Habitaciones infantiles compartidas, ¿cómo acertar?
Escrito y verificado por la interiorista Goretti Ayubes
El gran reto de las habitaciones infantiles compartidas es conseguir el equilibrio entre los espacios comunes y los privados. Además, cada edad implica cambios de expectativas que repercutirán en la decoración.
Aunque haya espacio suficiente, no es mala idea que los hermanos compartan habitación. En primer lugar, porque se sienten cómodos en compañía y, en segundo, porque pueden aprender valores importantes como compartir, respetar, resolver conflictos…
Habitaciones infantiles compartidas según la edad
De los 2 a los 6 años, a los niños les gusta estar rodeados de otros miembros de su familia. Además, compartir habitación repercute favorablemente en su descanso, ya que se sienten más seguros cuando duermen.
De los 6 a los 12 años, nuestros pequeños disfrutan de tener un compañero de cuarto con el que jugar. La convivencia, con todo lo que ello implica, incluidas las discusiones, les ayuda a aprender comportamientos sociales.
Sin embargo, a partir de los 12 años crece en ellos la necesidad de formar una identidad propia. En su deseo de intimidad, el adolescente convierte su cuarto en un refugio, donde plasmará su personalidad y gustos.
La mejor distribución en habitaciones infantiles compartidas
Una buena planificación y distribución del espacio es el primer paso hacia una convivencia tranquila entre compañeros de cuarto. La idea es invertir bien cada metro para conseguir una estancia cómoda y ordenada.
Debemos delimitar los espacios comunes de los privados. Es conveniente dividir el espacio en tres zonas: una para cada hermano, otra para sus actividades y pertenencias y una tercera para ser compartida.
Es importante saber que, cuando nuestros hijos son pequeños, el área compartida se dedica a juegos y puede ocupar un lugar generoso de la habitación, mientras que al crecer se debe privilegiar el espacio privado sobre el común.
El escritorio
Para crear una zona de estudio, lo más práctico es tener un escritorio de sobre largo en el que quepan los dos niños. Debe tener un mínimo de 150 cm de largo y unos 45 cm de fondo.
Se puede situar una cajonera en el medio, que también servirá para delimitar el espacio de cada uno de ellos, también es buena idea ubicar una a cada lado del escritorio.
Posición de la cama
La elección de las camas y la forma de colocarlas es una de las claves para definir estos espacios. A la hora de escoger el tipo y su disposición se debe tener en cuenta el tamaño y la forma del espacio, así como las preferencias de los niños.
Vamos a mostrarte tres ideas para que tus hijos tengan un buen descanso. Imaginamos que has oído hablar de las literas, las camas independientes y las camas-nido. Pues vamos a ver en qué consiste cada una:
Literas
Recomendadas para niños mayores de seis años, son perfectas para ahorrar espacio. Además de las tradicionales, en las que una cama se sitúa sobre la otra, actualmente existen modelos en L y desplazadas, tipo tren.
Las desplazadas son perfectas para las habitaciones alargadas. Una de sus ventajas es que incorporan amplias zonas de almacenaje en los huecos que dejan libres.
Además, la cama inferior solo queda parcialmente cubierta, por lo que el niño que duerme abajo no se siente atrapado. También existen modelos abatibles que aumentan el espacio disponible cuando están adosadas a la pared.
Camas independientes
Son las que ofrecen mayor comodidad a nuestros pequeños. Como contrapartida ocupan más espacio, lo que se puede compensar utilizando su parte inferior para almacenar.
La disposición en paralelo es aconsejable cuando se dispone de una habitación amplia. El espacio recomendable que se debe dejar entre ellas es de unos 75 cm.
Para ganar espacio en las habitaciones de planta cuadrada, se recomienda colocar las camas en L; de esta forma, se aprovecharán más los metros y los niños podrán compartir la mesilla de noche.
Camas-nido
Aportan espacio al dormitorio durante el día, pero hay que tener en cuenta que necesitan un espacio lateral para que quepa la cama auxiliar una vez extraída.
Su inconveniente principal es que cada día hay que montarla y desmontarla, lo que nos puede suponer una tarea incómoda que haga que descartemos esta opción.
Muchos modelos incorporan cajones. También existe la posibilidad de la cama-nido triple, que solo es unos 5 cm más alta que la convencional, y donde a la cama exterior se le suman dos camas escondidas, una fija y otra con patas plegables.
Delimitar espacios con colores
Los colores y la decoración pueden ayudar a establecer los diferentes espacios y a reflejar la personalidad de cada uno de nuestros hijos. No estaría de más preguntarles qué colores quieren utilizar en su habitación.
Una buena idea es pintar la parte de cada niño en su color favorito y utilizar un tercer color como elemento unificador. También se puede pintar de un mismo color toda la habitación y escoger dos papeles pintados con colores complementarios.
Cuando los hermanos duermen en literas, se puede pintar o empapelar la pared en dos colores diferentes coincidiendo con la altura de la litera, así cada hermano tendrá sensación de individualidad.
Como puedes ver crear una habitación infantil compartida no es una misión imposible y puede ofrecerle a nuestros hijos grandes ventajas.
Imagen principal: insbride.ru