Las claves para elegir el cabecero perfecto para tu cama
Son tantas las variables que hay que tomar en cuenta a la hora de elegir el cabecero perfecto para tu cama que, a veces, puede ser difícil acertar. Con estas claves, ¡lo tendrás mucho más fácil!
Debes tomar en cuenta tus gustos, claro está, tus necesidades y el estilo decorativo que tiene el resto de tu dormitorio. Solo así lograrás que tus sueños no se vean interrumpidos por pesadillas anti estilísticas.
Cómo debe ser el cabecero perfecto para tu cama
El tipo de material, si lo quieres con mesitas de noche integradas o no, a juego con el resto del mobiliario o como pieza única, con o sin estructura, exento… cada opción está hablando de ti y, por ello, te diremos cuál es la mejor para que te sientas cómodo y totalmente relajado.
El cabecero tiene una función
Obviamente, gran peso de la estética del dormitorio radica en la elección del cabecero. Sin embargo, a efectos prácticos, su función es la de aislar la cama de la pared en lo que a ruidos y temperatura se refiere, y dar un poco de soporte.
Para el Feng Shui, el uso de un cabecero es imprescindible para proteger nuestra energía durante la noche y aporta solidez, seguridad y estabilidad frente a la vida. ¡Como para no tomarlo en cuenta!, ¿no te parece?
Más allá de si te resulta bonito, debes tomar en cuenta las medidas del espacio, si lo quieres más o menos alto o cómo serán las mesitas de noche. A partir de estas premisas, podrás ir definiendo mejor tus opciones.
El cabecero perfecto para tu cama: los materiales
La elección del material es de suma importancia, puesto que marcará el estilo del conjunto del dormitorio. Verás, los cabeceros de madera natural aportarán calidez y, según el tono, irán más acorde con un estilo clásico o nórdico.
Por otro lado, los que están tapizados con fibras naturales resultan más frescos y, dependiendo de los colores, pueden ser muy típicos de decoraciones románticas, o de otras más mediterráneas. Los de terciopelo, en cambio, pueden crear una atmósfera más clásica y lujosa, al igual que aquellas tapicerías de piel.
Otro lugar ocupan los cabeceros de de forja, como este de Kave Home, perfecto si quieres recrear un ambiente country, o para los que les gusta la estética vintage.
Lo quieres con o sin estructura
La elección de tu cabecero será exento o tendrá la estructura incluida, dependerá sobre todo de si encuentras la cama de tus sueños y viene coordinada con el resto del mobiliario. Si las compras por separado, pueden estar hechas del mismo acabado, pero tampoco es un requisito imprescindible.
En cuanto a la estructura, puede ser una sencilla con patas o pegada al suelo (tipo tatami), u optar por algún modelo con canapé o con cajones; de esta forma, tendrás espacio para almacenaje y esto nunca vienen mal. Después, vendrá la elección del cabecero, uno que decore y te ayude a proteger la pared.
El cabecero perfecto para tu cama con todo integrado
Una posibilidad muy práctica si cuentas con el espacio suficiente, es elegir un cabecero con mesitas de noche integradas. Suelen ser una especie de panel que se alarga y sobre el cual se fijan a los laterales estos complementos. Incluso, existen solución que incluyen otro mueble como un banco, un tocador o un escritorio.
Esta es una alternativa perfecta quienes no quieren complicarse y disfrutan con las decoraciones más modernas. También, si tienes un minipiso, puesto que aligera visualmente la zona del dormitorio.
Con algunos extra incluidos
Existen varios modelos en el mercado que incluyen estantes, almacenaje y puertas para que tengas a mano todo lo que necesitas. Este tipo de cabeceros te ayudará a tener todo organizado, especialmente si tienes problemas de espacio. El BRIMNES de IKEA es un claro ejemplo de esto.
Con estas premisas, puedes lograr dar con el cabecero perfecto para tu cama. No solo le dará unidad a tu dormitorio, también será fundamental para que tengas dulces sueños, como dice el Feng Shui.
Las alternativas son muchas y muy variadas, pero seguro que das con lo que tú necesitas. Recuerda que debe ser una pieza que te haga sentir 100 % cómodo.