8 trucos infalibles para hacer el cambio de armario sin morir en el intento
Dos veces al año toca hacer una tarea que seguro te resulta poco apetecible: el cambio de armario. ¿Sabes por qué? Porque no has encontrado el método para hacerlo fácil, rápido y que te permita conservar tu ropa en perfecto estado hasta la siguiente temporada. Pero eso se ha acabado: descubre 8 trucos infalibles.
1. Vamos a empezar de cero
Según Marie Kondo, la clave está siempre en empezar de cero; es decir, en que saques todo lo que tienes en el armario antes de ponerte a ordenarlo.
Una vez que lo tengas todo fuera, debes agrupar la ropa por categorías y doblarla intentando que ocupe el menor espacio posible, haciendo paquetes y guardando en vertical. Utiliza cajas o bolsas que cierren herméticamente para que se mantenga intacta y no te olvides de guardarla limpia.
2. Cambio de armario: una depuración nunca viene mal
Cuando tienes toda la ropa sobre la cama, es el momento ideal para tomar conciencia de lo que quieres conservar y lo que ya no necesitas.
Intenta ser lo más crítico posible y desechar esa ropa que lleva muerta de risa en tu armario durante las últimas dos temporadas. Echa un vistazo al espacio que tienes libre y observa si tiene capacidad para que quepan tus cajas. Lo ideal es que se puedan mover las baldas para crear el espacio necesario.
3. Ahora sí, ¡a guardar!
El doblado en vertical es una de las lecciones maestras de la gurú del orden y es una forma infalible de aprovechar el espacio al máximo.
Utilízalo para tus camisetas, los calcetines, la ropa interior… Si quieres que tu cambio de armario obtenga un sobresaliente, clasifica por colores y por tipos: manga larga, tirantes, etc. Te será súper útil en tu día a día.
4. Las cosas de mayor volumen
Cuando llega el buen tiempo, es el momento de decir adiós a las mantas, las colchas, los edredones… El problema es que ocupan muchísimo espacio. ¿Un consejos? Envasar al vacío reduce su volumen hasta un tercio y, así, podrás colocarlas en la parte más alta de tu armario.
Haz lo mismo cuando llegue el momento de guardar las toallas de verano. Aunque requiere una inversión (en las bolsas y la máquina), le vas a sacar mucho partido.
5. El cambio de armario: la magia de los accesorios
Además de cajas y bolsas que se puedan cerrar, también vas a necesitar fundas con cremallera para guardar abrigos largos o vestidos que no puedas doblar.
Colócalas al fondo del armario con este tipo de prendas o con todo lo que consideres más delicado; de esta forma, te aseguras de que no se dañe durante los meses estivales.
6. ¿Y qué hago con los zapatos?
Es una de las cosas más complicadas de guardar. Intenta tener cajas para guardarlos en la zona alta del armario y si no, también puedes usar las típicas fundas de plástico.
7. Cambio de armario: no te olvides del entretiempo
Aunque dure poco, hay unas semanas en las que el cambio de estación aún está a medio camino y, a veces, puede que te estés muriendo de frío y otras, que tengas calor.
Por ello, siempre debes dejar a mano ciertas prendas y accesorios, como los jerseys más ligeros, algunas sudaderas, calcetines finitos, fulares… te serán de mucha utilidad. Resérvales un cajón para echar mano en cuanto los necesites.
8. Haz que se vea bonito
Por último, la parte estética de todo esto. Un cambio de armario puede ser una actividad puramente de organización pero lo ideal es que la integres con el resto de la estética de tu hogar.
Elige complementos acordes con la decoración, colores que vayan con tu paleta cromática, accesorios llenos de encanto y ordena por colores, por altura o de la forma que quieras, pero haz que se vea bien.
¡Ahora sí! Estás preparado para la gran misión: cambio de armario. Toma en cuenta nuestros consejos y verás que es mucho más fácil. Aunque parezca una locura, es incluso posible que hasta lo disfrutes.