Consejos para trasplantar una planta a una nueva maceta
Quienes han encontrado ese jardinero que todos llevamos dentro, se preguntarán cómo trasplantar una planta a una nueva maceta. Sobre este escenario hay algunos mitos que nos han contado las abuelas y sabemos que, aunque parece una tarea sencilla, requiere toda nuestra atención y cariño.
De hecho, esta es una tarea que se realiza en busca de mejorar las condiciones de la planta. Por ejemplo, como cuando ha dejado de crecer o florecer sin razón aparente. Algunas veces, esto ocurre porque la maceta en donde está es muy pequeña y le impide continuar con su desarrollo.
Puede ocurrir que las raíces se encuentren muy apretadas y no estén tomando los nutrientes suficientes. Además de hacer un cambio de recipiente, puedes encontrarte con la buena noticia de que es hora de reproducir tu planta. Si las raíces son suficientes, tendrás que usar más de una maceta.
Continúa leyendo para descubrir el proceso indicado para trasplantar tu mata a una nueva maceta.
Aprende a trasplantar una planta a una nueva maceta
Una de las cosas más importantes a tener en cuenta sobre el cuidado de las plantas es que la mayoría necesitan ser trasplantadas en determinado momento para continuar con su óptimo crecimiento. Como lo mencionamos, esto suele deberse al rápido desarrollo de las raíces que requieren mayor espacio para absorber nutrientes.
Ten presente que, a mayor espacio, mayor cantidad de sustrato se requiere y, por ende, la planta tendrá más minerales, vitaminas y materia orgánica a su disposición. No te pierdas ninguno de los consejos que te tenemos y con los que aprenderás a trasplantar una planta a una nueva maceta.
Riega la planta antes de trasplantar a una nueva maceta
El riego en cualquier planta es necesario y no porque has tomado la decisión de trasplantar alguna la vas a dejar de regar. Es relevante que las condiciones del ejemplar sean lo más óptimas posible y el riego adecuado garantiza gran parte de este aspecto.
Has de recordar que al momento de ponerle agua a tus matas hay que garantizar que el líquido llegue hasta la base de la maceta en la que está. Además de ser vital, esto hace que la tierra esté compacta al momento de hacer el cambio de recipiente y será mucho más fácil todo el proceso.
La maceta nueva debe ser más grande
Lo siguiente a considerar cuando se desea trasplantar una planta a una maceta nueva es que el recipiente al que irá sea mínimo del doble del tamaño del anterior. Esto es lo que garantizará que las raíces crezcan libremente y absorban mejor los nutrientes del sustrato.
Otra cosa muy importante es que no debes escatimar en la cantidad de tierra. La planta debe quedar compacta, así que asegúrate de usar la cantidad suficiente. Además, con el tiempo, el sustrato empieza a perderse y hay que colocar más y también hay que abonar.
Ahora bien, lo mejor es utilizar tierra para jardinería, esta la puedes comprar en almacenes especializados. Este tipo de sustrato viene libre de insectos, hongos y otros microorganismos que están presentes en la tierra de tu jardín y que podrían ser detonantes para que tu planta desarrolle alguna enfermedad.
Para sacar la planta, voltea la maceta
Para trasplantar la planta de la mejor forma, tómala con una mano y con la otra, sostén la parte superior permitiendo que la planta sobresalga por tus dedos. Luego, cuando la tengas asegurada, voltea la maceta y golpéala suavemente para que salga compacta.
El último recurso a considerar, si la planta está muy arraigada, es romper el contenedor. No obstante, si es la única opción viable en tu caso, saca las esquirlas de arcilla o porcelana, ten cuidado de no cortarte con ellas y revisa que no se queden dentro de la tierra o las raíces.
Lleva la planta a su nueva maceta
Para este momento ya tendrías que tener preparada tu nueva maceta con una buena cantidad de tierra. Haz un hueco en el centro para colocar dentro las raíces de la planta y empieza a pisar el sustrato para que quede muy compacto. Si es necesario, coloca una cantidad extra para que el ejemplar quede bien arraigado.
Si la tierra con la que estaba la primera maceta está en buenas condiciones, no dudes en mezclar un poco y permite que las raíces conserven un poco de ella. El siguiente paso consiste en regar un poco para que la planta tenga líquido suficiente y se involucre mejor con su nuevo espacio.
No tengas prisa, la planta crecerá a su ritmo
El hecho de que trasplantes una planta a una maceta más grande no significa que esta crecerá más rápido, solo porque le estás dando más espacio. Debes tener paciencia y garantizarle todos los factores que necesita para crecer, como buena agua, el tipo de luz que requiere según su tipo (directa o indirecta), buenas corrientes de aire, abono y fertilizantes, entre otros.
La luz es importante
Recuerda que luego de trasplantar tu planta a su nueva maceta, va a necesitar luz. Pero ten cuidado, no la pongas a la exposición de la luz o el sol directa e inmediatamente. Debes contemplar las necesidades específicas de la especie y hacer una transición, pues tu pequeña estará en un proceso de adaptación muy importante.
¡Así de fácil es trasplantar una planta a una nueva maceta! Tómate tu tiempo para hacerlo con mucho cariño, seguro ella te agradecerá el tiempo que le has dedicado y florecerá nuevamente para ti.