4 tipos de texturas en la azulejería del baño
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
La decoración del hogar no se limita solamente a los objetos y recursos que empleemos para adornar; tampoco a los colores que disponemos en el mobiliario y las paredes. Es importante señalar la relevancia que adquieren los pavimentos; por eso, vamos a conocer 4 tipos de texturas en la azulejería del baño.
Si queremos proporcionarle cierta personalidad a esta parte de la casa, es preciso que conozcamos las distintas formas de cubrir los muros. Evidentemente, el color cumple una función determinante pero, también, influye la apariencia externa del material.
El tacto y la vista juegan papeles fundamentales a la hora de percibir el conjunto decorativo de un espacio. En este caso, las texturas nos permiten obtener una percepción sensorial determinada, ganando sofisticación y originalidad.
Azulejería del baño: la rugosidad como un principio original
Una de las texturas que ha ganado mayor presencia en los diseños de interior son los azulejos rugosos. En este caso, se produce un efecto óptimo atractivo ya que se contempla una apariencia muy distinta a lo que comúnmente tenemos en las casas.
Otra cualidad es que se gana naturalidad. Además, en estos azulejos se produce cierta retroiluminación; es decir, las luces y las sombras toman protagonismo en las paredes, dinamizando el ambiente y convirtiéndose en un foco cautivador en la decoración del conjunto.
Existen numerosos tipos de rugosidad desde las formas geométricas hasta las que muestran cierta irregularidad superficial; es decir, las que tratan de mostrar naturalismo, como si fuesen piedras sacadas del campo.
Las posibilidades que ofrece la azulejería del baño son muy varipintas.
Las geometrías para la azulejería del baño
Dentro de este campo, se encuentran numerosas tipologías. Hay que tener en cuenta que van a demostrar una organización sistemática de los muros, pero el efecto óptimo es agradable y permite modernizar el baño. Veamos 4 modelos interesantes:
- Los rectángulos son, evidentemente, la formulación más repetida en los pavimentos. De todos modos, vamos a destacar uno en particular que es el que trata de mostrar una similitud al ladrillo pero en color blanco con superficie rugosa y reflejando estabilidad.
- En cuanto a los pentágonos, hexágonos y octógonos, podemos encontrarlos con superficies lisas o, incluso, con cierto relieve en el interior de cada pieza o en las líneas laterales. Estos producen, también, un efecto de luces y sombras.
- Los cuadrados son muy comunes; de hecho, suelen combinarse muy bien con muros en los que una mitad es de yeso lisa y otra, de cerámica. Los encontramos, además, en losas de gran tamaño y en formato de mosaico con mayor o menor separación entre cada azulejo.
- Hay que hacer mención especial a las geometrías almohadilladas en las que las formas no son el componente principal, sino más bien una elevación del propio azulejo que permite dar sensación de que está acolchado. Este es un efecto óptimo que nos produce templanza y comodidad.
La cerámica vidriada: luz y brillo
Uno de los materiales que nos permite generar un ambiente más fulgurante es la cerámica vidriada. Los musulmanes en la Edad Media recurrían a ella para poder decorar los interiores de los palacios por el efecto estético que producía.
Sin duda alguna, se percibe una brillantez y suntuosidad más pronunciada sobre todo si se tiene una ventana que permita el acceso de luz natural hacia el interior. En realidad, se consigue una aspecto más lustroso y moderno.
La textura externa es más o menos lisa. En relación a la brillantez visual, nos proporciona cierta sensación de pureza. De esta manera, se potencia la percepción de higiene, especialmente si se utilizan colores como el blanco, turquesa, azul cielo, etc.
La cerámica vidriada ha tenido un gran recorrido a lo largo de la historia.
Azulejería del baño con vestores y patrones
Por norma general, los interioristas tienden a usar azulejos de colores lisos y combinarlos entre sí para armonizar los espacios y ambientarlos cromáticamente. No obstante, también existe la posibilidad de tener diseños estampados mediante vectores y patrones que ayuden a tematizar.
Esta tipología, denominada mayólica, puede contener, a su vez, una textura rugosa que siga el mismo dibujo que ofrece el propio patrón. No tiene que sobresalir mucho, simplemente es un ligero relieve ornamental y con superficie lisa, creando un poco de claroscuros.
Como ves, existen muchos tipos de texturas diferentes en la azulejería del baño. Si tienes dudas, visita una tienda especializada para contemplar los azulejos en vivo y en directo y escoger el que más se adapte a tu estilo.
- Bosch, Montse; Escolar, Silvia; del Portal, María: Pavimentos. Nuevos revestimientos, Barcelona, UPC, 2002.