¿Cómo distribuir un loft?
Escrito y verificado por la historiadora del arte Sofía Sangrador del Río
Para saber cómo distribuir un loft debemos saber perfectamente, ante todo, en qué consiste. Es un tipo de vivienda cuyas principales características son la amplitud, amplios ventanales, la apertura del espacio y la escasez de divisiones en él, ya sean paredes, puertas…
Podemos decir que es un espacio relacionado con la vida urbana. Además, su (usual) gran tamaño facilita poder tener un lugar de trabajo en tu propia casa. En muchas ocasiones, sobre todo los de nueva construcción, se encuentran emplazados en zonas muy céntricas, principalmente en grandes ciudades del mundo.
¿Cuál es el origen de los lofts?
En muchas ocasiones, estos espacios derivan de la remodelación de edificios como pueden ser las naves industriales, almacenes en desuso o incluso antiguas fábricas. Esto condicionará un poco la estructura y organización del loft, aunque siempre se pueden llevar a cabo reformas. Siempre puedes dejar restos de ese pasado industrial, puede quedar muy original.
A pesar del prestigio que actualmente supone vivir en un loft, en su origen esto no era así. Debemos saber que surgieron en la segunda parte del siglo XX en Nueva York. La ciudad pasaba por un mal momento, se encontraba al borde de la quiebra: caída demográfica, desindustrialización…
Como consecuencia de esta pésima situación económica, muchos espacios industriales quedaron en desuso. Por ello, comenzaron a ser reutilizados por distintos colectivos, principalmente artistas o estudiantes. Su elección se basaba principalmente en los bajos precios y la amplitud. Además, los artistas podían tener así su estudio en casa.
Tal y como vemos en la actualidad, este tipo de vivienda fue ganando un progresivo desarrollo, hasta ser utilizado por grupos con un mayor poder adquisitivo. Por eso, ya no solo se reutilizan espacios industriales, sino que se construyen de nueva planta. Han llegado a alcanzar precios desorbitados.
Ideas sobre cómo distribuir un loft
Centrándonos en la distribución de este espacio, encontramos múltiples posibilidades, rondando en torno a unas ideas generales.
Recuerda que no suele haber división de espacios. Entonces, para crear una zona como comedor, salón o cocina, tienes que “acumular” sus respectivos muebles en zonas muy determinadas.
Separa los espacios más privados
Nos referimos al dormitorio (suele haber solo uno) y/o al cuarto de baño. Para ello, existen recursos variados. Por ejemplo, biombos, columnas, cortinas, puertas correderas o soluciones acristaladas.
Aprovecha la segunda planta
Dependiendo del espacio disponible, podrás alojar tu dormitorio, zona de estudio o un espacio de almacenamiento.
Separa la cocina
Intenta dejar el espacio destinado a la cocina algo apartado respecto a las otras zonas de la casa. De esta manera, sobre todo si no cuenta con puerta corredera o solución acristalada, evitarás que los humos y olores de los alimentos cocinados lleguen a las otras partes.
Consigue intimidad
Proponte conseguir el mayor grado de intimidad posible. Estamos hablando principalmente del dormitorio, donde además, podemos encontrar un vestidor. Respecto a esto último, puedes colocar una cortina que separe ambos espacios o, si tienes un altillo, situar en él el dormitorio y, en la parte baja, el vestidor. Alrededor de este vestidor, coloca un biombo o cortinas, cubriéndolo total o parcialmente.
Utiliza muebles de gran tamaño para separar
También puedes usar los muebles de gran tamaño para intentar separar ambientes. Por ejemplo, puedes colocar un armario en el dormitorio y, justo detrás del mueble, colocando pegadas sus partes traseras, una estantería. De este modo, estarías separando dos zonas, el dormitorio y, por ejemplo, el salón o, si hay, zona de estudio. En el caso de la cocina y salón o comedor, puede quedar bien una mesa alta, a modo de barra de bar.
Conclusión
Obviamente, y a modo de conclusión, debemos decir que, a pesar de todo, vivir en un loft tiene sus desventajas. A pesar de ello, es innegable que estéticamente hablando son preciosos. Su amplitud y luminosidad nos aportan confortabilidad a la vez que tranquilidad. Además, no debemos olvidar su excelente ubicación urbana.
Simplemente, hay que saber cómo organizar el espacio disponible y decorar a tu estilo, aportando así un toque más personal, un toque propio.