Cómo hacer un carrito de bar
El DIY está de moda, y también invade el sector de la decoración, como no podría ser de otra manera. Realizar piezas únicas y personalizadas puede ser una fantástica solución para rellenar un hueco vacío en una habitación. En el post de hoy te enseñamos a hacer tu propio carrito de bar.
Un resultado funcional y estético es precisamente lo que puede ofrecer un carrito de bar fabricado por uno mismo. A continuación te daremos las claves para realizar este mueble con tus propias manos dándole tu toque personal.
Por qué hacer un carrito de bar es una idea perfecta
Existen muchos muebles o elementos de decoración muy sencillos que se pueden hacer con técnicas DIY. Los jarrones o las mesas básicas son productos que se intentan realizar a mano a menudo, aunque acaban resultando poco prácticos frente a los muebles fabricados con esta finalidad.
En cambio, construir un carrito de bar puede ser la idea perfecta para matar varios pájaros de un tiro: solucionar un problema de almacenamiento, obtener algo personalizado, gastar poco dinero y decorar un espacio vacío.
La utilidad de un carrito de bar es muy variada. En primer lugar, puede servir para guardar las copas y botellas, así como para acercarlas a los comensales.
Por otro lado, puede servir como auxiliar para los cubiertos o los elementos de uso complementario, como las servilletas. La característica de las ruedas lo convierte en un mueble versátil y con infinidad de usos prácticos en el día a día.
Reciclando muebles antiguos
Una de las maneras de fabricar un carro de bar es reciclando un mueble que ya no estés utilizando. Para ello, será necesario comprobar que cumple las características adecuadas para la transformación a la que se someterá.
Una cualidad fundamental para que el mueble sea apto es su peso, ya que se moverá con la ayuda de unas ruedas y debe ser ligero. También debes asegurarte de que no tenga formas incómodas para la accesibilidad, o esquinas que se puedan clavar al moverse.
Una vez escogido el producto adecuado, lo primero será adecentar y personalizar la estructura en sí. Para ello, te podrás valer de pintura de colores, un barniz adecuado para el tipo de material y elementos decorativos a tu elección.
En este punto debes asegurarte de que la estructura del mueble se quede bien armada y la pintura esté bien protegida.
Antes de montar el resto de los elementos, es importante dejar reposar y secar bien el trabajo realizado en el mueble de base. Si no estás seguro de los tiempos necesarios, no temas en dejar la estructura de un día para otro para que el pegamento, pintura y barnices queden fijados.
Cualquier ferretería o tienda especializada comercializa ruedas sueltas para muebles, así que no tendrás problemas para conseguir este accesorio.
La manera más sencilla de colocar las ruedas es dar la vuelta al mueble y ponerlo boca arriba. Para no dañar la estructura, procura colocar un paño o cojín entre el mueble y el suelo. En esta posición podrás atornillar las ruedas a las patas del mueble o a las esquinas de la superficie.
Aprovechando otro tipo de carritos
Otra forma de construir tu carrito de bar DIY es utilizar un carro destinado a otra finalidad y transformarlo. Decantarse por esta opción puede ser mucho más sencillo, ya que te ahorrarás la instalación de las ruedas y la búsqueda del tamaño o estilo adecuado de las mismas.
Una estructura muy favorable para esta conversión es la del carrito de frutas o de supermercado con las clásicas rejillas.
Transformar un carro ofrece muchas posibilidades, ya que en este caso, además de cambiar de color, podrás también introducir elementos aprovechando la base.
Si quieres dar un toque diferente, una buena opción es pegar un listón de madera en alguno de los lados tapando las rejillas. Esto le dará un aspecto diferente y será más original por la mezcla de texturas y materiales.
En este caso también debes prestar atención a los materiales de base y sus características. Si el carrito contiene metal y tiene algunas zonas con óxido, debes encontrar el producto adecuado para tratarlo antes de la transformación.
Para cambiar los colores también debes prestar atención a las pinturas más adecuadas. En las tiendas especializadas sabrán asesorarte perfectamente. Con los consejos profesionales y algo de imaginación tendrás un resultado estupendo.