El cerramiento de la terraza, fundamental para el invierno

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez

Última actualización: 09 enero, 2021

En tiempos de frío es necesario guardar el calor en el hogar de forma precisa y segura. Para ello, es imprescindible el cerramiento de la terraza. En el fondo, es una manera muy interesante de aumentar el espacio interior.

Probablemente, estaremos pensando que quizá requiera unas obras complejas y laboriosas, pero no es el caso. Hay que tener presente que este tipo de instalaciones no suponen un trastorno; además, hoy en día existen infraestructuras sencillas de colocar que nos ofrecen garantía de calidad.

El hecho de disfrutar de este recinto de la casa en más ocasiones nos ilusiona ya que, generalmente, no se emplea en época invernal. Solemos asociar su uso, especialmente, al verano y, por ende, queda desangelada y desamparada en invierno. Es momento de buscar una alternativa y cambiar la tendencia.

¿Cómo es el cerramiento de la terraza?

Hay diferentes tipologías, todo dependerá del tamaño de la terraza, aunque se suelen adaptar mejor a las más pequeñas, como a aquella de la cocina. En realidad, es una manera de aprovecharla para uso cotidiano, ya sea para almacenaje o para otras finalidades.

Pero antes de nada debemos resolver la siguiente cuestión: ¿cómo es el cerramiento de la terraza? Es una estructura metalizada que posee un formato poligonal de ángulos rectos y que se constituye de ventanales simples hacia el exterior. De esta manera, se consigue luz y ventilación.

Si analizamos detenidamente su funcionalidad, resulta muy interesante para cualquier parte de la casa. También, se pueden adaptar a las terrazas del salón o del dormitorio, pero en estos casos no es tan común.

Un recurso útil y funcional que puede proporcionar mayor amplitud espacial.

Estructura, formato y forma

Para conocer de forma más específica el cerramiento de la terraza, hay que atender a algunos aspectos como el diseño y la capacidad de adaptación al lugar. A nivel estructural, es importante recalcar la resistencia y firmeza que ofrece frente a las adversidades climatológicas. Veamos algunas de sus cualidades:

• En el caso de que tengamos un piso de ciudad, las terrazas serán de tamaño reducido y, quizá, haya una de mayores dimensiones que conecte con el salón. En este caso, se puede colocar el formato estándar con cristaleras y estructuras metálicas que permitan un cierre eficaz.
• Si tenemos un jardín, entonces existe la posibilidad de construir una galería que esté completamente acristalada, tanto en la techumbre como en las paredes. Es una forma de ganar diafanidad y conformar, así, una especie de porche transparente.
• Otro ejemplo son las terrazas que poseen un techo perteneciente a la infraestructura propia del edificio. Ante esta situación, se puede establecer una hilera de ventanas que ayuden a clausurar adecuadamente el espacio. En este sentido, se obtiene un recinto decente para el uso diario, lleno de luz y encanto.

Una habitación más para la casa

Tal y como hemos mencionado anteriormente, este cierre nos proporciona múltiples beneficios. Uno de ellos es la consecución de un espacio más en la vivienda; es decir, como si tuviésemos otra habitación más.

En lugar de dejar la terraza sin uso durante el invierno, se puede seguir empleando pero de una manera distinta. De hecho, no se pierde calor y no genera ningún tipo de problema, incluso en los días de lluvia, algo que puede resultar un tanto inusual.

Se gana más espacio y amplitud, y la terraza se confirma como un espacio disponible para lo que realmente deseemos, tanto para pasar tiempo en familia como para recibir invitados.

Una nueva aplicación de la terraza

Una vez que hemos expuesto las características de los cerramientos de la terraza, es preciso extraer algunas ideas sobre las utilidades que se le puede dar. Por un lado, podemos convertirla en un lugar de descanso y desconexión, a modo de chill out.

Por otro lado, también podemos amueblarla de tal manera que la convirtamos en una sala de estar o un rincón de lectura. Y si queremos hacer un trabajo más laborioso, se puede convertir en un pequeño comedor con mesas y sillas.

En definitiva, son múltiples las posibilidades que se le puede dar, todo es cuestión de tener bien claras las ideas y sacarle el máximo partido.