5 tipos de interruptores eléctricos en el hogar
Los interruptores eléctricos son un básico de cualquier vivienda. Son un elemento tan cotidiano e imprescindible que nos parece imposible que nuestros antepasados pudieran vivir sin electricidad. La función de los interruptores es por todos conocida. En cambio, los múltiples tipos de interruptores existentes en el mercado son mucho más desconocidos.
En este post te contamos todas las alternativas que existen más allá del clásico interruptor básico monotecla.
Diferentes tipos de interruptores eléctricos según tu necesidad
Los tipos de interruptores presentes en una vivienda deben variar según sea tu necesidad concreta en ese espacio. Además, tampoco hay que olvidar que los interruptores eléctricos se han convertido en algo más que un elemento funcional.
Es innegable que juegan un importante papel estético y que existen piezas que son verdaderos elementos decorativos.
A continuación vamos a analizar los diferentes tipos de interruptores para que encuentres el que más se adapte a tu vivienda. No es necesario que todos los que instales en tu vivienda sean del mismo modelo. Lo importante es encontrar aquel que mejor se adapte a cada estancia.
1. Interruptor básico
Como no podía ser de otra manera, empezamos por el interruptor básico. Este es el más común en todas las viviendas por su comodidad y sencillez.
Lo mejor de todo es que se adapta a cualquier espacio y queda perfecto en casas clásicas. También tiene su lugar en las más modernas, como por ejemplo, en las casas de diseño minimalista o de estilo underground.
Este tipo de interruptor cuenta con un embellecedor que actúa a modo de marco. Lo más habitual es que sea del mismo color que la base, pero existen opciones más arriesgadas.
Si eliges un marco divertido y original, el interruptor también cumplirá una función decorativa. El interruptor básico es el más utilizado en dormitorios, cocinas o en la iluminación de baños.
2. Interruptor múltiple
El interruptor múltiple es aquel que permite accionar diferentes puntos de luz desde un mismo elemento. Se trata de dos interruptores básicos unidos y con un mismo marco. Al estar fabricados en una misma pieza, el resultado es mucho más estético.
Este tipo de interruptores son utilizados en aquellas estancias en las que se quieren controlar diferentes puntos de luz desde un mismo lugar. Por ejemplo, si tu salón cuenta con iluminación independiente para la sala de estar y el comedor, esta es una buena opción.
Lo mismo ocurre con la iluminación del pasillo o de la cocina. Instalar diferentes puntos de luz en una misma estancia es una buena forma de ahorrar en el hogar. De este modo, puedes tener encendida solo la parte de la estancia en la que estás y no derrochar electricidad. Seguro que lo notas en la factura de la luz.
3. Interruptor de pie
Los interruptores eléctricos de pie son los más utilizados para accionar las lámparas de arco o de pie. Cada vez este tipo de interruptores son más estéticos, por lo que no es necesario ocultarlos entre los sofás o alguna alfombra. A pesar de que su uso está bastante limitado, son muy prácticos para casos puntuales, como el de este tipo de lámparas.
4. Interruptor de mano
Los interruptores de mano son verdaderamente prácticos. Es habitual que estén instalados en flexos y lámparas de las zonas de estudio. Son muy cómodos, ya que permiten encender y apagar los elementos luminosos sin necesidad de levantarse.
También son los más comunes en las lámparas de noche que mucha gente tiene instaladas en su mesilla. Poder accionarla sin necesidad de levantarse de la cama es una gran comodidad.
5. Tipos de interruptores eléctricos graduales
Quizá, de todos los tipos de interruptores existentes en el mercado, los graduales son los más desconocidos. Constan de una ruleta que permite el giro, y en función de los grados, la luz alumbra con más o menos intensidad.
Lo primero que tienes que saber antes de instalar este tipo de interruptores es que no todas las bombillas permiten la graduación.
Lo habitual es instalar focos, ya que cumplen este papel a la perfección. El resultado es una estancia con diferentes ambientes según tus necesidades.
Cuando sea necesario aportarán una luz potente, como será el caso de la hora de comer o cenar. En cambio, cuando estés tranquilamente en el sofá viendo la tele puedes ajustarlos para crear un ambiente mucho más cálido.