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La habitación infantil: adaptación a los cambios

4 minutos
Crear un espacio a la medida de los más pequeños significa prever que, paralelamente al crecimiento de los niños, las habitaciones deberán transformar su mobiliario y decoración. Te daremos algunas claves para hacértelo más fácil.
La habitación infantil: adaptación a los cambios
Goretti Ayubes

Escrito y verificado por la interiorista Goretti Ayubes

Última actualización: 26 noviembre, 2019

La habitación infantil es mucho más que el lugar donde nuestros hijos duermen. Es el espacio donde juegan, estudian y empiezan a descubrir el mundo.

Por tanto, su decoración debe ser funcional y práctica, pero también capaz de estimular la imaginación y las ganas de aprender de nuestros pequeños.

Una de las particularidades de los espacios infantiles es que, en su planificación, deben contemplarse los cambios en la decoración y el mobiliario que comportarán las nuevas necesidades que aparecen durante el desarrollo del niño. Así que, vayamos paso a paso en el diseño de estas habitaciones crecientes. ¡Toma nota!

La habitación del bebé

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Desde que nace hasta el primer año de vida, las necesidades del bebé se limitan a dormir, comer y recibir los cuidados del aseo diario.

En consecuencia, la habitación debe ser cómoda y muy funcional. Además del moisés o la cuna, es imprescindible contar con un mueble cajonero para guardar la ropa.

Te aconsejamos también un mueble cambiador: los hay que se pueden transformar en cómoda cuando el niño ya no precisa pañales. ¡Lo querrás tener!

Resulta muy práctico añadir una butaca baja que sirva para dar de mamar a nuestro bebé. Esta se puede acompañar de una lámpara de pie.

Para completar el mobiliario de su habitación, basta con unas estanterías donde guardar los peluches y algún juego infantil, para de esta forma, mantener el orden.

La habitación infantil cuando gatean

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Poco a poco el niño empieza a desarrollar sus capacidades psicomotrices. Es entonces el momento de dividir la habitación en dos áreas: la del descanso y la del juego.

Los muebles deberán adosarse a la pared para dejar un espacio libre en el centro por el que el bebé pueda moverse libremente y con comodidad. Se puede optar por colocar un parque.

En cuanto a la decoración de las paredes, recomendamos optar por tonos suaves pero luminosos, como el amarillo, el verde o el azul. Es mejor evitar que desde la cuna se vean colores muy vivos, ya que pueden resultar demasiado excitantes.

De 2 a 6 años

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A partir de los dos años, el niño ya duerme en una cama, que puede, a su vez, servir para delimitar el espacio de juego. La cama debe medir un mínimo de 1,50 de largo, pero si se pretende que dure muchos años debe alcanzar los 1,90 o 2 m.

Nuestro hijo comenzará a tener nuevas aficiones que deben tener cabida en la habitación. De esta forma, es fundamental crear una zona de juegos llamativa y espaciosa.

Así, en el espacio que antes se destinaba al parque se puede incluir una mesita con sillas a su medida, donde el pequeño pueda pintar, jugar o leer un cuento.

Ten en cuenta que a partir de los cuatro años, es importante que los niños participen en la decoración de su habitación. Hay que dejar que expresen sus preferencias y aplicarlas, en la medida de lo posible, para que sientan que es realmente su espacio.

De 7 a 11 años

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Poco a poco los intereses y aficiones del niño aumentan, por lo que también crece el número de sus pertenencias. Es en este momento, cuando debemos ampliar la capacidad de almacenaje de la habitación.

Así, al mobiliario habrá que añadir un armario ropero -si no lo había-, o ampliarlo, donde organizar la ropa diaria y de temporada, zapatos y complementos, además de ropa de cama.

La mesita pequeña ya la podemos retirar y, en su lugar, podemos poner una mesa y una silla de altura normal para crear una zona de estudio donde, además de hacer sus tareas, nuestro hijo pueda colocar su ordenador.

Entre los muebles, las estanterías son cada vez más necesarias para colocar los juguetes y los libros, entre otros objetos. No te olvides de instalar algún perchero que también contribuirá a mantener el orden.

La habitación infantil. A partir de los 11 años

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En esta etapa de la vida que se extiende hasta el final de la adolescencia, es importante que la habitación tenga un ambiente agradable y desenfadado, donde el niño y sus amigos se sientan cómodos.

El espacio para la ropa y para las aficiones es ahora la prioridad. Además, probablemente empezará a imponer sus gustos y preferencias respecto a la distribución y decoración de su habitación. ¡Te aconsejamos tener paciencia!

Seguramente se necesitará aumentar la capacidad de almacenaje añadiendo módulos transformables o que se apilen. Si hiciera falta y el espacio lo permitiera, te sugerimos colocar otro armario.

Respecto a la cama, las de nido son las más indicadas para que pueda invitar a los amigos a dormir sin que ello implique problemas de espacio. Un futón o un sofá cama pueden hacer también la misma función.

Así que ya sabes, si quieres que tus hijos disfruten de lo lindo en su habitación, puedes seguir los consejos que te hemos propuesto.