Una casa muy personal
Todos queremos que nuestro hogar refleje nuestro verdadero yo, que sea única y que se diferencie del resto por cómo huele, por cómo se ve… Hay trucos de decoración que te pueden ayudar a tener una casa muy personal y hoy vamos a compartir contigo todos nuestros secretos.
Mi casa, mi templo
Desprendemos nuestra personalidad en cada una de las cosas que hacemos, la forma en la que nos vestimos, lo que comemos, la manera en la que nos relacionamos e, incluso, nuestros trabajos. Pero también nuestra casa habla de nosotros, o al menos esa es la idea.
De nada sirve tener espacios dignos de revista si no nos sentimos cómodos en ellos. Hay que buscar que reflejen nuestra personalidad haciéndonos sentir como peces en el agua. Para ello, hay varios trucos muy sencillos y que te harán gritar eso de ‘hogar dulce hogar’.
En casa como en ningún sitio
Si eres de los que no consigue sentirse totalmente cómodo con el lugar en el que vive, lo más importante es que tengas muy claro que la forma en la que hacemos nuestra la casa es a través de los pequeños detalles que le otorgan exclusividad.
Para ello, necesitas definir cuál es el estilo decorativo con el que te sientes más identificado. A partir de ahí ya podrás ir marcando una tendencia clara.
Por otro lado, conviene que priorices todo aquello que te gusta hacer, es decir, si disfrutas pintando, dedica un lugar de la casa a esta actividad y pon un caballete, tus pinturas, un taburete y una iluminación que te permita ver con claridad.
Si lo tuyo es el cine y las series de televisión, sin dudar tienes que hacerte con un buen sofá, una mesa de centro amplia para poder poner un picoteo y algunos cestos con mantitas que te aporten un extra de confort durante las noches de estreno.
¿Cuáles son los colores que realmente te gustan? Olvídate del color del año, del de la primavera o de lo que marca las tendencias. Lo importante es que, una vez más, todo lo que haya en tu casa te defina.
Para ello, debes elegir colores que te hagan sentir bien y que reflejen tu forma de ser. De lo contrario, no podrás crear esa casa tan personal.
Independientemente de las modas (que al final siempre son pasajeras), dale a cada habitación de la casa una intención clara. En el salón pon muebles que permitan la vida en familia y deja los dormitorios para la relajación y para poner los detalles más íntimos. Una cocina que invite a la colaboración y a cocinar de forma segura y un comedor que albergue a la gran familia.
Algunas ideas muy tuyas
Las paredes hablan en una casa muy personal
Lo que cuelgas en las paredes habla de ti casi más que ningún otro detalle. Busca láminas o cuadros originales que expresen algo de ti, que te gusten y con los que te identifiques. Hay muchos artistas con precios muy asequibles que te permitirán tener una obra de arte única en tu casa.
A fuego lento para una casa muy personal
Para lograr una casa muy personal necesitas paciencia, porque lo mejor es que vayas comprando poco a poco los muebles y los objetos decorativos. Date la oportunidad de recorrer tiendas y mercadillos y añadir algunos detalles que te enamoren.
Olvídate de comprar todo en una sola tienda con muebles de un solo material y acabado, en la variedad está el gusto y verás el resultado que obtienes al darle tiempo a la decoración.
Personalización
Di sí al DIY y a darle una vuelta a los muebles para hacerlos aún más tuyos. Mira aquí los mejores hacks de IKEA y busca inspiración, cambiando el color, las patas, añadiendo pegatinas o dándole otro uso a los muebles podrás tener una casa muy personal.
El valor de otros tiempos para una casa muy personal
Decorar con antigüedades es una forma infalible de lograr una casa muy personal, puesto que nadie más que tú tendrá un mueble así. Puedes comprarlo y darle un cambio a través de la pintura y de la restauración, hazlo el protagonista y verás cómo tu casa se convierte en un lugar muy original.
Nuestros hogares hablan de nosotros y pueden ser todo lo personales que permitamos. Deja que el tuyo se exprese a través de sus muebles y de toda la decoración y siéntete orgulloso de quién eres.