Lámparas de araña: claves para aprender a decorar con ellas
Uno de los elementos decorativos más importantes es la iluminación. A través de esta, puedes lograr ambientes cálidos y acogedores, u otros más vitales y que te inviten a la concentración; todo dependerá de la intensidad y el color de la luz.
Sin embargo, hay otro recurso capaz de transformar tus espacios y esas son las lámparas. En esta ocasión, descubrirás las claves para utilizar lámparas de araña en tu hogar.
Si crees que son demasiado exageradas o que solo pueden formar parte de un estilo clásico, te equivocas. Mira todas estas ideas y hazte con una pieza tan espectacular como esta cuanto antes.
Historia de las lámparas de araña
Tarde o temprano las modas vuelven, aunque reinventadas. Después de años de reinado del minimalismo y de los espacios nórdicos, los ambientes eclécticos han ido abriéndose paso y aquí encaja a la perfección esta pieza.
Se llevan los clásicos renovados, la mezcla de piezas de distintos materiales, formas y épocas en un solo espacio y es por ello que estas lámparas del siglo XVII han recuperado su protagonismo perdido.
También se les conoce con el nombre de chandeliers y estaban relacionadas con la opulencia de los ambientes clásicos y un tanto recargados.
Cuando se empezaron a trabajar técnicas de soplado de vidrio, no podían faltar en las casas más nobles de la Europa del siglo XIX. Antiguamente, tenían brazos para sujetar las velas y, con el tiempo, las sustituyeron por bombillas, tras ser adaptadas para su instalación eléctrica.
Un clásico que se renueva
Sorprende ver cómo se han transformado este tipo de lámparas: hoy en día, es posible que prácticamente presidan cualquier espacio.
Uno de los primeros cambios que se observaron fue en cuanto al color de los cristales. Ya no solo son transparentes, lo que hace que luzcan más modernas.
Seguro que las has visto en negro, haciendo de pieza principal de los salones sofisticados, o elegantes restaurantes. En Mano Mano, hay una que seguro te encanta.
Lámparas de araña en tu hogar
Como toda lámpara colgante, lucen mucho sobre la mesa de un comedor o zonas con techos muy altos. Sin embargo, una lámpara de araña también queda genial en un pasillo, o en un baño, convirtiéndolo en un rincón para llenar tus sentidos, especialmente si tienes una bañera.
Es compañera fiel de los dormitorios, dándoles mucho carácter y personalidad. Puedes poner una sobre la cama o dos más pequeñas que caigan sobre las mesitas de noche.
Otra de las áreas de tu hogar en la que puedes colgar una lámpara de araña es en una escalera. Si vives en una casa de dos plantas, no te olvides de decorar las zonas de paso y esta es una excelente opción.
Donde son poco recomendables es en los pisos pequeños o con techos bajos, puesto que son piezas concebidas para lucirse y suelen acaparar demasiado el protagonismo. Si te encantan, prueba a poner una de estilo renovado en versión mini, como esta en color lila que encuentras en Lampara.es.
Los estilos que mejor le van a las lámparas de araña
Con una lámpara de araña, puedes darle un toque de lujo a cualquier estancia. Aunque ya sabes que son propias de los ambientes más clásicos, encajan de maravilla con otros estilos.
Por ejemplo, con el rústico o el rollo country, aportarás un toque muy divertido si eliges un diseño sencillo y con acabado mate. La luz se multiplica gracias a sus formas y esto dotará tus espacios de un plus de claridad.
Con una decoración vintage, podrás salpicar de elementos del pasado tus espacios y crear nuevas fórmulas. Te sugerimos que utilices una lámpara de araña con pantalla sobre un aparador o encima del mueble del recibidor. ¡Triunfarás!
Si te gustan las lámparas de araña, no dudes en incluir una en la decoración de tu hogar. No pasará desapercibida y llenará de luz cada rincón.