Tocadores clásicos y modernos
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
Las diferentes tendencias decorativas nos demuestran que, habitualmente, vuelven a estar de moda muebles o recursos de épocas pasadas. Sin embargo, los recursos que aún siguen teniendo presencia en interiores son los tocadores clásicos y modernos.
Este mueble aporta al dormitorio un aspecto sofisticado y elegante. Además, posee dos características fundamentales: la funcionalidad y la belleza estética. ¿Se te ocurre una mejor forma de ordenar tus productos belleza en un mismo sitio?
Esta tipología de mueble tiene numerosas ventajas; ya que se trata de un elemento muy versátil, capaz de combinar con cualquier estilo o ambiente. Gracias a la innovación en diseños y materiales, es muy difícil no encontrar un tocador que se ajuste a tus necesidades.
Historia de los tocadores
Su origen tiene lugar en los antiguos joyeros egipcios. Este elemento fue haciéndose más elaborado. Pero no será hasta finales del siglo XVII cuando aparezca en Francia. Se trataba de un símbolo de opulencia dentro de la sociedad, donde la imagen personal representaba el poder.
Este mueble era usado tanto por hombres como por mujeres. En un primer momento, su uso estaba destinado a la higiene personal. Por ello, el tocador incluía un lavabo. Con el tiempo se redujo su utilidad a solamente guardar los productos de higiene y cosméticos.
Elementos que componen los tocadores clásicos y modernos
Existe una gran variedad de tocadores, como por ejemplo, de estilo vintage, colonial o minimalista. Sin embargo, a pesar de las diferencias entre los tocadores tradicionales y modernos, todos ellos tienen tres elementos imprescindibles.
Mesa o consola
Este espacio va a ser donde concentremos todos los instrumentos de higiene y belleza que van a componer nuestro tocador. En realidad, va a ser el principal foco de atención de nuestra decoración.
Por ello, durante su elección debemos asegurarnos de que guarda sintonía con el resto de la habitación.
- Los mostradores de corte clásico son perfectos para conseguir un ambiente romántico y coqueto. Sus sinuosas formas junto con sus detalles en dorado lo convierten en el complemento perfecto para tu dormitorio.
- Por otro lado, si el estilo de la habitación es más moderno, una mejor opción es un tocador de corte minimalista con formas sencillas.
- Una tercera vía es personalizar un mostrador antiguo para modernizarlo. Esta tarea es sencilla y el resultado es espectacular. Basta con aplicar una mano de pintura de color o cambiar los tiradores de las cajoneras.
El espejo
El espejo de un tocador es un elemento imprescindible, convirtiéndose en la esencia del tocador. El modelo de espejo que escojamos debe ser lo suficientemente amplio como para reflejar la parte superior de nuestro cuerpo.
Independientemente del estilo que escojamos, todos deben tener una característica común: deben estar suficientemente iluminados. Una opción son los espejos con luces incorporadas, dándole así un toque hollywoodiense a tu tocador.
Siéntete como una estrella con tu tocador de luces.
La silla
Un último elemento a tener en cuenta es la silla. Esta debe estar en sintonía con la estancia en la que ubicaremos el tocador. Además de encajar visualmente, es importante que nuestra silla sea cómoda y esté adaptada a nuestras medidas.
Cómo ordenar los tocadores clásicos y modernos
Es importante tener el tocador bien ordenado, ya que esto nos va a permitir sacarle el máximo provecho.
- Uno de los complementos más útiles a la hora de organizar tu tocador son las cajoneras. Si la mesa no dispone de ellas, puedes incorporarlas con un mueble auxiliar.
- Los organizadores de metacrilato son una de las mejores opciones para distribuir nuestros accesorios, ya que en ellos podemos encontrar todo tipo de tamaños y formas que se adaptan a nuestros utensilios de belleza.
- Los botes y los cestos de mimbre son un recurso perfecto para guardar aquellos elementos que más utilizamos, como los perfumes o las brochas de maquillaje.
¿Dónde colocar los tocadores clásicos y modernos?
Un tocador en el dormitorio puede darle un aire distinguido. Sin embargo, debemos escoger el lugar adecuado para que este mueble no eclipse al resto. Es muy importante que esté lo suficientemente iluminado. Por ello, uno de los mejores sitios para colocarlo es cerca de una ventana.
En el caso de un dormitorio pequeño, podemos usarlo a modo de cómoda o mesita de noche. Esto le dará un toque romántico al espacio.
Otro espacio donde puede ubicarse es en el baño. De este modo, tendrás en una misma habitación todos los elementos necesarios para la higiene personal, así como los productos de belleza.
- Mary Gilliatt (1987): El libro de la decoración, Madrid: Orbis.