Puertas correderas: razones para amarlas
No hay mejor forma de jugar con los espacios y llenar de luz los ambientes que las puertas correderas. Como por obra de magia, hacen que una casa se vea más grande y cambie totalmente la percepción del espacio.
Las puertas correderas son las favoritas de los japoneses. Ellos utilizan sencillos paneles de madera cubiertos de cartón o papel opacos que dividen sus estancias. Se llaman ‘fusuma’, y en Occidente las hemos adoptado gracias a la proliferación de los apartamentos tipo loft y de las construcciones cada vez más pequeñas.
Algunas razones para amar las puertas correderas
Ganarás luz
Una de las ventajas principales de las puertas correderas es que, cuando las tienes abiertas, permiten que la luz atraviese las estancias y los rayos de sol corran a sus anchas. Si optas por puertas de cristal, también inundará la habitación cuando las tengas cerradas.
Sumarás unos metros extra
Si tienes una casa pequeña o a alguna de las habitaciones le faltan metros, no lo dudes, instalar una puerta corredera es la mejor solución a tus problemas.
Una puerta para cada lugar
Son súper versátiles, por lo que se adaptan fácilmente a cualquier espacio. Las encontrarás suspendidas, plegables o empotradas y todas ellas con una gran variedad de materiales.
Espacios diáfanos
Si disfrutas de los ambientes integrados, sin puertas de por medio pero con la posibilidad de tener intimidad en un momento dado, las puertas correderas son ideales. Cuando las tienes abiertas dan sensación de continuidad, especialmente si son de suelo a techo y si las pintas del mismo color que las paredes.
Para compartir habitación
Son una buena solución cuando tienes que compartir un espacio para dos fines y en ocasiones necesitas un poco de privacidad. Tal es el caso si trabajas desde casa y tienes tu oficina y tu dormitorio juntos, una puerta corredera puede abrirse y cerrarse según tus necesidades, sin perturbar la distribución.
¿Qué tus hijos comparten dormitorio? Una puerta de por medio evitará discusiones y estarán juntos cuando quieran estarlo, pero conservando su intimidad.
Para los indecisos
Si estás pensado en abrir tu cocina pero no lo tienes claro del todo, o si te gustaría tener un vestidor pero no ves la forma, tenemos la solución a tus conflictos: una puerta corredera.
Las cocinas abiertas al salón triunfan, pero la exigencia de tenerla impoluta o el eterno fastidio de que la casa te huela a lo que estás cocinando, hacen que muchos se lo piensen dos veces. Si instalas este tipo de puertas podrás beneficiarte de la amplitud y la privacidad por partes iguales.
Al exterior
Sí, también las hay de exterior y son preciosas cuando tienes un porche bonito o una terraza con vistas. Te dará la sensación de estar fuera en las noches de invierno pero acurrucado en tu sofá. Durante el verano, podrás disfrutar de unas cenas espectaculares sin tener que estar entrando y saliendo constantemente.
Algunos consejos para instalar puertas correderas
- La pared: puedes dejar que se vean cuando estén corridas o que se metan a la pared. De ser así, necesitas doble pared, o sea, hacer obra e invertir más presupuesto. Si optas por que sea sobrepuesta, abaratarás el costo y agilizarás el tiempo de instalación. Para evitar que se vean, puedes poner un mueble pegado a ellas, como una librería.
- Materiales: en este sentido hay tantos materiales como quieras y puedes combinarlos entre ellos. Madera, metal, cristal, papel, etc.
- El sistema de guías: necesitarás asesoría, ya que irán en función de los materiales que elijas y de si van o no metidas en la pared. Hay herrajes decorativos que, además, le darán un punto diferente a la puerta dependiendo del efecto que quieras conseguir.
Te hemos dado unas cuantas razones para amar a las puertas correderas. Es que además de bonitas, son versátiles, conectan ambientes y nos permiten dejar que la luz invada las habitaciones oscuras. Juega con los materiales, con los colores y con la forma de instalarla para conseguir el efecto deseado.