido y agradable.