Calidez y luminosidad a través del color mostaza
Escrito y verificado por el historiador del arte Francisco Jiménez
Las cualidades que ofrece una casa deben centrarse en el reflejo de nuestra personalidad. Por este motivo, es preciso construir un ambiente agradable y acogedor; vamos a descubrir la calidez y luminosidad a través del color mostaza.
Hay que tener en cuenta que la mente se acostumbra a todo aquello que diariamente visualiza de forma continuada; sin embargo, llega un momento en el que si no nos agrada demasiado la decoración, nos cansamos y, por tanto, saturamos nuestra mente.
La importancia de elegir correctamente es un paso completamente necesario. Si caemos en el error o, simplemente, escogemos sin criterio alguno, estaremos haciendo de nuestro hogar un campo de pruebas que no nos conducirá hacia ningún fin.
Percepción estética del color mostaza
El color mostaza se encasillaría dentro de la gama de cálidos con una apariencia un tanto más oscura que el amarillo y aproximándose a algunos terrosos y ocres. Por tanto, nos ayudará a generar luminosidad y vivacidad.
No se puede decir que sea apagado o que pueda ser eclipsado por otros tonos; en realidad, posee una intensidad particular y llega a sobresalir de forma notable esté donde esté. Podríamos decir que se convierte en un punto de atracción y reluce por sí mismo.
El proceso de utilización debe estudiarse detenidamente. Dependiendo del estilo que se desee tener, la combinación con el resto del conjunto se logrará siempre y cuando se equilibren los tonos, sin excedernos en policromías y sin que exista una confrontación con la gama de los fríos.
La concordancia en la decoración nos ayudará a establecer un espacio confortable y que proporcione bienestar.
3 maneras de aplicar el color mostaza en el salón
Una de las habitaciones donde mejor encaja es en el salón. Esto se debe a la calidez y templanza que transmite pero, también, el dinamismo que nos ayuda a sentir alegría y entusiasmo. Veamos 3 maneras de aplicarlo:
- Se puede crear un espacio envolvente cubriendo todos los muros; no obstante, también está la posibilidad de alternarlo con algún tono neutro de la gama de grises o, simplemente, con el blanco, el cual conviene utilizarlo en el techo.
- ¿Sería adecuado tenerlo en los asientos? Ya sea en el sofá o en una butaca, puede ser una buena apuesta ya que se les proporcionaría un protagonismo realmente interesante, siempre y cuando en las paredes tengamos otro tono neutro que no genere tensión.
- En el caso de que se quiera emplear para recursos de tamaño reducido, puede situarse en el suelo mediante una alfombra o en los cojines del sofá; de hecho, generaría un contraste muy curioso si este es azul añil o índigo.
Cabe destacar la manera en que refuerza al color de la madera, favoreciendo la calidez interna ya sea a través del mobiliario o el parqué del suelo.
El color mostaza para el exterior de la vivienda
Estamos acostumbrados a hablar sobre la contribución estética de los colores en los interiores, pero ¿cuáles son los más apropiados para los exteriores? Uno de ellos es precisamente este, especialmente para el estilo rústico.
Suele emplearse como pintura de las fachadas. Además, si se busca dinamismo cromático, se combina con blancos y grises. Al pertenecer a la gama de los cálidos, se relaciona muy bien con las tejas de la techumbre y con el verde del jardín y de las plantas decorativas.
Hay que señalar, también, que numerosos edificios de las ciudades tienden a utilizarlo aunque, quizá, en un aspecto más pálido. ¿Esto a qué se debe? Principalmente a su apariencia cálida que agrada a la vista y que genera mayor luminosidad.
El color mostaza en el dormitorio
El dormitorio es un espacio privado donde se refleja claramente nuestra personalidad. El color mostaza puede resultar un tanto llamativo, activo y enérgico; por tanto, es importante contrasrrestarlo con otros tonos: blancos, grises, terrosos…
Evidentemente, es en las paredes donde más va a destacar pero, si queremos que solamente tenga una contribución sencilla, podemos situarlo en la manta y los cojines de la cama, en una butaca o únicamente en la pared del cabecero.
La idea es que se convierta en una aportación más, sin necesidad de obstaculizar a la decoración y sin llegar a saturar cromáticamente el espacio.
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- Lluch, Francisco Javier: Arte de armonizar los colores, Barcelona, Imprenta de El Provenir, 1858.