5 consejos para mantener el cuarto de lavado organizado
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
El ritmo diario no nos permite atender a cosas tan básicas como tener limpia y ordenada la casa; de hecho, la descuidamos bastante, sobre todo las habitaciones de menor uso. Te enseñamos 5 consejos para mantener el cuarto de lavado organizado.
¿Qué ocurre cuando no mantenemos un orden en las habitaciones? Nos genera malestar, incomodidad, desasosiego, sensación de suciedad y no conseguimos tranquilidad. En el fondo, nos produce agobio y descontento.
Por tanto, la organización de toda la casa es algo fundamental. En el salón o el dormitorio son los principales beneficiados, pero ¿qué ocurre con el cuarto de lavado? Por supuesto, también se merece una organización del espacio.
1. Evalúa la situación del cuarto de lavado
Tener un cuarto de lavado es un auténtico lujo. Mucha gente se ve obligada a poner la lavadora en la terraza o el patio, a planchar en la cocina y a conservar el detergente debajo del fregadero o en un armario. Si se tiene este cuarto, ¡aprovéchalo!
En un primer momento, hay que ser autocríticos y preguntarse si se tiene bien organizado el cuarto, si está limpio, cuál es la utilidad que se le está dando, si se está empleando con un fin de almacenamiento etc.
Resulta imprescindible, por tanto, evaluar cuál es la situación, visualizar todos los elementos y materiales que hay guardados y preguntarse a sí mismo qué es lo que se quiere hacer con este espacio.
– Quien no se corrige a sí mismo, no podrá poner orden en su casa.-
-Amaury Rodríguez-
2. Ordenar utilizando el armario
Una vez que se ha evaluado la situación y se ha hecho autocrítica del uso del cuarto de lavado, hay que pasar a ordenarlo, desde un punto de vista racional y sencillo:
- Establece un eje central que sea el armario y utiliza todos sus recursos para guardar objetos, herramientas, etc. El armario debe ser el principal aliado del orden.
- Se pueden colocar cestos de mimbre sobre el armario para que sirvan de recipientes para guardar cualquier elemento, especialmente aquellos que son más pequeños, evitando así su pérdida.
- Los cajones y los pequeños armarios pueden ser útiles para guardar herramientas y productos de limpieza. La idea es que no quede todo a la vista.
3. Disposición de la lavadora y la secadora
Ambos electrodomésticos tienen una importante presencia en el cuarto. Evidentemente, van a ocupar un espacio considerable, por eso es importante seguir los siguientes consejos:
- Reserva un espacio amplio para que no se genere desasosiego en la organización. La acumulación de recursos en torno a estos dos electrodomésticos lo que generará es agobio.
- Si pueden ubicarse en espacios internos del armario, mucho mejor. En el caso de que esto no sea posible, es importante que puedan estar situadas en una zona de fácil acceso, tanto para hacer el lavado como para una posible reparación.
- Deben estar situadas de manera que no entorpezcan el tránsito interno y que puedan abrirse sus puertas. De este modo, se conseguirá funcionalidad y eficacia.
4. Ordenación de los productos para un cuarto de lavado organizado
Tanto los botes de lejía, limpiacristales, fregona, recogedor, bayetas, etc., son elementos que si no se ordenan pueden provocar un caos organizativo muy grande. ¿Qué sería lo más conveniente?
- Por un lado, hay que organizar y distribuir por productos. En cajones del armario pueden colocarse los trapos de la limpieza y bayetas, además de algunas herramientas como tijeras, destornilladores, chinchetas, etc.
- Reservar un rincón para la fregona: el cubo de ésta ocupa un pequeño espacio, por eso debe estar situada en un lugar de fácil acceso y que permita la movilidad.
- En la pared puede disponerse un colgador con varias pestañas salientes para colocar escobas, recogedor o cualquier otro recurso. Así, en el caso de que se tenga que usar, puede cogerse fácilmente.
- Guardar los botes de limpieza (lejía, detergente, suavizante, amoniaco…) dentro del armario. Es preferible que no queden visibles.
5. Mantener la constancia en la limpieza
Sin duda, no existe organización y orden si no hay limpieza. Es posible que ésta no sea diaria, pero es imprescindible que sea periódica. Tener constancia en este ámbito es sinónimo de bienestar.
Posiblemente, el tiempo que se saque para limpiar se destine al salón, el dormitorio, el baño…, pero no debemos olvidar que el cuarto de lavado es un espacio donde se trabaja también la higiene personal.
Por tanto, mantén un hábito de limpieza rutinario; así, se consigue un orden constante y no se generará tanta suciedad.
Kondo, Marie: La magia del orden (la magia del orden 1). Herramientas para ordenar tu casa… y tu vida, Aguilar, 2015.