Claves para tener un huerto 10 sin complicaciones
Escrito y verificado por la interiorista Goretti Ayubes
Si queremos tener un huerto 10, tendremos que optimizar al máximo el terreno sobre el que se cultivarán las hortalizas. Para ello, conviene realizar una planificación previa donde se estudien aspectos como la orientación, las condiciones climáticas o las características del suelo.
Tradicionalmente, el huerto siempre ha sido una extensión de terreno más o menos amplia ubicada en el campo para el cultivo de hortalizas. Sin embargo, la horticultura también ha empezado a introducirse en las grandes ciudades.
Se trata de huertos urbanos que pueden llegar a ser igual de productivos que los de campo y que utilizan las propias características de la vivienda para que lo plantado crezca sano y fuerte.
La orientación idónea para un huerto 10
El emplazamiento del huerto es un factor muy importante. La orientación sur o suroeste es idónea para climas septentrionales -Cantabria, Galicia, Asturias…-, ya que se puede aprovechar al máximo el calor. En climas meridionales -Andalucía, Extremadura…-, se recomienda una orientación este o sureste para evitar una insolación en exceso.
Estos criterios siempre son orientativos, ya que, en ocasiones, las características del propio terreno obligan a pasar por alto estas recomendaciones.
Factores climáticos
En general, la horticultura puede practicarse en cualquier lugar. Aunque las particularidades climáticas de cada región o país pueden favorecer el mayor o menor crecimiento de las plantas cultivadas, lo cierto es que, en general, el clima no limita el poder tener un huerto productivo.
Conviene conocer los factores que más inciden a la hora de cultivar: la luz, la temperatura, el viento y las precipitaciones.
- La luz: es básica para el crecimiento de hortalizas, aunque las necesidades de unas y de otras pueden variar. Las plantas longidiurnas -espinacas, lechuga, albahaca…- requieren entre 14 y 18 horas de luz al día; las brevidiurnas -patata o pimiento-, de 8 a 13 horas, y las indiferentes -tomates, alubias, calabazas…-, una media de ambas.
- La temperatura: cada ciclo biológico de la planta tiene unos requerimientos térmicos concretos. En función de ellos, se realizarán las labores necesarias para adaptar la temperatura exterior a las necesidades de la planta.
- El viento: los vientos suaves son grandes aliados para el huerto, ya que ayudan, entre otros aspectos, a la transpiración, evitan las escarchas y alejan las nieblas que pueden perjudicar la incidencia de la luz sobre las plantas. Hay que tener cuidado con los vientos fuertes, porque pueden provocar la deshidratación de las hojas o arrasar un huerto entero.
- Las precipitaciones: las lluvias frecuentes favorecen los cultivos, pero en exceso originan la aparición de enfermedades en las plantas. El rocío es un gran aliado al favorecer y mantener la humedad en zonas con escasas precipitaciones.
Características del terreno
Un factor clave es el grado de acidez -pH- de la tierra. Los suelos son alcalinos cuando tienen un pH alto que provoca una deficiente asimilación de minerales. Por otro lado, los suelos son ácidos si contienen un pH bajo, donde la retención de nutrientes es escasa.
Otro parámetro que debe tenerse en cuenta es la textura. En general, un suelo puede ser arenoso o arcilloso. El primer caso se caracteriza por tener un buen drenaje y una óptima aireación. Los segundos son más compactos, tienen dificultades para drenar, y no consiguen una buena aireación.
Un aspecto importante para que la tierra tenga siempre las condiciones óptimas para el cultivo es abonarla con cierta periodicidad. Destacan dos grupos de abono: químicos o minerales, y naturales u orgánicos.
Tipos de huerto
¿Quieres conocer las posibilidades que tienes para crear un huerto 10?
- El huerto-jardín: es una propuesta original que consiste en rodear el perímetro del terreno cultivado con plantas de flor. También se pueden poner grandes maceteros o jardineras en las esquinas.
- En terrazas y balcones: en este caso se utilizarán macetas de formas y dimensiones distintas. Se aconseja, por cuestión de espacio, evitar las hortalizas demasiado voluminosas, como las alcachofas, calabacines y calabazas.
- Mesas de huerto: es una tendencia cada vez más habitual. Son unas pequeñas estructuras metálicas, de plástico o de madera, muy cómodas que permiten trabajar de pie. Su característica principal es que no se utiliza tierra, sino sustrato de origen 100 % orgánico.
El tamaño ideal para un huerto 10
Antes de asignar un espacio al huerto, conviene saber el consumo familiar real y evitar, de esta manera, excedentes o mermas en la producción. Al principio, lo más recomendable es empezar con pequeñas parcelas. No obstante, hay unos datos que pueden servir de orientación:
- 12 m2: es un terreno de unos 3 x 4 m, lo que significa una superficie óptima para poder cultivar.
- 20-25 m2: permite obtener una cosecha de temporada, por ejemplo, en primavera o verano.
- 40-50 m2: con esta superficie se puede producir todo el año.
- 80-120 m2: cubre las necesidades de una familia de tres personas.