Consejos para restaurar muebles
En la actualidad, restaurar muebles ya no es una tarea únicamente para profesionales. Podemos darle una nueva vida a nuestro mobiliario y ahorrar mucho dinero.
Cuando restauramos o reciclamos los muebles, además le añadimos cierto valor (en cuanto a lo sentimental) porque lo hemos hecho nosotros. Y, además, puede servir como una buena terapia antiestrés. En este artículo te daremos algunos consejos para que te sea más sencilla la tarea.
Tips para restaurar muebles
No hace falta dedicarte a la restauración de muebles, puedes comenzar con algo pequeño y poco a poco ir animándote a hacer proyectos que impliquen más trabajo.
El principal desafío a la hora de reciclar mobiliario reside en ver si las expectativas coinciden con la realidad. Para que el resultado final sea lo más parecido posible a lo imaginado, ten en cuenta los siguientes consejos.
1. Limpia bien el mueble
Es la primera regla antes de hacer cualquier tipo de trabajo, manualidad o bricolaje. La superficie que vayamos a trabajar tiene que estar libre de toda suciedad, nueva o antigua.
Para empezar, puedes pasar un trapo humedecido con agua y jabón neutro. Deja que se seque bien. En caso de que haya marcas más adheridas, puedes usar un cepillo o una esponja mojados en disolvente (ideal para pintura).
Incluso, puedes pasar una lija fina en ciertas áreas, con el objetivo de asegurarte de que no queden vestigios de suciedad o elementos pegados.
2. Repara
Algunos muebles antiguos presentan agujeros debido al uso o al paso del tiempo. Si quieres que la restauración quede perfecta, te recomendamos que utilices un producto especial para taparlos.
Cumple con los tiempos de secado para que el resultado sea perfecto, y si es necesario, vuelve a lijar y limpiar antes de seguir con la tarea de reciclado.
Los muebles de madera son propensos a las rayaduras y golpes, esas marcas que pueden ser mostradas como trofeos de guerra o que queremos ocultar. Si deseas taparlas, te recomendamos ceras especiales que corrijan dichas imperfecciones.
3. Presta atención a puertas y rieles
Si quieres restaurar muebles, no es cuestión de modificarlos a nivel estético únicamente. Quizás tengas que reparar sectores vitales, como pueden ser las puertas, los cajones, las guías, las bisagras, etc.
Analiza el estado de cada parte con mucha atención, abre y cierra, mira de qué manera puedes aligerar o suavizar los movimientos típicos del mueble. Tal vez necesites clavos, cola de carpintero, tornillos, o algún anticorrosivo para aceitar objetos de metal.
No te olvides, en caso de ser necesario, de revisar las cerraduras y los herrajes de la pieza. Si son de bronce y están gastados, límpialos con agua y jabón, y al secarse, frótalos con aceite y un cepillo de cerdas suaves.
4. Renueva tapicería
Esta tarea de restaurar muebles tiene muchas vertientes, y todo dependerá del tipo de objeto que quieras recuperar. En el caso de las sillas o sofás, una vez que hayas analizado y reparado la estructura, el siguiente paso es hacerte cargo de las telas.
Esto significa llevar a la tintorería aquello que necesite una limpieza a fondo, renovar los cojines, o hasta tapizar tú mismo. Si la tela original no sirve más, busca alguna que combine bien con la decoración del ambiente.
5. Pinta
Al restaurar muebles, la pintura que emplees será fundamental, ya que en la mayoría de los casos será lo que decida el resultado final. Utiliza pinceles de diferentes grosores según las superficies y emplea pintura al agua, que es más fácil de quitar si no nos gusta cómo queda.
En cuanto a colores o acabados, todo dependerá del gusto personal, del estilo decorativo del ambiente o de lo que queramos conseguir. En cualquier caso, opta por aplicar varias capas finas en vez de una sola gruesa. Y por supuesto, deja secar bien entre capa y capa.
Tal vez no quieras tomarte todo el trabajo de pintar nuevamente el mueble. En ese caso puedes simplemente barnizar o encerar. Aunque no lo creas, le dará una vida completamente nueva, y sin tanta espera de secado entre capa y capa.
Antes de restaurar muebles te recomendamos que decidas cuál es el estilo que quieres para ellos, cómo te gustaría que queden al terminar el trabajo y cuántas tareas harás tú y de cuáles se encargarán otras personas (por ejemplo, un tapicero o un herrero).