Tipos de colchones
Hay muchos tipos de colchones en el mercado, y es que es uno de los elementos que más influye en nuestro descanso.
Solemos caer en el error de pensar que da igual el colchón que utilicemos, y muy a menudo no le damos la importancia que la elección del colchón requiere.
Otras veces, pasamos del tema porque vivimos de alquiler y la casa ya viene con mobiliario incluido el colchón, así que ¿para qué gastarse dinero si ya hay uno y ni siquiera voy a vivir aquí mucho tiempo?
Deberíamos tener nuestro propio colchón, aunque vivamos de alquiler porque nuestras características físicas requieren de uno específico.
En el artículo de hoy hablaremos sobre los tipos de colchones y aspectos a tener en cuenta para comprar el adecuado.
Los tipos de colchones más comunes
De muelles
Los modelos actuales no tienen nada que ver con la imagen que seguramente todos tenemos en nuestra mente de colchones súper incómodos.
Gracias a las nuevas tecnologías, encontramos variaciones que incorporan nuevos materiales que los hacen más confortables.
Dentro de esta gama están los colchones de muelles continuos que es la versión más nueva de los muelles tradicionales.
La ventaja de estos colchones es que ofrecen una superficie firme y duradera y reparten el peso de forma bastante homogénea.
Además, es uno de los colchones más frescos y que mejor ventilan.
Los colchones de muelles ensacados se denominan así porque los muelles se encuentran envasados en bolsas de tela.
En principio se adaptan bien a la forma del cuerpo y ofrecen una buena ventilación. Sin embargo, pierden altura con el tiempo.
Por último, los colchones de muelles independientes o bicónicos son los más tradicionales.
Tienen un núcleo formado por muchos muelles metálicos colocados en vertical, que se estrechan en el centro y se entrelazan unos a otros por hilos metálicos.
Colchones de espuma
Se trata de miles de burbujas de aire de poliéster o poliuretano y cubierto por una funda. Depende del número de burbujas por m3 de su tamaño y de otros factores que el colchón puede ser más firme o menos.
A mayor ligereza, más blando y por ende peor envejecimiento.
Por lo general son fáciles de manejar y aíslan bien el calor.
Son colchones ideales para usar en camas de niños.
Colchones viscoelásticos
Este tipo de colchones se caracterizan por lo que llaman “ingravidez” porque se adapta a la forma del cuerpo de tal forma que parece que estuviéramos “flotando”.
Esto se produce gracias a que este material es una espuma especial que se modifica bajo los efectos del calor y la presión.
Es ideal para aliviar tensiones.
Cabe destacar, que los colchones viscoelasticos no están elaborados al 100% con este material, sino que éste se encuentra, principalmente, en las capas superiores del colchón.
Este tipo de colchón es ideal para aquellos que pasan mucho tiempo en la cama.
Colchones de látex
Por último, encontramos los colchones que utilizan látex, bien natural o artificial, para su fabricación.
Realmente, se trata de colchones que combinan el látex con otros materiales.
Este tipo de colchones ofrecen bastante firmeza, pero a la vez son flexibles y se adaptan muy bien al cuerpo. Además, son buenos aislantes del calor y agradable al tacto.
Los colchones de látex son perfectos para personas que se mueven mucho por la noche.
Este material absorbe muy bien los movimientos del cuerpo.
También es adecuado para personas con alergias o asma pues el látex evita la proliferación de ácaros.
Sin embargo, para los alérgicos al látex está contraindicado. Lo malo de este tipo de colchones es que son bastante pesados y caros.
Otros tipos de colchones
En el mercado también podemos encontrar otro tipo de colchones.
Son colchones especiales como los colchones ortopédicos, colchones de agua, el futón o colchón japonés o los colchones de lana.
Conclusión
Como hemos visto hay varios tipos de colchones, todos con características diferentes para adaptarse a las necesidades de todos.
Por ello, es importante que a la hora de comprar un colchón te tomes tu tiempo.
Afortunadamente en las tiendas que venden colchones dejan probarlos, así que siéntate, acuéstate y prueba varias posturas.
Compra el colchón en el que realmente te sientas cómodo. Si tienes algún problema muscular o en los huesos no dudes en invertir un poco más.
Es mejor comprar un colchón que ayude a mejorar tu situación a través del buen descanso.