Cómo evitar el recargamiento cromático
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
Existen varias tendencias decorativas en las que los colores juegan papeles importantes. Sin embargo, el uso excesivo de estos en un espacio puede generar tensión ambiental y convertirse en un verdadero problema. Por eso, es momento de preguntarse cómo podemos evitar el recargamiento cromático.
A la hora de escoger los colores, debemos ser conscientes de la función que desempeñan, la combinación que se puede realizar y las sensaciones que transmiten. Es entonces cuando podemos contemplar la posibilidad de llevar a cabo una decoración donde existe armonía.
Muchas veces no somos conscientes del riesgo que conlleva traer continuamente objetos y otros recursos que poseen distintas tonalidades. Esto puede llevarnos a una saturación decorativa demasiado estricta y, por supuesto, a un recargamiento cromático que denota falta de sintonía entre sí.
Detectar el recargamiento cromático ambiental
Lo primero que debemos hacer es analizar la situación de nuestro hogar. Es fundamental que observemos con detenimiento las habitaciones y estudiemos cuál es el estado en el que se encuentra cada una de ellas. Solo así sabremos detectar si existe sobrecarga cromática ambiental.
En el caso de que exista anarquía de tonalidades y que se encuentren dispuestas de forma aleatoria y sin un esquema predeterminado, entonces estaremos ante una falta de coherencia decorativa y ausencia de una ordenación.
Por otro lado, es necesario investigar si se combinan adecuadamente los colores, ya que muchas veces relacionamos fríos con cálidos o neutros con estridentes sin que exista un estudio previo. Lo importante es la buena relación estética y, sobre todo, favorecer el diálogo generalizado entre el mobiliario.
Para no saturar el ambiente, es preciso que analicemos cómo se encuentran las habitaciones.
5 pasos para ponerle solución al problema
Una vez que has podido detectar cuál es el verdadero problema en la decoración del hogar, debemos atender a las fórmulas que permitan ponerle solución a este asunto y tratar de mejorar la condición ambiental de cada estancia.
- Trata de plantear un objetivo claro en el que sepas qué le conviene a tu hogar y qué tonalidad te gustaría que predomine. Recuerda que, aunque haya un color que tenga presencia generalizada, también pueden aplicarse otros para equilibrar la cromaticidad.
- Lo más importante es que exista variedad controlada. Por eso, conviene establecer algunos límites y tratar de moverse en un grupo determinado de colores con los que entablar diálogo entre ellos. Esta idea debe convertirse en el objetivo fundamental.
- Si quieres emplear un color llamativo (rojo, naranja, verde…), debes contrarrestar con otros que sean más moderados, como por ejemplo, tonalidades neutras. Esto es lo que denominamos decoración multicolor.
- No hay que focalizar los colores cálidos en un único punto; debe existir una distribución que permita contemplar estas gamas en diferentes partes tratando de aportar ciertos toques cromáticos de forma coherente.
- Tampoco es necesario utilizar únicamente tonos apagados para no generar tensión. Esta fórmula puede provocar un ambiente entristecido, cuando, en realidad, lo que hay que establecer es un clima cómodo. Por tanto, es bueno que haya otros colores que dinamicen y colaboren en la armonía.
Recargamiento cromático: evita los colores estridentes
Hoy en día se han puesto de moda prendas de vestir con colores excesivamente llamativos, sobre todo en ropa deportiva. Suelen utilizarse habitualmente el amarillo y el naranja, pero también podemos encontrarlas en rosa, rojo o azul.
Estos colores no conviene utilizarlos en el hogar. Son demasiado fuertes a la vista y pueden generar incomodad. Además, no suelen encajar del todo bien con el resto de tonalidades, especialmente si utilizamos oscuros y terrosos.
Si tenemos algún objeto con un color estridente, ha de ser algo esporádico, pero nunca debe dominar ni tener una presencia abundante. Esto puede conllevar la saturación e incomodidad ambiental y, a su vez, generar tensión ambiental.
La clave de todo es buscar un equilibrio generalizado.
A la hora de comprar, escoge bien los productos
Recuerda que no debemos llenar la casa de artilugios y objetos de diferentes tamaños y colores. Hay que evitar el recargamiento y saturación decorativa. Por ello, es mejor escoger aquello lo que realmente necesitamos y gestionar adecuadamente las compras.
Ante la pregunta que formulamos al principio cómo evitar el recargamiento cromático, podríamos determinar un último consejo: hay que elegir los productos según la necesidad, la función y el color. A veces, la sencillez decorativa es lo más conveniente para ganar confort.
- Lava Oliva, Rocío: Interiorismo, Vértice, 2008.