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¿Por qué el interiorismo debe considerarse un arte?

4 minutos
El interiorismo requiere ingenio, inspiración y mucha creatividad. No cabe duda de que podría considerarse un disciplina artística por las características estéticas que se muestran en los diseños.
¿Por qué el interiorismo debe considerarse un arte?
Francisco Jiménez

Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez

Última actualización: 18 enero, 2019

Muchos son los que consideran que el interiorismo es un medio de expresión estética donde convergen aspectos formales, cromáticos y espaciales. Por eso, planteamos la siguiente cuestión: ¿por qué el interiorismo debe considerarse un arte?

El diseño de interiores y la decoración son medios de trabajo para un experto en interiorismo. Su formación estará relacionada con la creatividad y, a su vez, con la capacidad de desarrollo y producción personal.

No se marcan estereotipos fijos, sino que se van renovando y cambiando con el paso del tiempo, realizándose transformaciones interesantes que consiguen hacer del interiorismo un arte. En el fondo, sigue sistemas parecidos al de otras disciplinas, con procedimientos que son prácticamente iguales.

Principio básico de estética artística

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En el fondo, el interiorismo ofrece un contenido estético, el cual puede llegar a ser más complejo o más básico e, incluso, combinar ambos conceptos y conseguir hacer un diseño más completo.

La apariencia será el pilar fundamental sobre el que se sostiene el diseño de un interior. Los elementos que componen un espacio deben estar situados de manera correcta y complementados entre ellos.

En todo momento, un interiorista trata de evitar las desproporciones, las disonancias cromáticas y el caos organizativo. De esta manera, podría decirse que el conjunto se conforma de una estética con la que agradar a nuestros sentidos.

El arte es un medio de expresión que ofrece una estética determinada.

El interiorismo requiere creatividad

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La persona que se encargue de realizar el diseño de un interior ha de tener ideas y recursos con los que poder trabajar, pero, sobre todo, creatividad.

  • Lo primero de todo es hacer un estudio del espacio y saber qué puede ir colocado en cada sitio, de qué manera trabajar el color y la luz y cuál debe ser la distribución de las formas.
  • El ejercicio que realiza un diseñador se centra, principalmente, en contemplar las posibilidades que ofrece una habitación y buscar la manera de ganar espacio, amueblar y organizar las partes.
  • Se debe fomentar el dinamismo.
  • A su vez, la colocación de los recursos debe guardar coherencia, pero siempre partiendo de algo creado por el propio interiorista. En el fondo, se trata de atar todos los cabos posibles para alcanzar un único propósito: la armonía.
  • El trabajo de un diseñador consiste en darle forma a una idea que ha sido preconcebida. Eso sí, siempre con sentido.

La inspiración es la ocasión del genio.

Honoré de Balzac

Complementariedad cromática

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Por supuesto, dentro de un diseño de interior no puede haber ausencia de color, por lo que se hace necesaria una distribución correcta de los tonos y que exista sintonía entre ellos.

  • Hay que evitar la tensión y el enfrentamiento cromático.
  • Un diseñador sabe qué colores encajan con un estilo determinado, cuáles son los más apropiados para ciertas habitaciones, o qué estética aporta cada uno.
  • A su vez, debe entablarse un diálogo entre las formas y los colores, teniendo en cuenta que nuestra mirada irá dirigida hacia ciertos puntos que pueden tener mayor protagonismo, según el tipo de tono que tengan.
  • Algo fundamental que se debe tener en cuenta es que las paredes, que son el contenedor que delimita el espacio, deben tener una estética complementaria con el mobiliario.
  • La aplicación de los colores a través del mobiliario es como pintar dentro del hogar.

Hacer que el conjunto guarde relación

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La organización interna debe tener un orden, haciendo que el conjunto dialogue y cada elemento forme parte del todo. En el interiorismo, nada puede quedar al margen ni aislado. En el fondo, todo debe tener coherencia y conexión.

Para conseguir relación entre el mobiliario, la distribución es esencial. Cada artículo será colocado en un punto, teniendo en cuenta que cumplirá una función determinante.

De la misma manera hay que destacar algo fundamental: la decoración. Tanto una escultura, un cuadro, una alfombra o las propias plantas, no pueden escogerse de forma aleatoria, debe haber relación con el estilo propio del lugar.

En definitiva, una vez hecho el análisis de las características propias del interiorismo, podemos determinar que es una disciplina que se conforma de principios creativos vinculados con el arte.



Lava Oliva, Rocío: Interiorismo, Vértice, 2008.