Cómo elegir la tapicería de un sofá
Normalmente, cuando vamos a comprar un sofá nos fijamos en el tamaño, diseño y color. Llegamos a la tienda y nos sentamos y acostamos probando la calidad y comodidad de los diferentes modelos. En cambio, pocas veces nos percatamos en la tapicería y es uno de los elementos más importantes.
La elección de la tapicería dependerá del uso que le vayamos a dar, de si tenemos niños o mascotas o de lo cuidadosos que seamos. Sea como sea, elegir una buena tapicería que se adapte a nuestra vida diaria nos ahorrará muchos disgustos.
A continuación, te damos una serie de consejos para elegir la tapicería de un sofá correctamente. Si eliges bien desde el principio no tendrás que estar limpiándolo continuamente, colocando fundas o volviéndolo a tapizar.
Elección del material
En primer lugar, hay que escoger el material del cual va a estar tapizado el sofá. En el mercado encontramos una amplia gama de materiales que varían en calidades y precios. Como te explicamos a continuación, cada uno de ellos tiene sus ventajas e inconvenientes:
- Tela. Las opciones que presentan las telas son infinitas. Se puede escoger entre infinidad de colores y estampados, por lo que las opciones disponibles son inmensas. Dentro de las diferentes telas encontramos diferentes calidades. Si el sofá va a tener mucho uso lo mejor es optar por una resistente y de mayor grosor. Además, los sofás tapizados con tela tienen siempre una temperatura agradable. Respecto al precio, las hay de tanta variedad como telas en el mercado, así es fácil adaptarse a cualquier bolsillo.
- Piel. Los tapizados en piel siempre aportan elegancia y clase a la estancia. Actualmente se pueden encontrar en una amplia gama de colores. Su precio es más elevado que un tapizado de tela, pero también es cierto que su aspecto con el paso del tiempo también es mejor. El principal inconveniente es que son muy fríos en invierno y calientes en verano, por lo que no a todo el mundo le agrada.
¿Qué color elegir?
El color de la tapicería es uno de los aspectos que más nos cuesta elegir. La elección dependerá de dos aspectos: la gama de colores predominante en la estancia y el uso que le vayamos a dar.
Lo recomendable es elegir un color acorde con el del resto del salón, a no ser que queramos que tenga un gran protagonismo. De este modo, conseguiremos seguir con la misma gama de colores, creando armonía en el espacio.
Si el salón es pequeño te recomendamos los colores claros. Conseguirás aportar luminosidad y que la estancia parezca más amplia. Si, por el contrario, el espacio no es un problema puedes optar por tonos más oscuros.
Otra de las opciones en lo que a colores respecta es escoger diferentes estampados o tonos. Una opción solo apta para los más atrevidos con la que se conseguirá que el sofá no pase desapercibido.
¿Tienes niños o mascotas?
Los niños se suben al sofá calzados, saltan en él y a veces derraman líquidos. Las mascotas puede que no lleven las patas limpias y además sueltan pelo. En estos casos tienes dos opciones: estar continuamente gritando porque la tapicería se mancha o elegir un color oscuro u ocre para tu sofá.
Respecto al material, la mejor opción en estos casos es la piel, porque no se mancha y además los pelos de las mascotas no se quedan adheridos. Conlleva un mayor gasto, pero a la larga sale rentable.
Si optamos por la tela, en los últimos años han aparecido multitud de telas antimanchas que ofrecen muy buenos resultados. Tienen un precio más alto que las telas convencionales, pero compensa porque cualquier mancha se elimina frotando con una simple bayeta. Si la tela no es antimanchas limpiar el sofá será un trabajo más complicado.