Vamos a crear un rincón de meditación
Seguro que has oído hablar de los beneficios que tiene dedicarle unos minutos al día al instante presente, a sentarte a estar contigo mismo y detener la vorágine de pensamientos y de estrés que tenemos en el día a día. Hoy vamos a ayudarte a crear un rincón de meditación en tu propia casa, para que recargues las pilas y conectes contigo mismo.
Los beneficios de meditar
Se ha demostrado a través de numerosos estudios científicos cómo la meditación es capaz de cambiar nuestro estado físico y emocional en pocos minutos. Si hablamos del plano físico, con su práctica podremos fortalecer el sistema inmunitario y reducir la inflamación a nivel celular, entre otras muchas cosas.
El cerebro es el principal beneficiado de esta práctica, ya que promueve los procesos mentales más ágiles, estimula la memoria y nos ayuda a gestionar mejor el estrés. En cuanto a la repercusión a nivel emocional, la meditación es un aliado para paliar la depresión o la ansiedad, puesto que nos hace bajar el nivel de nuestros pensamientos y estar más en contacto con nuestro interior. Conocernos mejor, nos lleva a la autorregulación.
Decoración para tu rincón de meditación
¿Dónde lo pongo?
Obviamente, necesitas un lugar tranquilo, alejado de las zonas de paso y, a poder ser, en el que puedas encerrarte. Si puedes dedicarle una habitación completa a este fin, genial. Si no, haz un pequeño rincón en tu dormitorio en el que tengas todo lo necesario para retirarte a conectar contigo mismo y a bajar tus niveles de estrés.
¿Cómo debe ser la iluminación?
Lo mejor es que sea una luz tenue. Utiliza velas, una lámpara de sal o si tienes reguladores de intensidad, bájalos al mínimo. Se trata de llevarte a una introspección, y la iluminación ayuda bastante.
¿Es importante el orden?
Sí, y mucho. Lo que es fuera es dentro, y una habitación desordenada es símbolo de desorden mental. Es difícil que logres meditar si ves tu dormitorio lleno de papeles por colocar o ropa que lavar.
Se trata de que puedas centrarte en el momento presente, como nos cuenta el mindfulness, dejando atrás todas las preocupaciones del futuro o del pasado y, sinceramente, ¿podrías lograrlo viendo el montón de plancha que te está esperando?
En esta misma línea, te invitamos a que si creas un rincón de meditación, evites tener muebles estorbando, pilas de libros o cualquier otra cosa que te distraiga. Cuanto más diáfano sea el espacio, mucho mejor.
¿Qué colores debo utilizar en mi rincón de meditación?
Se desaconsejan por completo los colores fuertes. Los más recomendables son los tonos pastel, aunque el blanco es el color de la pureza y siempre será el que mejor acompañe tu espacio. Lo que sí puedes hacer es colgar algunas imágenes en las paredes que te llenen de paz y relajación, especialmente si tienen que ver con la naturaleza.
¿Puedo poner música?
Esto ya es cuestión de gustos y de si te ayuda a concentrarte mejor, o si por el contrario, te distrae. Existen mantras dedicados a la meditación, o sonidos con cuencos tibetanos y música suave. Prueba a ver si la música te ayuda a conectarte, o si te aleja de tu propósito.
¿Qué hay de los aparatos electrónicos?
Evítalos a toda cosa. Las ondas electromagnéticas afectan a nuestro cerebro, y este debe ser un espacio lo más limpio posible en todos los aspectos.
¿Qué necesito para meditar?
Puedes utilizar una alfombra, una esterilla de yoga o algún cojín. También es importante que tengas a mano alguna manta ligera para que puedas taparte si te quedas frío.
Lánzate a crear un pequeño altar, olvídate de cómo es la forma correcta de hacerlo y sigue tu intuición. Pon velas, incienso, alguna imagen que te inspire, flores, incluso fotos que sean significativas para ti.
Tu rincón de meditación está listo. Cierra los ojos, inhala, exhala y deja que los pensamientos corran sin detenerte en ellos. A diferencia de la creencia que se ha extendido, meditar no se trata de poner la mente en blanco, se trata de dejar fluir, de no juzgar y dejar que todo eso que guardamos en nuestro interior salga.